La obesidad, una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en el mundo, está experimentando una transformación en su abordaje gracias a los avances farmacológicos. En declaraciones a ConSalud.es, el Dr. Diego Bellido, presidente electo de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), recuerda que “conseguir tratar bien la obesidad va a incidir de forma positiva en otras enfermedades que dependen de ella como la diabetes tipo 2 o la hipertensión entre otras”.
Bellido no olvida que “el tratamiento farmacológico de la obesidad tiene una historia negra”. Durante décadas, numerosos medicamentos prometedores fueron retirados del mercado debido a efectos secundarios graves, en su mayoría vinculados al sistema nervioso.
“Hasta hace poco, España sólo contaba con un inhibidor de la lipasa pancreática, el orlistat, un fármaco de acción limitada”, lamenta el experto. Sin embargo, en los últimos años, la irrupción de un nuevo grupo farmacológico que actúa sobre las incretinas, los agonistas de GLP-1, ha supuesto una revolución en el tratamiento de esta patología.
“El tratamiento farmacológico de la obesidad tiene una historia negra”
Actualmente, explica el Dr. Bellido, “España cuenta con tres fármacos aprobados y comercializados: Saxenda, Wegovy y Mounjaro. Con la incorporación de este último, que es un agonista doble, nos hemos posicionado como uno de los primeros en Europa en disponer de estas opciones terapéuticas”, destaca. “El uso de estos medicamentos ha provocado, por primera vez, un descenso en la prevalencia de la obesidad en Estados Unidos”, asevera el Dr. Bellido.
El especialista también señala que estos tratamientos no deben considerarse soluciones aisladas. “Es ilógico pensar que todo se soluciona con una pastilla. Es necesario un cambio de estilo de vida y hábitos saludables a largo plazo”. El Dr. Bellido subraya que, aunque los nuevos fármacos son una herramienta poderosa, no pueden actuar solos en un ambiente obesogénico. “El estilo de vida actual, caracterizado por el sedentarismo y una alimentación hipercalórica, es un obstáculo. Necesitamos un enfoque global que incluya cambios ambientales, sociales y culturales”.
Pese a los avances, existen barreras importantes en el acceso a estos tratamientos. “Si consideramos la obesidad como una enfermedad crónica, el tratamiento farmacológico debe mantenerse a largo plazo. Pero su disponibilidad, sobre todo a nivel económico, está limitada a pocos”, explica el Dr. Bellido. Además, los tratamientos actuales no están financiados por el sistema sanitario, lo que dificulta su continuidad en los pacientes.
Al considerar la obesidad como una enfermedad crónica, el tratamiento farmacológico debe mantenerse a largo plazo, lo que implica una dimensión económica relevante
En el caso del famoso Ozempic, es un fármaco comercializado con indicación terapéutica para diabetes asociada a obesidad. “Ahora la misma molécula para obesidad está siendo comercializada con dosificación específica”, apunta el Dr. Bellido. “Estos medicamentos suponen una auténtica revolución porque muchos pacientes están consiguiendo objetivos terapéuticos que no habían conseguido nunca”, comenta el especialista.
“UN HORIZONTE OPTIMISTA”
El panorama farmacológico se presenta prometedor. “Ahora mismo hay casi 300 moléculas en desarrollo, algunas con administración mensual o incluso oral, como cualquier pastilla para el colesterol”, indica el Dr. Bellido. Algunos de estos nuevos tratamientos podrían superar los resultados de la cirugía bariátrica, logrando pérdidas de exceso peso del 20 al 30 %.
Se espera que entre 2025 y 2028 lleguen al mercado múltiples opciones farmacológicas, lo que, comenta Bellido, “dibuja un horizonte optimista” en el manejo de la obesidad. “Debemos hacer estos tratamientos accesibles y garantizar que puedan utilizarse a largo plazo, combinarse con pautas de mantenimiento cómodas para el paciente, y conseguir tratar la obesidad como cualquier otro tratamiento para enfermedades crónicas”, concluye.