En el año 2030, una de seis personas en el mundo tendrá más de 60 años de acuerdo con los pronósticos realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En ese momento, el grupo de población de 60 años o más pasará de los 1.000 millones registrados en 2020 a 1.400 millones. Se espera que para el 2050, el grueso de la población mundial en esta franja de edad se duplique hasta alcanzar los 2.100 millones de personas. La OMS informa además de que las previsiones apuntan a que la cifra de personas con 80 años o más se triplique entre 2020 y 2050 hasta alcanzar los 426 millones de personas.
Tal y como muestran estos datos la esperanza de vida se ha incrementado en la mayor parte de los países de forma significativa a lo largo de las últimas décadas. Un logro que no debe ser visto únicamente desde el punto de vista de la salud física. Cierto es que la mejora en aspectos como la alimentación o los avances que se han producido en la medicina han contribuido notablemente a cada vez vivamos más años. El problema es que pocas veces se tiene en cuenta la salud mental de nuestros mayores.
Las sociedades no avanzan a la misma velocidad y tristemente somos testigos de cómo no sabemos dar el lugar que corresponde a los adultos mayores en ellas. Las personas de 60 años en adelante continúan realizando importantes contribuciones a las sociedades de las que forman parte en diversos ámbitos, incluidos el laboral. Si bien la mayoría de los individuos que componen este segmento poblacional goza de una buena salud mental, son muchos los que también corren el riesgo de desarrollar trastornos mentales, neurológicos o problemas relacionados con el consumo de sustancias. La soledad a la que muchos tienen que hacer frente, el no sentirse útiles y las enfermedades que les limitan en muchos casos, son origen de otros problemas relacionados con la salud mental como la depresión.
La OMS advierte de que más del 20% de los adultos mayores de 60 años padece un trastorno mental o neurológico, atribuyéndose hasta el 6,6% de todas las discapacidades en los mayores de 60 años a los trastornos mentales y neurológicos. Este tipo de trastornos representan el 17,4% de los años vividos con discapacidad. Entre los trastornos mentales y neurológicos con mayor prevalencia en este grupo de edad encontramos la demencia y la depresión, que afectan al 3,8% de la población global de 60 años en adelante.
Uno de los grandes retos que plantea el abordaje de los problemas de salud mental en los mayores es el diagnóstico. Los factores de riesgo son múltiples y pueden producirse en cualquier etapa de nuestra vida. Las personas mayores pueden enfrentarse a factores estresantes comunes a la vida de todos, pero también a otros asociados a la vejez como la pérdida continua y significativa de capacidades y el deterioro de la capacidad funcional como el dolor crónico, reducción de la movilidad o el aumento de la fragilidad.
Cabe señalar que los mayores, por norma general, se enfrentan a eventos como el duelo o una caída en su nivel socioeconómico como consecuencia de la jubilación. Todos estos factores pueden provocar en la persona aislamiento, soledad o angustia psicológica que pueden derivar en la necesidad de atención a largo plazo.
Entre los trastornos mentales y neurológicos con mayor prevalencia en este grupo de edad encontramos la demencia y la depresión, que afectan al 3,8% de la población global de 60 años en adelante
El reconocimiento de la importancia de la salud mental en los mayores es fundamental en un contexto de progresivo envejecimiento de la población ya que su impacto es claro en la salud física. La OMS enfatiza en este sentido la vulnerabilidad de este grupo de población ante el abuso físico, verbal, psicológico, financiero y sexual; abandono, descuido y graves pérdidas de dignidad y respeto. La evidencia indica que una de cada seis personas mayores experimenta algún tipo de abuso que no solo puede provocar secuelas físicas, sino también psicológicas.
La fotografía que observamos a través de estas líneas plantea una serie de necesidades que deben encontrar respuesta no solo en las sociedades y por los profesionales de la salud, sino también en esferas como la política y la economía:
- Formación de los profesionales de la salud en la atención a las personas mayores.
- Prevenir y controlar las enfermedades crónicas asociadas con la edad, incluidos los trastornos mentales, neurológicos y por consumo de sustancias.
- Diseñar políticas sostenibles sobre cuidados a largo plazo y paliativos.
- Desarrollo de servicios y entornos adaptados a las personas mayores.
Los expertos de la OMS inciden en que la salud mental de los adultos mayores puede mejorarse mediante la promoción del envejecimiento activo y saludable, asegurando que cuenten con los recursos necesarios para satisfacer necesidades como:
- Brindar su seguridad y libertad.
- Vivienda adecuada a través de una política de vivienda de apoyo.
- Apoyo social para las personas mayores y sus cuidadores.
- Programas sociales y de salud dirigidos a grupos vulnerables como aquellos que viven solos, en entornos rurales o que padecen una enfermedad mental y/o física.
- Programas destinados a la prevención del abuso de ancianos.
- Programas de desarrollo comunitario.
La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el periodo 2021-2030 como la Década del Envejecimiento Saludable y solicitó a la OMS que se encargara de liderar su puesta en práctica. La Década es un proyecto de colaboración a escala mundial que pretende aunar los esfuerzos de los gobiernos, la sociedad civil, los organismos internacionales, los profesionales, el mundo académico, los medios de comunicación y el sector privado para llevar a cabo una acción concertada, catalizadora y colaborativa a lo largo de 10 años orientada a promover vidas más largas y saludables.
Su principal objetivo radica en la reducción de las desigualdades en materia de salud y mejorar la vida de las personas mayores, sus familias y comunidades a través de la acción colectiva. Un desafío que, tal y como se ha señalado anteriormente, tiene que ser abordado de forma indisoluble desde una perspectiva física y mental.