El debate sobre la regulación del cannabis está encima de la mesa. Dejando de lado el cannabis medicinal, dentro de los profesionales sanitarios hay posturas diferentes respecto al impacto que la regulación del cannabis podría tener sobre las adicciones.
En conversación con este medio, la psicóloga clínica Gloria Bellido apunta a que tendría un impacto negativo. Y es que la experiencia de otros países como Canadá revelan que la regulación del cannabis se tradujo en “un aumento del uso y de la dependencia a esta sustancia, sobre todo entre la población joven”.
Según explica la psicóloga, este aumento tendría que ver con el mayor acceso a la sustancia y con la “idea general de que una droga legal” - como pueden ser el tabaco o el alcohol - “es menos peligrosa”. Aunque es una idea arraigada en el imaginario colectivo, no podría estar más lejos de la realidad. En esta línea, Bellido recuerda que “una de las variables más asociadas al riesgo de psicosis en la adolescencia es el consumo de cannabis”.
"Los estudios dicen que en sitios donde se ha legalizado, ha aumentado su uso"
En consulta, esta psicóloga clínica que atiende principalmente a adolescentes, destaca la frecuencia con la que atienden a menores que tras el consumo de este estupefaciente han sufrido “aumentos de la irritabilidad, menor control de impulsos, síntomas de ansiedad o depresión” o lo que se conoce como ‘síndrome amotivacional’.
“Los estudios dicen que en sitios donde se ha legalizado, ha aumentado su uso”, explica Bellido. Por esta razón señala que “si decide legalizarse, debe ir acompañado de campañas de salud como las que hay con el tabaco para que los jóvenes conozcan sus riesgos”.
Con todo, para Carlos Losada, también psicólogo clínico, el debate reside en “cómo se regula” más que en el efecto que tendrá. Más que un impacto sobre las adicciones, Losada apunta que es probable que veamos un cambio en el perfil del paciente, que pasará de un perfil más “marginal” a uno más de a pie.
“Prohibiéndose no se elimina. Por eso las campañas tienen que incidir en que no es bueno para la salud”
Sea como fuere, para el psicólogo debe primar la protección de las poblaciones más vulnerables y apostar por campañas de prevención que muestren las consecuencias del consumo de cannabis. Estas campañas deben de huir de ‘catastrofismos’: “Es importante presentar el panorama completo, pero no alertando de forma grave ni exagerando”.
Si se publicita como “terrible”, puede ocurrir que la campaña tenga el efecto contrario al deseado, es decir, “que la propia información pierda valor”. Además, sería esencial que se reforzasen los dispositivos de atención y tratamiento de las personas que consuman estas sustancias, como ocurre con otras como el alcohol.
En opinión del psicólogo clínico, debe prevalecer la libertad de elección del individuo: “Prohibiéndose no se elimina. Por eso las campañas tienen que incidir en que no es bueno para la salud”, con el objetivo último de que la gente pueda decidir con la información en la mano.