Cuando la válvula aórtica, una de las cuatro que controlan el flujo de sangre a través del corazón, no cierra bien, se produce una insuficiencia aórtica, una patología cardiaca muy frecuente.
Tal y como explica el Dr. Alberto Forteza, jefe del Servicio de Cirugía Cardiaca de los hospitales universitarios La Luz y Quirónsalud Madrid,“durante la diástole, la válvula aórtica debe permanecer cerrada para evitar que la sangre de la aorta regrese al ventrículo. Cuando la válvula no cierra bien, una parte importante de la sangre retorna hacia atrás, al ventrículo izquierdo, provocando una sobrecarga progresiva y la dilatación del corazón”.
Existe una reparación de las válvulas aórticas que presentan insuficiencia, y se lleva a cabo cuando el paciente "está sintomático o cuando hay datos ecográficos de dilatación de cavidades izquierdas. Si no se realiza un manejo adecuado a tiempo, la progresión natural de la enfermedad puede conducir a disfunciones cardiacas graves, e incluso a requerir un trasplante cardiaco”, asegura el experto.
Algunas valvulopatías pueden aparecer a lo largo de la vida, en cambio, otras soncongénitas, es decir, ocurren desde el nacimiento, "el caso de la válvula aórtica bicúspide, la cardiopatía congénita más frecuente. En esta enfermedad, la válvula presenta dos valvasen lugar tres. Además, por su anatomía, dichas valvas tienen una función anormal, lo que las hace más propensas a causar insuficiencia aórtica”, subraya el Dr. Forteza, quien añade que “en torno a un 40% de estos pacientes termina con una valvulopatía que requiere intervención”.
“La insuficiencia aórtica suele afectar a edades más tempranas de la vida. El deterioro suele comenzar de forma lenta alrededor de los 20 años, por lo que estos pacientes suelen ser intervenidos en la tercera o cuarta década de la vida”
Esta enfermedad valvular aórtica puede dar lugar a una insuficiencia o a una estenosis. “La insuficiencia aórtica suele afectar a edades más tempranas de la vida. El deterioro suele comenzar de forma lenta alrededor de los 20 años, por lo que estos pacientes suelen ser intervenidos en la tercera o cuarta década de la vida”. Sin embargo, puntualiza, “las estenosis aórticas suelen generar complicaciones y se tratan quirúrgicamente en personas más mayores, generalmente a partir de los 60 o 70 años”.
TÉCNICAS DE REPARACIÓN VALVULAR
Existen diversas técnicas destinadas a devolver la función normal de la válvula, el Dr. Forteza sostiene que “es imprescindible priorizar la funcionalidad hemodinámica de la válvula sobre la restauración de la anatomía normal, por ello, no transformamos las válvulas bicúspides en tricúspides, sino que corregimos sus defectos para asegurar un excelente rendimiento. Esto es lo que hace la cirugía especialmente compleja”, explica.
Pero la función valvular no depende únicamente de la válvula aórtica, sino también de los distintos elementos que la rodean, y hay técnicas dirigidas a reparar cada uno de estos componentes, “es posible realizar cirugía sobre el anillo aórtico, la base de sustentación de la válvula, utilizando técnicas de anuloplastia que permiten disminuir su diámetro”, explica el especialista.
También hay técnicas para corregir los velos de la válvula, especialmente cuando presentan prolapso, es decir, cuando se desplazan o abomban hacia la cavidad ventricular. “Lo más habitual es hacer una plicatura de los velos para que queden lo más elevados posible y que ambos coapten de manera uniforme al mismo nivel”, indica.
“A veces se produce dilatación a este nivel, lo que también provoca insuficiencia aórtica. Esto lo corregimos resecando la zona aneurismática, reemplazándola por un injerto y reimplantando la válvula”
Además, existen técnicas sobre la raíz de la aorta, es decir, sobre los senos de Valsalva, la parte inicial de la aorta. “A veces se produce dilatación a este nivel, lo que también provoca insuficiencia aórtica. Esto lo corregimos resecando la zona aneurismática, reemplazándola por un injerto y reimplantando la válvula”.
Así pues, la cirugía de reparación valvular aórtica es una intervención compleja que requiere de una gran experiencia para asegurar buenos resultados, por eso solo se realiza en centros seleccionados que cuentan con cirujanos con amplia experiencia. En estos centros, los resultados son muy buenos. “Nuestra mortalidad es muy baja, inferior a un 1%. Llevamos más de 700 pacientes operados con estas técnicas. Tenemos la mayor experiencia en España, siendo además una de las mayores series a nivel mundial”, concluye el Dr. Forteza.