"Este fin de semana hemos iniciado un debate sobre la realidad del suicidio y dado visibilidad". Así se manifiesta José Luis Perrinó, presidente de la asociación Teléfono de la Esperanza de Madrid, tras dos días de campaña en la plaza de Callao de Madrid repartiendo en un hospital de campaña un medicamento ficticio para cuidar la salud mental, con motivo del Día Mundial de Prevención del Suicidio, celebrado el 10 de septiembre.
Unas 2.800 personas han recibido una pequeña caja con una vacuna simulada y un prospecto con pautas emocionales. Una campaña que ha permitido visibilizar una situación que ha aumentado significativamente este año, principalmente entre los más jóvenes, y derribar tabús. "Desde hace siglos ha sido un tabú, porque si alguien se suicidaba no era enterrado en el cementerio y los descendientes no heredaban", recuerda Perrinó. "Pero ahora hay que hablar de ello, sin sensacionalismos, pero hay que llegar a esa gente que no quiere quitarse la vida, sino que quiere dejar de sufrir", insiste durante una llamada con Consalud.es.
Cada 40 segundos en el mundo una persona acaba con su vida. En España 10 personas mueren al día por suicidio. Al año, 3.600. Más del 90% de estas personas tenían problemas de salud mental. No hablar de ello no evita que suceda, y "ante la poca voluntad política" hay que visibilizarla "para conseguir reducir estas tasas".
Solo en 2020, el Teléfono de la Esperanza recibió, del total de 170 mil llamadas, 5.000 de temática suicidio, de los que 200 era un suicidio en curso
Solo en 2020, el Teléfono de la Esperanza, disponible 24 horas los 365 días de la semana, recibió, del total de 170 mil llamadas, 5.000 de temática suicidio, de los que 200 era un suicidio en curso. Según explica su presidente, esto supone un 45% de aumento con respecto a años anteriores. Y es que la pandemia está agravando la situación.
Por eso, campañas como la de este fin de semana en Callao son tan necesarias. "Era revelador ver que la gente sabía que era el Día Mundial del Suicidio, que morían en España 10 personas al día, y eso es gracias a la visibilización existente y que va creciendo", señala Perrinó.
Además, les ha permitido llegar a los jóvenes, entre los que el suicidio "es la primera causa de mortalidad". "Al teléfono solo un 15% de los que llaman son jóvenes, pero este fin de semana eran el 70% de los que recibieron nuestro medicamento, por lo que esperamos que hayamos conseguido llegar a ellos".
En los 50 años que esta asociación lleva constituida, han recibido un total de más de 5 millones de llamadas
El medicamento cuenta con un prospecto que invita a llenarse de empatía, altruismo, conocimiento y solidaridad. Que invita a conocer las emociones que uno siente, analizar los pensamientos que se tienen y esforzarse por aprender a gestionarlos, también a fijarse en las cosas buenas de la vida, valorarlas y flexibilizarse ante los cambios que surjan en la vida.
50 AÑOS DEL TELÉFONO DE LA ESPERANZA
Hasta dentro de unos meses no se prodrá medir si la campaña ha permitido aumentar la visibilización de la asociación o del propio suicidio, y si esto aumentará las llamadas al número habilitado para dar un apoyo emocional (717 003 717). En los 50 años que esta asociación lleva constituida, la segunda más antigua en España, han recibido más de 5 millones de llamadas.
Y es que en todas y cada una de las casas hay problemas de salud mental, y estos se han agravado tras más de un año y medio de crisis y estrés. "La clave está en aprender a gestionar las emociones, no en pastillas, y para eso se necesitan más profesionales y en muchos casos terapia. Porque el suicidio es completamente prevenible", recuerda Perrinó.
En el Teléfono de la Esperanza cuentan con cursos y talleres sobre salud emocional para gestionar situaciones de crisis, mejorar la autoestima y la autonomía afectiva, superar el duelo... También cuentan con psicólogos voluntarios que atienden los casos que necesitan seguimiento de forma anónima y gratuita. "Hemos ayudado a bastante gente que quiere dejar de sufrir, que necesita un tratamiento psicológico y que luego agradecen salir del tunel y volver a vivir".
"Necesitamos hablar de ello, crear presión social, educar en la gestión emocional y empujar al cambio político", asevera Perrinó. Campañas como la de este fin de semana permiten iniciar el debate y visibilizar una realidad que, recordamos, provoca 3.600 muertes al año en nuestro país.