El cáncer de mama metastásico es, de momento, una enfermedad incurable. Una patología que afecta principalmente a las mujeres, aunque también se da en los hombres. Al año deja más de 6.000 fallecidos en España y es la primera causa de muerte en mujeres jóvenes, con edades comprendidas entre los 35 y los 50 años. A pesar de que la Oncología de Precisión y las terapias avanzadas están permitiendo mejorar las tasas de supervivencia de estas pacientes, todavía es necesario mejorar la planificación de la enfermedad, pues la burocracia está retrasando significativamente el acceso a los tratamientosoncológicos en personas para las que el tiempo es un factor clave.
En una entrevista a ConSalud.es, Pilar Fernández, presidenta de la Asociación Española de Cáncer de Mama Metastásico (AECMM), reconoce que, “sin duda, el enemigo del cáncer es el tiempo, pero en este caso se agrava más, porque se trata de pacientes metastásicos, cuya supervivencia hasta hace muy poco estaba entre los 5 y los 6 años”. Sin embargo, la demora en los tratamientos contra el cáncer se sitúa en 725 días en España, según el informe W.A.I.T., “una cifra que dista mucho de los 180 días que considera la Agencia Europea del Medicamento (EMA) para que el Sistema Nacional de Salud (SNS) de cada Estado miembro incluya los fármacos aprobados en su cartera de Salud”, expone Fernández.
A la espera de que los distintos países incluyan en su cartera de servicios y en el plazo estimado los fármacos aprobados por la EMA, en el caso particular de España, hay que sumarle la financiación desde la Seguridad Social. Este es un proceso largo y bastante opaco, un sistema de evaluación que la presidenta de AECMM califica como “repetitivo e ineficiente”. El punto de partida es la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos (CIPM), adscrita a la Secretaría General de Sanidad y en la que entran en juego diferentes agentes.
"Llevamos pidiendo desde hace muchos años que se tengan en cuenta la vulnerabilidad del paciente y la gravedad de la enfermedad"
La CIPM está compuesta por autoridades públicas nacionales y autonómicas: representantes del Ministerio de Sanidad, del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa, del Ministerio de Industria y Turismo, del Ministerio de Hacienda, autoridades de las Comunidades Autónomas con competencia en la prestación farmacéutica y las industrias farmacéuticas que presentan el tratamiento a financiar. “Esta Comisión se reúne periódicamente, pero lo que no se sabe es qué fármacos van a presentarse. Y, cuando un tratamiento es rechazado, tampoco trasciende el motivo por el que se rechaza, qué agentes han votado en favor o en contra, el precio que se ofrece o el precio por el que se ha rechazado. No sabemos absolutamente nada”, lamenta Fernández.
“Normalmente se alega el impacto presupuestario, pero para nosotros no es suficiente. Llevamos pidiendo desde hace muchos años que se tengan en cuenta la vulnerabilidad del paciente y la gravedad de la enfermedad”, añade. Además, desde la AECMM solicitan que se considere el grado de innovación de los fármacos, pues “no todos permiten tener la misma calidad de vida y los efectos secundarios no son los mismos”. Y, al hablar de terapias innovadoras, no solamente destacan los tratamientos oncológicos, sino también los métodos de diagnóstico como análisis genómicos, las biopsias líquidas y todo tipo de pruebas que ayudan a detectar la metástasis y el subtipo o mutación determinada. Con estos resultados, es posible aplicar la Oncología de Precisión.
Aun así, la autorización de la EMA y la posterior aprobación de la Comisión no garantizan que los tratamientos lleguen a los pacientes oncológicos en España. “Nuestra compleja distribución en materia de Sanidad recae sobre las Comunidades Autónomas, así que, una vez que la CIMP aprueba el tratamiento, empiezan las negociaciones con los gobiernos autonómicos”, señala Fernández. “Puede ocurrir que algunas Comunidades decidan financiar esos fármacos y que otras no. Pero, después, en cada territorio, son los hospitales los que deciden sobre la financiación de la terapia. Esto supone una falta de equidad tremenda a nivel europeo, a nivel nacional y a nivel autonómico”, señala la presidenta de AECMM.
"Lo lamentable es saber que existen terapias en otros países miembros que están siendo utilizadas favorablemente para los pacientes, pero que aquí no llegan"
Todo esto choca con la realidad de que muchas de las terapias y fármacos que aprueba la EMA han realizado sus pruebas en España, pues nuestro país es el primero de Europa en reclutar pacientes y en realizar ensayos clínicos y el segundo del mundo, sólo por detrás de Estados Unidos. “Lo lamentable es saber que existen terapias en otros países miembros que están siendo utilizadas favorablemente para los pacientes, pero que aquí no llegan. De nada sirve todo el esfuerzo de la investigación si el resultado no llega”, amonesta Fernández.
Ante este contexto, las pacientes con cáncer de mama metastásico exigen mayor transparencia en los procesos de evaluación, así como más agilidad, porque “el tiempo de 180 días que establece la EMA para que el SNS de los distintos países incorporen nuevas terapias y fármacos a sus carteras de servicios puede extenderse bastante más”. Mientras tanto, la vida de las personas continúa en juego. Las mujeres que están a la espera de recibir un tratamiento financiado, pueden costearse los fármacos ya aprobados por la EMA por sí mismas, pero “su coste es inasumible”, ya que oscila entre los 5.000 o 6.000 euros.
“La Oncología de Precisión se está utilizando en pacientes que ya están en un estado muy avanzado de la enfermedad”
Aquellas pacientes que, lamentablemente, ya hayan agotado las vías de tratamiento para su tipo de metástasis, sólo pueden aferrarse a la innovación terapéutica, que muchas veces sólo se ofrece en los centros de referencia. La Oncología de Precisión permite realizar pruebas para determinar el perfil genético y molecular de los tumores y, con ello, buscar las terapias dirigidas que puedan tratar la enfermedad de forma efectiva. Son, en realidad, dos reclamaciones que van unidas de la mano, pues, según la presidenta de la AECMM, la “Oncología de Precisión se está utilizando en pacientes que ya están en un estado muy avanzado de la enfermedad”.
Sin embargo, ya hay evidencias científicas sobre la mayor eficacia de las terapias de precisión en estadios iniciales de la enfermedad y no al final de la misma. Algo que, además de mejorar el bienestar de las mujeres afectadas, a su vez permitiría ahorrar importantes costes al sistema sanitario: “Recordemos que utilizar muchas líneas de tratamiento fallido no solamente destroza la calidad de vida de la paciente, sino que supone un coste extra”, indica Fernández.
Ante esta coyuntura, las pacientes de cáncer de mama metastásico buscan un cambio de paradigma en el que puedan ser parte activa de los distintos procesos de evaluación. Para ellas resulta vital tener acceso al mayor número de líneas posibles de tratamiento y, por ello, reclaman una mayor agilidad y transparencia del sistema. Un cambio que podría eliminar desigualdades, permitirles vivir más tiempo y tener más calidad de vida, mientras afrontan una enfermedad que evoluciona, que requiere de un tratamiento continuo o cambiante y que, a día de hoy, no dispone de una cura.