La salud global es una rama de la ciencia que estudia el estado de salud en el mundo, así como sus determinantes y las amenazas que la condicionan. Esta ciencia se esfuerza por abordar los problemas de salud en todo el mundo, promoviendo soluciones sanitarias universales para alcanzar una mayor equidad. Sin embargo, como señala la Federación Mundial de Asociaciones de Salud Pública (WFPHA), la salud global tiene raíces coloniales en la medicina tropical, lo que, entr otras cuestiones, perpetúa las desigualdades.
Históricamente, la medicina tropical fue un campo influenciado por motivos coloniales. Se empleaba para controlar y regular las poblaciones indígenas para sostener las economías coloniales. A raíz de esto, se desarrollaron prácticas de salud global dominadas por principios occidentales, que en muchas ocasiones hacen caso omiso de las necesidades y perspectivas locales. Muchos proyectos de salud continúan careciendo hoy de apropiación local y perpetúan un enfoque de arriba hacia abajo.
Para rectificar esto y promover alianzas equitativas y redistribuir los recursos, la descolonización de la salud mundial es fundamental pero, ¿cómo conseguirlo? La respuesta la ofrece un artículo publicado recientemente, que realizó una búsqueda sistemática en PubMed y en la literatura empleando términos como ‘salud global’ y ‘descolonización’. De los 148 hallazgos iniciales, 48 publicaciones cumplieron con los criterios de inclusión, complementados con tres publicaciones seleccionadas manualmente. Pese al posible sesgo de publicación y las restricciones lingüísticas, el estudio comprendió de manera integral la descolonización de la salud global.
Es importante garantizar la representación equitativa y rechazar los supuestos neocoloniales, así como abordar la fuga de cerebros de los países de ingresos bajos y medios
A raíz de ello, explica cómo llevar a cabo la descolonización partiendo de la importancia de reevaluar críticamente las estructuras ya existentes y adoptar medidas transformadoras para corregir los legados coloniales históricos. Esto implica redistribuir el poder y los recursos, alejarse de los paradigmas coloniales y promover la cooperación equitativa.
También es importante garantizar la representación equitativa y rechazar los supuestos neocoloniales, abordar la fuga de cerebros de los países de ingresos bajos y medios (PIBM), ampliar las voces de las poblaciones indígenas en la formación de los profesionales de la salud y desafiar la violencia estructural e ideologías como la supremacía blanca. Paralelamente a esto último, la descolonización global se centra también en amplificar las voces marginadas, en particular de los países de ingresos bajos y medios, para mejorar su participación, apropiación y liderazgo en las iniciativas de salud global.
Esto supone promover un diálogo transformador en el Norte y el Sur Global, integrar los valores culturales indígenas en las prácticas de atención de salud, construir un consenso global para eliminar los restos coloniales y facilitar el intercambio de datos para apoyar a los gobiernos nacionales en el Sur Global.
La educación es también un aspecto crucial: las reformas educativas permiten promover un marco de salud global descolonializado. Esto incluye preparar a los profesionales sanitarios para actuar como “descolonizadores”, colaboraciones a largo plazo y enfoques educativos transdisciplinarios, adaptar los planes de estudio para abarcar diversos sistemas de conocimiento o la creación de proyectos de campo en estrecha colaboración con socios locales. Además, es importante empoderar al personal docente para rediseñar currículos obsoletos.
La incorporación de sistemas de conocimiento tradicional, prácticas indígenas y líderes locales en el diseño del sistema de salud garantiza enfoques basados en la comunidad y que tengan en cuenta las diferencias culturales. Este respeto por las diversas formas de conocimiento y la experiencia es crucial para una prestación eficaz de la atención sanitaria.
Dado que la descolonización de la salud global se centra en lograr la justicia social y la soberanía sanitaria, se debe examinar críticamente el impacto del colonialismo en las estructuras de salud
Otro de los puntos que el artículo considera importantes es garantizar una distribución equitativa de los recursos, la financiación y las agendas de investigación. Esto supone reducir los sesgos contra las instituciones de países de ingresos bajos y medios, abogar por un marco de gobernanza sanitaria mundial más equitativo, promover la igualdad de género en la investigación en salud, fomentar la cooperación Sur-Sur y la transición hacia una estructura de gobernanza sanitaria global multipolar centrada en la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Dado que la descolonización de la salud global se centra en lograr la justicia social y la soberanía sanitaria, se debe examinar críticamente el impacto del colonialismo en las estructuras de salud, incorporar principios antirracistas y anticoloniales o participar en ciclos de práctica descolonial. Descolonizar la salud global implica desafiar los modelos dominados por Occidente, adoptar el pensamiento descolonial y desarrollar nuevas epistemologías. Las acciones clave incluyen priorizar la escucha de los grupos marginados, reposicionar el control sobre los datos de salud o centrarse en la seguridad cultural y en las perspectivas diversas.
En conclusión, la descolonización de la salud mundial exige una estrategia multidimensional que aborde las prácticas, las instituciones, las políticas, la educación y las dinámicas de poder. Este enfoque es fundamental para desmantelar los legados coloniales y avanzar hacia un sistema de salud equitativo e inclusivo. Al integrar perspectivas diversas y promover cambios transformadores, la comunidad sanitaria mundial puede lograr avances significativos hacia un sistema de salud más equitativo para todos.