La población joven, niños y adolescentes, es una de las más vulnerables para sufrir problemas de salud mental. Es algo que se ha visibilizado durante la pandemia con el aislamiento y la soledad que han llevado a un mayor uso de las pantallas y a un aumento de la depresión, la ansiedad o el estrés. En los últimos años se está intentando aumentar la sensibilidad de la salud mental y ofrecer herramientas desde temprana edad para el desarrollo socioemocional. Esto ha llevado a programas educativos en los colegios, pero también a ciertos programas en los medios de comunicación.
Ahora es común que los famosos cuenten sus problemas y hablen de cómo se sienten. Los medios de comunicación ofrecen espacios para que hablar de depresión, ansiedad, trastornos obsesivos compulsivos o trastornos de la conducta alimentaria, que permiten visibilizar una situación que hasta ahora era tabú, ¿quién decía que iba al psicólogo hace diez años? Y quien lo decía, ¿se atrevía a contarlo en una entrevista? “Visibilizar en mayor medida la salud mental es más que positivo, sin duda ayudará a una mejor concienciación en el tema”, explica a Consalud.es Juan Carlos Fernández Rodríguez, profesor del Grado de Psicología de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR).
“Es necesario dar una imagen exacta de la salud mental, dar una imagen correcta de las consecuencias, de la prevención y de los tratamientos"
El problema es que a veces caemos en la frivolidad, hablando de “tengo depresión” cuando simplemente se está pasando por una etapa en la que prevalecen unos sentimientos más tristes o negativos, pero que no es depresión, que no es una enfermedad grave altamente incapacitante y con una alta tasa de suicidio. “Es necesario dar una imagen exacta de la salud mental, dar una imagen correcta de las consecuencias, de la prevención y de los tratamientos. En la televisión y en otros medios de comunicación deben de evitarse imágenes negativas de los enfermos y sobre todo han de evitarse los estereotipos”.
PROBLEMAS DE ESTIGMATIZACIÓN Y BANALIZACIÓN
Cuando la información que se emite no es correcta, se cae en victimizar a las personas que sufren un problema de salud mental o en agrandar una situación, se perjudica a los pacientes. A veces se cae en la banalización, quitando importancia a lo que pueda estar sintiendo una persona, o comparándolo. También se puede caer en los prejuicios, en los estereotipos o en conductas discriminatorias que estigmaticen a los pacientes. Aunque ahora se habla de depresión y ansiedad abiertamente, todavía quedan mensajes que enturbian la lucha de esos pacientes por estar bien. Además, sigue existiendo cierto tabú hacia enfermedades de salud mental de mayor gravedad como puede ser una bipolaridad o una esquizofrenia, la imagen de violencia en estas personas y de falta de autocontrol sigue en nuestras cabezas, cuando la enfermedad no tiene porqué desencadenar esa situación y con un tratamiento no son más violentos que una persona emocionalmente estable. “Todo ello tiene efectos muy negativos no solo en los pacientes, sino también en su entorno", recuerda Fernández Rodríguez.
Puede ser que lo que se buscaba con intención de ayudar a los demás solo les perjudique, algo que impacta principalmente en los jóvenes que busca modelos con los que identificarse. “Toda desviación de la realidad, toda desviación de lo que supone información correcta es más que perjudicial. Nuestros medios de comunicación están llenos de ‘mala información’, cuestión que perjudica a todos, pero muy posiblemente en especial a los y las jóvenes”, índice Fernández Rodríguez. “Muchas personas, entre ellas especialmente los y las jóvenes tienden a identificarse con los famosos, de hecho, en muchas ocasiones esos famosos actúan como modelos de conducta. Por lo tanto, la conducta y las declaraciones de los famosos en los medios cuando desvirtúan la información van a tener un efecto directo negativo en la conducta de muchos jóvenes”.
“Toda desviación de la realidad, toda desviación de lo que supone información correcta es más que perjudicial. Nuestros medios de comunicación están llenos de ‘mala información’, cuestión que perjudica a todos, pero muy posiblemente en especial a los y las jóvenes”
Sin embargo, hacer una buena información y crear un entorno de educación y acogida a los problemas de salud mental no es complicado. “Es preciso evitar una utilización abusiva e incorrecta de terminología relacionada con los trastornos mentales en los contenidos, recoger y difundir información veraz y ser asesorados por verdaderos especialistas en salud mental”, concluye Fernández Rodríguez.