La noticia saltó este fin de semana. La Federación Española de Baloncesto (FEB) publicó en su página web un comunicado de su base, Ricky Rubio. El jugador, miembro de los Cleveland Cavaliers de la NBA, señalaba que “he decidido parar mi actividad profesional para cuidar mi salud mental”. “Pediría que se respetara mi privacidad para poder afrontar estos momentos y poder dar más información cuando sea el momento”, agregaba, dando las gracias tanto a la afición como a la FEB por “entender” su decisión.
La resolución del base de El Masnou (Barcelona) supondrá su ausencia en el XIX Copa Mundial de Baloncesto Masculino se celebrará conjuntamente en Filipinas, Japón e Indonesia entre el 25 de agosto y el 10 de septiembre de 2023, un torneo en el que el combinado nacional defenderá el título cosechado en 2019 y su número 1 en el ranking mundial.
El caso de Ricky Rubio no ha sido el primero en emerger en el ámbito deportivo. En el año 2021, la gimnasta artística estadounidense Simone Biles declaraba que “es más importante la salud mental que el deporte ahora mismo”. De esta forma, la deportista renunciaba a participar en los ejercicios de individual, suelo, salto y asimétricas de los Juegos Olímpicos de Tokio.
Dos años después de aquel parón, la gimnasta ha regresado a la competición de manera triunfal. Con una soberbia actuación en el US Classic de Chicago en los ejercicios de barras asimétricas, equilibrio, suelo y salto, ha obtenido la victoria con un total de 59.100 puntos, lo que supone una ventaja de 5.000 respecto a la segunda, Leanne Wong.
Significativo fue también el caso de la tenista japonesa Naomi Osaka. En junio de 2021, cuando ostentaba el número 2 del ranking mundial, decidió abandonar Roland Garros. La depresión, el estrés y la ansiedad fueron los detonantes de su determinación. “Lo cierto es que he sufrido largos periodos de depresión desde el US Open de 2018”, expresó entonces la jugadora. Un proceso parecido al que vivió la tenista ex-número uno del mundo, Ashleigh Barty, que tras salir campeona del Open de Australia, tomó la decisión de retirarse por agotamiento mental con tan solo 25 años.
ANDRÉS INIESTA Y LA VISIBILIDAD DE LA SALUD MENTAL
El futbolista Andrés Iniesta, mediocentro ofensivo conocido por marcar el gol de la victoria en la final de la Copa del Mundo que España conquistó frente a Países Bajos, tampoco ha sido ajeno a la importancia de la salud mental y su relación con el deporte de alto rendimiento.
"Cuanto más se hable, cuanto más se diga, más ayuda"
En una entrevista concedida al youtuber Jordi Wild para su programa ‘The Wild Project’, el albaceteño aseguró haber sufrido una depresión y, desde entonces, mantiene sus visitas a terapia para trabajar en sí mismo. “Yo no me recuperé de ese periodo”, reconoce el futbolista, si bien expone que no se encuentra como entonces. Sin embargo, “estando en Japón [donde actualmente compite] he vivido situaciones muy parecidas, no iguales porque ya sé reconocerlas, aquello que habías vivido te va a ayudar a no caer tan bajo”.
En este contexto, Iniesta pone sobre la mesa que los problemas de salud mental no son exclusivos de colectivos concretos y que le pueden “suceder a cualquiera”, dado que nada tienen que ver con las “cosas materiales”. “Cuanto más se hable, cuanto más se diga, más ayuda”, concluye.
LA PSICOLOGÍA DEPORTIVA COBRA PROTAGONISMO
Cada vez son más los profesionales que deciden añadir el tratamiento psicológico a su entrenamiento, ya sea en deportistas que compitan de manera individual, como en equipos que incorporan a su cuerpo técnico un departamento de psicología que trabaja de manera grupal e individual con los jugadores. En una entrevista concedida a ConSalud.es, Ana Silva Callejo, colaboradora del centro de psicólogos UPAD y psicóloga del Club Deportivo Trival Valderas y Atlético Cañada de Alcorcón, destaca que “formamos parte del cuerpo técnico de clubes deportivos donde nuestra labor es ayudar a mejorar el rendimiento de una manera más constante y bidireccional, a través de la observación y análisis de las situaciones de entrenamiento y competición”.
El estrés y la ansiedad son algunos de los peligros que pueden afectar de manera negativa a los deportistas a la hora de competir. La experta señala que la exigencia que se impone uno mismo es la más perjudicial. “Lo que lleva a un agotamiento mental, que termina desembocando en una falta de motivación", sentencia Silva.