El continente europeo está haciendo frente a un verano inusualmente cálido con temperaturas récord en muchos países. El cambio climático se traduce en un preocupante incremento de los eventos climatológicos extremos como las olas de calor que estamos viviendo este 2022. Una situación sobre la que los expertos llevan años alertando y que ya se recogía en el informe elaborado por la Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) “Peligros climáticos cambiantes de Europa”, publicado a finales de 2021.
Un documento elaborado en base a las conclusiones del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), según las cuñales “es innegable que el cambio climático es el responsable del aumento de los fenómenos meteorológicos extremos”.
El informe pronostica cambios como el aumento progresivo de las temperaturas medias en todo el viejo continente, así como un incremento de las olas de calor extremo y precipitaciones también extremas. Por regiones, el horizonte climático que se prevé para Europa es el siguiente:
- Europa meridional debería prepararse para veranos más cálidos, sequías más frecuentes y un mayor riesgo de incendio.
- En Europa septentrional es probable que aumenten las precipitaciones anuales y las lluvias torrenciales.
- Es probable que Europa central experimente menores precipitaciones estivales, pero también fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes y más fuertes, incluidas precipitaciones intensas, desbordes fluviales, sequías y riesgos de incendio.
- Se prevé que la temperatura de la superficie del mar, las olas de calor marinas y la acidez del agua aumenten en todos los mares regionales europeos. El aumento del nivel del mar se está acelerando en todas las costas europeas, a excepción del Mar Báltico septentrional.
Estos pronósticos de hace un son ahora realidades. Las olas de calor extremas que estamos viviendo en gran parte del continente tienen importantes consecuencias negativas para la salud, especialmente en los grupos de población más vulnerables. Las personas en todos los países europeos deben prepararse para un aumento de los días con temepraturas extremas y precipitaciones también extremas.
"Si bien las olas de calor no son tan destructivas como otras amenazas naturales, tales como los huracanes e inundaciones repentinas, pueden causar mortalidad y morbilidad que no son evidentes de forma inmediata debido a varias causas, incluida la falta de sistemas de vigilancia para enfermedades crónicas"
Los efectos directos del calor pueden provocar problemas de salud como dermatitis, edemas, quemaduras, insolación, calambres, síncopes, estrés por calor, agotamiento por calor y golpes de calor. En las personas más vulnerables, como adultos mayores, niños o enfermos, estos problemas pueden tener resultados fatales.
“Si bien las olas de calor no son tan destructivas como otras amenazas naturales, tales como los huracanes e inundaciones repentinas, pueden causar mortalidad y morbilidad que no son evidentes de forma inmediata debido a varias causas, incluida la falta de sistemas de vigilancia para enfermedades crónicas. Por ejemplo, las olas de calor que afectaron Europa en el verano de 2003 fueron responsables de la muerte de 70.000 personas”, alerta la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Un problema sobre el que destacan que es predecible y prevenible mediante intervenciones de salud pública. Razón por la que la OPS y la Organización Mundial de la Salud (OMS), instan a:
- Fortalecer las capacidades del sector salud, mediante el desarrollo de planes de acción contra las olas de calor que incluyan mejoras en los preparativos y la respuesta frente a esta amenaza, y por medio de ello, reducir el exceso de enfermedades, muertes y trastornos sociales ocasionados por las olas de calor.
- Fortalecer las capacidades de los servicios meteorológicos para generar proyecciones y predicciones relevantes para el bienestar humano, y para promover una estrecha coordinación entre estos servicios y el sector de salud, de modo que la información meteorológica sea usada para la toma de decisiones, antes, durante y después de una ola de calor.