Tener miedo a las avispas y las abejas es algo muy común. Mucho más si se trata de padres o madres de niños pequeños que temen a estos himenópteros y quieren proteger a sus hijos de sus picaduras. Es precisamente porque estos insectos pueden provocar reacciones como una picadura cualquiera, pero también pueden provocar un efecto grave, no solo en niños, también en el resto de la población que pueda presentar una alergia.
Aunque todos los insectos son capaces de provocar una reacción alérgica, la forma en la que responde el cuerpo de un niño a una picadura puede variar. Los casos más graves pueden provocar “un cuadro anafiláctico, potencialmente mortal”, tal y como explica la pediatra y alergóloga, Cristina Ortega Casanueva, miembro de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) en una entrevista a ConSalud.es.
“Las reacciones generalizadas o sistémicas afectan a varios órganos u aparatos y son las que pueden adquirir tal gravedad que pueden llegar a comprometer su vida”
Es cierto que lo más frecuente es la inflamación, el dolor, el enrojecimiento y el picor de la zona donde se ha inoculado el veneno, según cuenta la especialista. Sin embargo, también se pueden producir otras reacciones de mayor gravedad. “Las reacciones generalizadas o sistémicas afectan a varios órganos u aparatos y son las que pueden adquirir tal gravedad que pueden llegar a comprometer su vida”, resalta la pediatra y alergóloga.
Y para identificar estos signos más graves, hay una serie de síntomas que pueden indicar que algo está ocurriendo. “Si el niño presenta tras una picadura enrojecimiento de la piel, inflamación exagerada la zona o del miembro afecto, mareo, sudoración, vómitos, fiebre elevada o dolor en las articulaciones hemos de consultar rápidamente al pediatra”, detalla la experta miembro de la SEICAP.
¿CÓMO SABER SI UN NIÑO ES ALÉRGICO A LOS HIMENÓPTEROS?
Mientras que para los mosquitos “no se suelen hacer pruebas cutáneas de rutina”, explica la doctora, en el caso de los himenópteros sí es posible identificar una posible alergia. En este caso, los profesionales se encargan de preguntar a los progenitores “si pudieron identificar el insecto, si saben el lugar donde ocurrió, la época del año y si le dejó el aguijón clavado”, comenta la doctora.
Tras este proceso, los sanitarios se encargarán de realizar “pruebas cutáneas con veneno de himenóptero”, indica Ortega. “Esto debe realizarse por personal experimentado, por el cierto riesgo que entraña el reproducir la reacción de nuevo”, puntualiza. Y en niños muy pequeños, es el pediatra alergólogo el encargado de evaluar si se ponen en marcha las pruebas o si hay que esperar.
MEDIDAS DE PREVENCIÓN
Además de conocer los posibles riesgos del menor ante los himenópteros, como pueden ser las reacciones alérgicas, también es importante mantener precauciones, especialmente en zonas de mayor presencia de avispas o abejas. Por eso, la experta enumera unas normas que deben tener en cuenta padres y madres para proteger a sus hijos de las picaduras de estos insectos.
"Cuando la avispa pica conserva el aguijón, pudiendo picar repetidas veces; además, con su picadura se liberan feromonas que pueden atraer a otros miembros de la colonia"
Una de sus primeras recomendaciones es "evitar acercarse a nidos de avispas o panales de abejas, pues estos himenópteros sólo pican cuando se sienten amenazados o para defender sus nidos". Tanto si está encima de nuestra piel como en un lugar próximo, es preferible "permanecer quietos o hacer movimientos muy lentos hasta que se vaya es lo adecuado", sostiene Ortega. Y en el caso de que produzca una picadura, sí es recomendable alejarse de la zona donde se haya producido este accidente, porque "cuando la avispa pica conserva el aguijón, pudiendo picar repetidas veces; además, con su picadura se liberan feromonas que pueden atraer a otros miembros de la colonia", señala.
Otras medidas de prevención están en el consumo de determinadas bebidas o alimentos, así como en la vestimenta. Por esta razón, la pediatra y alergóloga recomienda comprobar que no haya insectos cerca de las bebidas o alimentos, protegerse con ropa y calzado en zonas donde pueda haber himenópteros, o evitar los perfumes y colores intensos que pueden atraer a estos insectos en las salidas al campo.