En España aparecen más de 2.000 nuevos casos al año de Síndrome de Ménière, un trastorno crónico del oído interno que afecta a la audición y al equilibrio y cuyos principales síntomas son los vértigos rotatorios, la formación de acúfenos y la hipoacusia.
Tal y como indican las asociaciones y los afectados, aprender a vivir con esta enfermedad produce mucho estrés e inseguridad, ya que a las consecuencias físicas que generan los vértigos, a la inestabilidad más o menos constante con la que conviven los afectados y a la pérdida de audición paulatina que provoca este síndrome, se une un impacto psicológico fruto de la incertidumbre que ocasiona la posible aparición de una crisis. Y es esta angustia la que provoca la alteración o supresión de rutinas de la vida diaria, como conducir, y dificulta la posibilidad de hacer planes sociales o laborales, lo que puede menoscabar el bienestar anímico, la confianza, la autoestima y el sentido de la independencia de los afectados.
El Síndrome de Ménière genera vértigos, inestabilidad constante y pérdida de audición paulatina
Por ello, una de las principales reivindicaciones de los pacientes y las asociaciones es una mayor inversión por parte de la Administración en terapias y ayudas encaminadas a mejorar su vida, y en recursos económicos que permitan avanzar en la investigación de las causas de esta patología y en la búsqueda de un tratamiento. Asimismo, es fundamental una mayor concienciación entre los profesionales sanitarios y la sociedad en general sobre la existencia de este síndrome y sus consecuencias.
“Como profesionales sanitarios, desde SAE nos sumamos a esta labor de concienciación y reivindicación de los afectados, apoyando todas las iniciativas que se lleven a cabo para mejorar su calidad de vida, que, al fin y al cabo, es el fin último de la atención sanitaria. Para ello es fundamental que los especialistas sanitarios tengan una formación adecuada, pues son ellos quienes deben guiar a los afectados y establecer el tratamiento adecuado en cada momento de la enfermedad. Un tratamiento que, en muchos casos, depende del acceso a terapias adecuadas, por ello las distintas administraciones deben implicarse y facilitar estos tratamientos a los pacientes que los necesiten”, explica Daniel Torres, secretario de Acción Social y Formación de SAE y coordinador de la campaña "SAE con las enfermedades raras".