El ictus es una de las principales causas de muerte y discapacidad en España. Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), se producen cada año entre 110.000 y 120.000 nuevos casos de ictus, provocando la muerte de más de 24.000 personas solo el año pasado. Además, aquellos que no fallecen, tienen que convivir con secuelas que en muchas ocasiones provocan discapacidad. Con el objetivo de crear conciencia entre la población sobre esta enfermedad cerebrovascular, sus síntomas, sus factores de riesgo y cómo prevenirlos, el 29 de octubre se celebra el Día Mundial del Ictus.
“Un ictus ocurre cuando el flujo sanguíneo hacia una parte del cerebro se interrumpe, ya sea debido a un coágulo sanguíneo (en estos casos se denomina ictus isquémico y supone más del 80% de los casos) o a una hemorragia (ictus hemorrágico)", comenta la Dra. Mª Mar Freijo, Coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología.
En ambos casos, se trata de una urgencia sanitaria que debe ser abordada rápidamente ante los primeros síntomas. "Cuanto menos tiempo pase desde la aparición de los primeros síntomas hasta que pueda ser tratada, mayor será la probabilidad de sobrevivir a esta enfermedad o reducir sus secuelas”, añade la doctora.
Mª Mar Freijo: "Es fundamental que toda la población conozca en qué consiste en esta enfermedad y que sepa que cada minuto cuenta"
Sin embargo, solo un 50% de la población española sabría reconocer los síntomas de la enfermedad. Además, el Código Ictus, sistema de atención sanitaria que se activa al llamar a emergencias con síntomas, solo se llega a utilizar en aproximadamente el 40% de los casos que se atienden actualmente en los hospitales.
“El Código Ictus, que se ha implantado en todas las CC.AA. para que los pacientes con un ictus lleguen lo antes posible al hospital, que a su llegada esté todo preparado para atenderles inmediatamente y reducir el tiempo que transcurre desde que se detecta que una persona tiene un ictus hasta que se empiece el tratamiento, ha demostrado en los últimos su gran utilidad para salvar vidas y evitar discapacidad", apunta la experta.
El problema radica en que, si los familiares o pacientes no saben reconocer los síntomas o cómo actuar, no pueden beneficiarse del sistema. "Teniendo en cuenta que un ictus mata dos millones de neuronas cada minuto y que existe una ‘ventana terapéutica’ antes de que los tratamientos de los que disponemos dejen de ser efectivos, es fundamental que toda la población conozca en qué consiste en esta enfermedad y que sepa que cada minuto cuenta. Y más si tenemos en cuenta que el 25% de la población sufrirá un ictus a lo largo de su vida”, explica la Dra. Mª Mar Freijo.
Por ello, la SEN insiste en que ante síntomas de pérdida brusca de fuerza o sensibilidad en una parte del cuerpo, alteración brusca en el lenguaje o en la visión, pérdida brusca de coordinación o equilibrio y dolor de cabeza muy intenso, se llame al 112. Esto se debe hacer incluso cuando solo se experimente uno de esos síntomas o estos desaparezcan a los pocos minutos.
Por otro lado, se estima que en menos de 15 años el número de casos de ictus aumentará un 35%, por lo que se hace aún más evidente la importancia de concienciar. Detrás del incremento de los casos se encuentra el envejecimiento poblacional, pues la mayoría se dan en mayores de 65 años. Aún así, el ictus no es una enfermedad exclusiva de personas mayores: aproximadamente el 10-15% de todos los ictus ocurren en personas menores de 45 años e incluso, aunque raros, se pueden dar casos de ictus infantil.
Además, hay otros factores que también influyen en el riesgo de sufrir un ictus, que en muchos casos pueden ser modificables. "Estimamos que hasta el 90% de los casos se podrían llegar a evitar simplemente controlando adecuadamente los factores de riesgo modificables de esta enfermedad. Por esa razón, el Día Mundial del Ictus también surgió con el objetivo de concienciar sobre la importancia de tratar de prevenir esta enfermedad”, destaca la doctora.
Mª Mar Freijo: "Si no tomamos medidas, en los próximos diez años, en Europa, aumentarán un 45% las muertes por ictus y un 25% el número de supervivientes de ictus con discapacidad"
La hipertensión es el factor de riesgo más importante para la aparición de esta enfermedad, pero otros como el tabaquismo, el sedentarismo, la mala alimentación, la obesidad, el alcoholismo, el consumo de drogas, la genética, el estrés o padecer fibrilación auricular, colesterol o la diabetes también contribuyen.
Muchos de estos factores son modificables. “A pesar de que en los últimos años se ha avanzado mucho en el tratamiento de esta enfermedad, con la aparición de nuevos procedimientos y fármacos y la implantación cada vez mayor de Unidades de Ictus, que han conseguido mejorar sustancialmente el pronóstico de esta enfermedad, la mayor herramienta que tenemos actualmente para combatir el ictus es la prevención", expresa la doctora Mª Mar Freijo.
"Si no tomamos medidas, en los próximos diez años, en Europa, aumentarán un 45% las muertes por ictus y un 25% el número de supervivientes de ictus con discapacidad. Teniendo en cuenta que, en el 40% de los casos, el ictus deja importante secuelas que impiden a los pacientes la realización de actividades cotidianas, lo que ya genera un coste no sanitario superior a los 6.000 millones de euros anuales en Europa, en días como hoy es importante recalcar que está en manos de todos reducir el impacto de esta enfermedad”, concluye la doctora.