Ribera alerta de que el uso de auriculares o los ruidos elevados pueden disminuir la audición

Especialistas en Otorrinolaringología del grupo sanitario alertan de que estos hábitos constituyen la principal causa de trastornos provocados por el ruido en los jóvenes

Paula Hernández y Francisco J. Rodríguez, otorrinolaringólogos en el hospital Ribera Virgen de la Caridad (Foto: Ribera)
Paula Hernández y Francisco J. Rodríguez, otorrinolaringólogos en el hospital Ribera Virgen de la Caridad (Foto: Ribera)
CS
1 marzo 2024 | 11:15 h
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El uso de auriculares es una costumbre cada vez más extendida entre adolescentes, jóvenes e incluso la población adulta. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la mitad de las personas de entre 12 y 35 años utiliza dispositivos electrónicos a niveles inseguros, especialmente en países de ingresos medios y altos.

Sin embargo, en el marco del Día Mundial de la Audición, que tiene lugar el día 3 de marzo, especialistas en Otorrinolaringología del grupo sanitario Ribera alertan de las consecuencias que este hábito puede tener para la salud. “Estos hábitos constituyen en la actualidad la principal causa de trastornos provocados por el ruido en los jóvenes”, según explica el doctor Roberto Valdés, jefe del Servicio de Otorrinolaringología del hospital Ribera Povisa (Vigo).

Por su parte, la doctora Lorena Sanz, jefa del mismo servicio en el Hospital Universitario de Torrejón, considera que “la exposición a ruidos intensos, ya sean puntuales, pero a altas intensidades, como explosiones o disparos, o frecuentes a intensidades moderadas, como discotecas, conciertos, ambiente laboral o el uso prolongado de auriculares, pueden disminuir la audición, incluso hasta llegar a necesitar audífonos”. En este sentido, la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) prevé que la mitad de los adolescentes y jóvenes españoles sufrirán una pérdida de audición o acúfenos por la exposición al ruido.

Lorena Sanz: “La exposición a ruidos intensos puede disminuir la audición, incluso hasta llegar a necesitar audífonos”

Además de la pérdida de audición, los pacientes pueden sufrir otras consecuencias a raíz de este tipo de exposiciones, como pueden ser ruidos en los oídos, limitación en la vida diaria por la dificultad para entender o para orientar el origen de los sonidos o la alteración de los sonidos escuchados.

El doctor Valdés, a su vez, insiste en la importancia de prevenir este tipo de exposiciones voluntarias a ruidos. “La lesión del oído interno puede producir una pérdida auditiva permanente”, asegura, al tiempo que recuerda que “cuando la exposición al ruido deteriora las células ciliadas del oído interno, el daño sufrido es permanente y estas células ya no se pueden recuperar”.

Así, recomienda que, en el caso de los reproductores de música “lo ideal sería aplicar la regla del 60-60, es decir, no utilizarlos más de 60 minutos al día y no superar el 60% del volumen que permiten los mismos”. Para garantizar una buena salud auditiva se recomienda no superar los 65 dB de intensidad sonora.

“Una exposición a un sonido superior a 85 dB supone un riesgo de pérdida auditiva, si se repite en el tiempo; y una exposición a 80 dB durante más de ocho horas al día requiere uso de protección auditiva para no ser lesiva. Por encima de 100 dB existe un riesgo de pérdida inmediata de la audición y el umbral del dolor llega cuando se sobrepasan los 125 dB”, asegura el jefe de Otorrinolaringología de Ribera Povisa.

Finalmente, Paula Hernández y Francisco J. Rodríguez, otorrinolaringólogos en el hospital Ribera Virgen de la Caridad, explican los síntomas de la hipocausia o disminución de la capacidad auditiva, y apuntan a que en estadios iniciales es posible que la persona no se percate de la situación.

Paula Hernández y Francisco J. Rodríguez: “Conforme va aumentando la pérdida, las señales de hipoacusia se observan cuando la persona tiene dificultades para percibir los sonidos"

Aún así, “conforme va aumentando la pérdida, las señales de hipoacusia se observan cuando la persona tiene dificultades para percibir los sonidos, llegando a no escuchar los menos intensos o encontrar dificultades para comprender las palabras o escuchar sonidos de forma distorsionada”, explican. Estos síntomas podrían hacer sospechar y revelar la necesidad de acudir a un especialista.

Otro síntoma frecuente en la mayoría de ocasiones subyacente a un daño auditivo puede ser el tinnitus o acúfeno, “que es una percepción de ruido en el oído a modo de timbre, silbido, zumbido o rugido sin que exista una fuente externa que lo produzca”, apuntan los especialistas de Ribera Virgen de la Caridad. “Menos conocidos y mucho menos frecuentes están descritos como síntomas la inestabilidad y los mareos”, añaden.

Los especialistas del grupo Ribera, para cuidar la salud auditiva, recomiendan evitar la exposición mantenida a ruidos intensos, no escuchar música a volúmenes altos, limitar el tiempo de escucha a volúmenes altos o usar protección auditiva en ambientes laborales si fuera necesario. También recuerdan no introducir nada en los oídos, alejarse de las fuentes de ruido, procurar no generar ruidos que molesten a otros o acudir al médico en caso de notar pérdida de audición.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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