Los antibióticos son medicamentos utilizados para prevenir y tratar las infecciones bacterianas. La resistencia a los antibióticos se produce cuando las bacterias mutan en respuesta al uso de estos fármacos. Son las bacterias, y no los seres humanos ni los animales, las que se vuelven resistentes a los antibióticos. Estas bacterias farmacorresistentes pueden causar infecciones en el ser humano, pero también en los animales y esas infecciones son más difíciles de tratar que las no resistentes.
La resistencia a los antibióticos hace que se incrementen los costos médicos, que se prolonguen las estancias hospitalarias y que aumente la mortalidad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es necesario que se cambie urgentemente la forma de prescribir y utilizar los antibióticos.
“Aunque se desarrollen nuevos medicamentos, si no se modifican los comportamientos actuales, la resistencia a los antibióticos seguirá representando una grave amenaza"
“Aunque se desarrollen nuevos medicamentos, si no se modifican los comportamientos actuales, la resistencia a los antibióticos seguirá representando una grave amenaza. Los cambios de comportamiento también deben incluir medidas destinadas a reducir la propagación de las infecciones, a través de la vacunación, el lavado de las manos, la seguridad de las relaciones sexuales y una buena higiene alimentaria”, señala.
El Plan de Lucha contra la Resistencia a los Antibióticos, que se puso en marcha en 2014, siguiendo las directrices de la Unión Europea y que obligaba a los países miembros a llevarlo a cabo incluye el concepto de salud también en los animales, porque los antibióticos que reciben los animales tienen repercusión en los humanos y viceversa. En este sentido cobra importancia el concepto de ‘resistencia involuntaria’ a los antibióticos a través de la cadena alimentaria.
Tras su publicación en el Boletín Oficial de Estado (BOE) el pasado 17 de abril, el Real Decreto por el que se establece la transmisión electrónica de datos de las prescripciones veterinarias de antibióticos y piensos medicamentosos destinados a animales productores de alimentos para consumo humano entrará en vigor el 2 de enero de 2019.
El nuevo Real Decreto, que fue aprobado por el Consejo de Ministros el día 6 de abril a propuesta del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama), regula las condiciones y requisitos aplicables a la transmisión electrónica de estas prescripciones, estableciendo que los veterinarios deben proporcionar a la Administración los datos relativos a los antibióticos que prescriban a animales de consumo humano en las explotaciones en las que trabajan.
Esta nueva norma permitirá avanzar en los trabajos desarrollados en el marco del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN), cuyo objetivo es afrontar el grave problema de salud pública que constituye el desarrollo de resistencia bacteriana. La disponibilidad de datos cuantitativos sobre los antibióticos que se recetan a los animales de producción ayudará a mejorar la utilización de estos medicamentos y a concienciar sobre la importancia del uso prudente y sostenible de los mismos.