El porcentaje de pacientes con diagnósticos de salud mental ha aumentado en todos los grupos de edad. Algo que tras la pandemia de la Covid-19 ha quedado evidenciado. Sin embargo, lo llamativo y menos conocido es que el mayor incremento se ha observado en los adultos mayores de 65 años, con un aumento del 57,4% en el porcentaje de diagnósticos, como revela un informe de la organización sin fines de lucro FAIR Health. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente el 14% de los adultos de 60 años o más viven con un trastorno mental, afecciones que suelen estar infravaloradas e infratratadas.
El principal obstáculo en el diagnóstico de problemas de salud mental en los mayores es la dificultad para distinguir entre los síntomas psicológicos y los físicos, ya que muchas enfermedades mentales se manifiestan a través de síntomas somáticos como dolor, fatiga o trastornos del sueño. Además, existe una tendencia en las familias y profesionales de la salud a atribuir estos síntomas al envejecimiento natural, lo que dificulta el acceso a un tratamiento adecuado según los expertos.
A todo ello se suma el estigma que aún rodea a los trastornos mentales también juega un papel crucial. Muchas personas mayores no buscan ayuda profesional debido a la percepción negativa que tienen sobre la salud mental, considerando estos trastornos como un signo de debilidad. Junto con la discriminación por edad, también conocida como edadismo, que también juega un papel negativo en este sentido.
¿QUÉ HAY TRAS LA SALUD MENTAL DE LOS MAYORES?
Aunque en general se suele considerar que las personas mayores tienden a adaptarse mejor a las circunstancias, hay factores externos que impactan directamente en su salud mental. Como explica a ConSalud.es Nel González Zapico, presidente de la Confederación Salud Mental en España “el peor de todos sería la cuestión de la soledad, la gente mayor a veces se encuentra en estas situaciones. Esto se puede ser por muchas razones, como la carencia de redes sociales de familia, por abandono o por elección propia que a veces se eligen”. Cuando estos sentimientos persisten, continúa el experto, es frecuente que deriven en enfermedades mentales, como depresión y ansiedad.
A pesar de la alta incidencia de depresión en este grupo poblacional, muchas veces se considera que la tristeza o la falta de energía son síntomas naturales del envejecimiento, lo que retrasa el diagnóstico y tratamiento adecuado
La depresión es el trastorno más frecuente en la vejez, según la Confederación Salud Mentalel 5,7% de las personas adultas mayores de 60 años experimenta depresión. Esta cifra aumenta drásticamente con la edad, alcanzando un 24,03% en entre los 75 a 84 años. A pesar de la alta incidencia de depresión en este grupo poblacional, muchas veces se considera que la tristeza o la falta de energía son síntomas naturales del envejecimiento, lo que retrasa el diagnóstico y tratamiento adecuado. Este trastorno puede llevar al suicidio, que presenta siete veces más letalidad en mayores de 80 años que en otras franjas de edad. En los últimos años se ha incrementado en un 8,8% estas muertes, según los últimos datos definitivos de 2017 a 2021 publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
MEJORAR EL ABORDAJE
Ante esta situación, los expertos señalan la importancia de reconocer y tratar los trastornos mentales en los adultos mayores. Nel González, explica que“a veces damos a la gente mayor por amortizada y entonces, no digo que sea siempre, pero es común que el trato no sea lo suficientemente puntual o atento”. Además, existen barreras a las que se enfrentan para acceder a estos servicios como son “la falta de formación con las tecnologías modernas, la brecha digital, pero, sobre todo, por motivos fundamentalmente económicos”.
Algunas señales de advertencia de trastornos mentales pueden ser, cambios en el estado de ánimo o el nivel de energía, en sus hábitos alimenticios o de sueño, aislarse de las personas y actividades que disfruta, tener dolores y molestias inexplicables, entre otros. Pero en ocasiones, es complicado detectar estos signos. En este punto, los profesionales en Atención Primaria tienen un papel fundamental.
Como destaca la Dra. Silvia López, secretaria del Grupo de Trabajo de Salud Mental de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), es importante saber escuchar y saber transmitir “una escucha activa, no solamente es lo que se dice, sino lo que no se dice los silencios, el lenguaje verbal y el lenguaje no verbal todo esto nos va a dar información”, y comenta “no somos psicólogos, pero si es importante conocer unas técnicas básicas de psicología”.
De esta forma, “cualquier persona que tenga un problema de salud mental es una persona que nosotros tenemos que tener en cuenta y tenemos que atender tengan la edad que tenga”, subraya González. Y añade: “Tenemos que seguir incidiendo para que Europa tome medidas políticas que no olviden la salud mental de los mayores”.