El pasado 29 de octubre la Organización Mundial de la Salud (OMS) concluía la celebración de la Semana Internacional de Prevención del Envenenamiento por Plomo. A pesar de que existe un amplio reconocimiento sobre los efectos de este tóxico para nuestra la salud, la exposición al plomo continúa siendo un importante problema de salud pública a nivel global. Basta con señalar que la OMS ha identificado el plomo como una de las 10 sustancias químicas de mayor preocupación para la salud pública.
La exposición al plomo afecta de forma particularmente negativa a los sistemas neurológico, cardiovascular, gastrointestinal y hematológico, los niños pequeños son especialmente vulnerables ya que una elevada exposición al plomo afecta al desarrollo de su cerebro lo que puede derivar en una capacidad cerebral reducida. Para hacernos una idea del problema de salud pública que representa, el informe publicado en 2021 por la OMS sobre el “Impacto de las sustancias químicas en la salud pública”, estima que casi el 50% de los dos millones de muertes provocadas por la exposición a sustancias químicas en 2019 se debieron al plomo.
Se estima que la exposición al plomo representa 21,7 millones de años de vida perdidos por discapacidad en todo el mundo. Además, se atribuye a la exposición al plomo el 30% de la carga mundial de discapacidad intelectual idiopática (afección diagnosticada antes de los 18 años que incluye un funcionamiento intelectual general por debajo de la media y una carencia de las destrezas necesarias para el desarrollo de la vida diaria).
Si hablamos de las fuentes más importantes de exposición al plomo destacan la contaminación ambiental provocada por actividades como la minería, fundición, reciclaje y uso del plomo en una amplia gama de productos. La OMS alerta de que más de las tres cuartas partes del consumo mundial de plomo se destina a la fabricación de baterías de plomo-ácido que se emplean en los vehículos a motor. El plomo también está presente en otros productos como pigmentos, pinturas, joyas, juguetes, algunos cosméticos o municiones. El agua potable que se suministra a través de tuberías de plomo o tuberías unidas mediante soldaduras de plomo también puede contener este elemento sumamente perjudicial para la salud.
Casi el 50% de los dos millones de muertes provocadas por la exposición a sustancias químicas en 2019 se debieron al plomo
La campaña que acaba de finalizar supone el décimo aniversario de la OMS en la lucha para eliminar la pintura con plomo. “Di no al envenenamiento por plomo” ha sido el claim de esta campaña que reconoce la urgencia a la hora de adoptar las medidas necesarias para eliminar todas las fuentes de exposición al plomo. Entre las intervenciones propuestas se incluyen la eliminación de los usos no esenciales del plomo (como el plomo que se emplea en las pinturas), garantizar el reciclaje seguro de los desechos que contienen plomo, concienciar a las sociedades sobre la importancia de eliminar de forma segura las baterías y ordenadores que contienen plomo, así como mayores controles médicos, como la medición de los niveles de plomo en sangre de niños, mujeres en edad fértil y personas expuestas al plomo debido a su actividad profesional.
La OMS destaca que la eliminación de la pintura con plomo contribuirá de forma significativa a alcanzar algunas de las metas fijadas en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, como:
- Objetivo 3.9 para 2030: reducir sustancialmente el número de muertes y enfermedades causadas por productos químicos peligrosos, y la contaminación del aire, el agua y el suelo.
- Objetivo 12.4 para 2030: lograr la gestión ambientalmente racional de los productos químicos y todos los desechos a lo largo del ciclo de la vida, de conformidad con los marcos internacionales acordados, y reducir significativamente su liberación al aire, el agua y el suelo, a fin de minimizar sus efectos adversos en la salud humana y el medio ambiente.
En 2021, 84 países contaban con leyes para reducir el uso del plomo en pinturas. Desde el año 2009 más de un centenar de estudios realizados en 59 países han mostrado que las pinturas con plomo continúan vendiéndose de forma amplia en los países de medios y bajos ingresos. La mayoría de las pinturas analizadas excedían los límites legales de plomo.