A principios de verano, el biólogo molecular ruso Denis Rebrikov anunció una idea que suscitó una gran polémica y un fuerte rechazo entre la comunidad científica: la creación de bebés modificados genéticamente con CRISPR.
No es la primera vez que esta idea genera controversia entre la opinión pública. Hace unos meses, el científico chino He Jiankui aseguró haber creado los primeros bebés modificados a través de la técnica CRISPR. En concreto, el investigador se habría servido de esta herramienta en dos gemelas para eliminar el gen CCR5 con el objetivo de hacerlas resistentes a la viruela, el cólera o el VIH.
El encuentro entre la Administración y la comunidad científica contó con la presencia de la endocrinóloga pediátrica Maria Vorontsova, hija mayor de Vladímir Putin e impulsora de la investigación en este campo
Según informa Bloomberg y toda vez conocidas las intenciones de Rebrikov, el Kremlin de Moscú convocó a una serie de los genetistas más prestigiosos del país para analizar la cuestión. Un encuentro entre la Administración y la comunidad científica que contó con la presencia de la endocrinóloga pediátrica Maria Vorontsova, hija mayor de Vladímir Putin e impulsora de la investigación en este campo, según fuentes de la cabecera americana.
Desde el Centro Nacional de Investigación Médica Kulakov para Obstetricia, Ginecología y Perinatología ya han asegurado que este mes de octubre trasladarán una petición al Ministerio de Sanidad del país para que se proceda a revisar los protocolos y normativas ligados a la regulación de CRISPR.
El escenario que se presenta ahora es complejo para el Ejecutivo ruso. Y es que, a pesar de que la idea de liderar este área puede ser tentadora para Rusia, la Iglesia ortodoxa, que tiene mucha influencia entre la sociedad del país, ya se ha mostrado totalmente opuesta a este tipo de prácticas.