Las personas que reciben tratamiento de salud mental y los pacientes con enfermedades crónicas están entre los dos colectivos más afectados por las medidas de austeridad en el Sistema Nacional de Salud (SNS) en España, según un reciente estudio publicado por Amnistía Internacional (AI).
En 'La década pérdida: Mapa de austeridad del gasto sanitario en España del 2009 al 2018', la ONG analiza el impacto negativo de los recortes implementados en la Sanidad española durante la crisis económica de 2008.
"Los últimos diez años representan una década perdida en términos de inversión sanitaria en España y una vulneración del derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental", sostiene Aministía Internacional en el citado informe.
Según explica la entidad, en el contexto de la crisis económica y financiera que se inicia en 2008, en nuestro país se adoptaron una serie de medidas de austeridad en el ámbito sanitario con consecuencias hasta la actualidad. "En 2009, el Gobierno comenzó a recortar el gasto público, llegando a su nivel más bajo en 2013 cuando el gasto total sanitario era de un 12,7% más bajo que en 2009. Si bien desde el año 2014 se ha ido incrementando la inversión, España no ha recuperado ni siquiera los niveles de 2009 en términos reales", advierte la organización.
El gasto público en Sanidad comenzó a recortarse en 2009, llegando a su nivel más bajo en 2013 cuando el gasto total sanitario era todavía un 12,7% más bajo
Para Aministía Internacional, estos recortes en el SNS han provocado un "deterioro de la accesibilidad, asequibilidad y calidad de la asistencia sanitaria" en las personas de rentas más bajas, y dentro de este grupo, en las personas con enfermedades crónicas, las personas con discapacidad, las que reciben tratamiento de salud mental y las personas mayores.
"El impacto regresivo de las medidas de austeridad, combinado con la forma en que estas medidas se desarrollaron y aplicaron, han constituido una violación del derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental", sentencia.
El estudio recoge que mientras que el Producto Interior Bruto ha subido un 8,6% entre 2009 y 2018, se observa una "reducción preocupante" en la inversión sanitaria y otros indicadores relacionados.
"En valor real, el gasto sanitario público se ha reducido en un 11,21% y la inversión sanitaria pública per cápita lo ha hecho en un 10,54%. En lo que se refiere a la Atención Primaria, la inversión se ha reducido en un 13,1% y el porcentaje que se dedica a este nivel asistencial respecto del total del gasto sanitario público ha disminuido de media en las Comunidades Autónomas del 14,39% en 2009 al 13,9% en 2018. La ratio de personal médico y de Enfermería en Atención Primaria por cada 1.000 habitantes es prácticamente la misma diez años después", advierte AI.