La pandemia provocada por el SARS-CoV-2 ha puesto de relieve el importante y creciente problema que supone la salud mental, especialmente entre los jóvenes. En este grupo poblacional representan una carga importante en los países europeos donde nos encontramos con una heterogénea fotografía en lo que a recursos se refiere en función de los países que estemos observando. Pero la conclusión es clara y extrapolable a todas las naciones que componen el viejo continente: las políticas nacionales deben fortalecer la salud mental con un enfoque específico para los más jóvenes.
Este es el punto de partida de una nueva investigación (Global Burden of Disease) cuyos resultados han sido publicados en The Lancet Regional Health Europe. Un trabajo que ha estimado la prevalencia de la incidencia, los años vividos con discapacidad (YLD, por sus siglas en inglés) y los años de vida perdidos (YLL, por sus siglas en inglés) como consecuencia de los trastornos mentales (MD, por sus siglas en inglés), los trastornos por consumo de sustancias (SUD, por sus siglas en inglés) y las autolesiones en jóvenes con edades comprendidas entre los 10 y los 24 años en 31 países europeos. El periodo de tiempo analizado comprende desde 1990 a 2019.
A pesar de que la salud mental ha logrado una mayor atención en los dos últimos años como consecuencia de la crisis sanitaria causada por la Covid-19, el camino que todavía que por recorrer es largo. Los problemas relacionados con la salud mental, los trastornos derivados del consumo de sustancias y las conductas autolesivas son importantes causas de carga de morbilidad entre los jóvenes de los países con altos ingresos.
El análisis que nos ocupa revela que el trastorno de la conducta, la depresión y la ansiedad se posicionan entre las 10 principales causas de años vividos con discapacidad entre los jóvenes europeos. Una situación que se torna aún más complicada si tenemos en cuenta que el problema de salud pública que suponen los trastornos mentales entre los jóvenes no se ve reflejado en los recursos asignados, y muchos de estos problemas de salud mental no son diagnosticados a tiempo.
Los autores del estudio inciden en que la salud mental, por norma general, recibe una inversión destinada a investigación y un apoyo político limitados si se compara con otras enfermedades no transmisibles. Enfatizan en la necesidad no solo de que se establezca una distribución más equitativa de la financiación entre los países europeos, sino que se deben realizar más estudios que permitan determinar la verdadera magnitud del problema.
En 2019 había 13,6 millones de jóvenes en los 31 países europeos analizados con problemas relacionados con la salud mental, 3,2 millones de jóvenes afectados por los trastornos relacionados con el consumo de sustancias y 75.770 autolesionados
En 2019 había 13,6 millones de jóvenes en los 31 países europeos analizados con problemas relacionados con la salud mental, 3,2 millones de jóvenes afectados por los trastornos relacionados con el consumo de sustancias y 75.770 autolesionados. En términos de tasas por cada 100.000 habitantes fueron 16.983, 3.891 y 89,1 respectivamente.
Sin duda, los trastornos relacionados con la ansiedad fueron la condición más prevalente tanto en número (5,6 millones de jóvenes afectados) como en tasas (6,6 casos por cada 100.000 habitantes). La incidencia de la ansiedad entre los jóvenes europeos ha aumentado un 4,7% desde 1990. La buena noticia es que se ha apreciado una disminución del 7,5% en la incidencia de los trastornos asociados al consumo de alcohol desde 1990, y las autolesiones han descendido entre 1990 y 2019 casi un 40%.
Uno de los puntos sobre los que conviene prestar atención en este estudio son las significativas diferencias entre sexos. Los trastornos de ansiedad, depresión y alimentación fueron más frecuentes entre las mujeres, mientras que el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), los trastornos del espectro autista (TEA), los problemas de conducta y los problemas de salud mental asociados con el consumo de alcohol y drogas afectaban con mayor frecuencia a los hombres.
Si atendemos a los resultados en función de los grupos de edad vemos que los trastornos de ansiedad, el TDAH y los trastornos de conducta fueron los trastornos más prevalentes entre los hombres de 10 a 14 años, mientras que los trastornos de ansiedad tuvieron una mayor prevalencia entre las mujeres de este grupo de edad.
Los trastornos de ansiedad se mantuvieron como el problema de salud mental más prevalente entre los jóvenes de entre 15 y 19 años y entre aquellos con edades comprendidas entre los 20 y los 24 años.
"La carga de los trastornos mentales y por consumo de drogas ha aumentado ligeramente desde 1990, mientras que los trastornos por consumo de alcohol y, especialmente, las autolesiones, han descendido entre los jóvenes europeos"
Los mayores cambios de prevalencia a lo largo del tiempo desde 1990 se han observado en los trastornos alimenticios que se han incrementado en un 14,9%, mientras que la prevalencia de la discapacidad intelectual idiopática ha experimentado un descenso del 31,5% en ambos sexos.
Europa central y oriental (Bulgaria, Croacia, República Checa, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia) se caracterizaron en general por tasas más bajas de prevalencia de problemas de salud mental comunes y/o graves, así como de aquellos relacionados con el consumo de alcohol, en comparación con el resto de Europa.
Entre 1990 y 2019 se han observado tasas más altas de problemas de salud mental entre los jóvenes en Portugal y España, con alrededor de 20.000 por cada 100.000, mientras que se han reportado tasas más elevadas de trastornos por consumo de sustancias en Suiza y Reino Unido (5.500 por cada 100.000).
Los trastornos de salud mental fueron la principal causa de años vividos con discapacidad entre los jóvenes de los 31 países europeos analizados. La ansiedad y la depresión se sitúan entre la primera y la cuarta posición en todos los países. Las autolesiones se encuentran entre la primera y tercera causa de años de vida perdidos en los 31 países. Con una tasa de 319,6 por cada 100.000, siendo su prevalencia casi cuatro veces mayor en los hombres que entre las mujeres.
“Casi 17 millones de jóvenes (19,8%) en estos 31 países europeos tenían un trastorno mental o por consumo de sustancias en 2019. En total, las condiciones mentales contribuyeron a más de un millón de años vividos con discapacidad y fueron la principal causa de discapacidad entre los jóvenes”, exponen los autores del estudio.
“La carga de los trastornos mentales y por consumo de drogas ha aumentado ligeramente desde 1990, mientras que los trastornos por consumo de alcohol y, especialmente, las autolesiones, han descendido entre los jóvenes europeos. Es preocupante que todas estas condiciones sigan representando una gran carga para la salud, sobre todo en términos de discapacidad, pero también en términos de muertes prematuras”, añaden.
“Dado que los problemas de salud mental de los jóvenes a menudo predicen las mismas o peores condiciones en la edad adulta, y se ha observado un cambio hacia la pérdida de salud debido a las enfermedades no transmisibles, nuestros hallazgos respaldan la afirmación de que las condiciones mentales deben considerarse uno de los desafíos centrales de la salud del siglo XXI”, concluyen.