Cada vez estamos más concienciados sobre los efectos nocivos de la exposición solar para la piel, así como implicada en el cuidado de su propia salud. Los expertos insisten en seguir avanzando en aquellas medidas de prevención que ayuden a minimizar el riesgo de padecer cualquier enfermedad o, al menos, a su detección temprana, lo cual tiende a mejorar los pronósticos en la mayoría de los casos.
Una de estas medidas es la regla ABCDE, una sencilla técnica de autoexploración que puede alertarnos sobre la existencia de un cáncer de piel. Para este método, basta con recordar cinco palabras, cuyas letras iníciales coinciden con las cinco primeras del abecedario, a la hora de observar y analizar los lunares de nuestro cuerpo, que son uno de los principales indicadores del melanoma: Asimetría, Borde, Color, Diámetro y Evolución.
"Los niños menores de cuatro años que toman el sol sin protección tiene un riesgo mayor de aparición de melanoma en la edad adulta, no hay que olvidar que la piel tiene memoria”
El doctor Fernando García Urra, oncólogo en el Hospital Quirónsalud Clideba de Badajoz aconseja: “Si detectamos que no todo el lunar se observa igual, de forma asimétrica, presenta cambios en los bordes, se torna de un color más ennegrecido, aumenta su diámetro a más de medio centímetro o que simplemente evoluciona en cuanto a su tamaño o forma, debemos acudir enseguida a un especialista”.
Aunque la aparición de alguno de estos cambios en nuestros lunares no siempre está relacionada con lesiones malignas, sí que conviene vigilar los casos donde exista un peligro, puesto que el diagnóstico temprano es crucial para implementar un tratamiento.
VERANO DE LOS PACIENTES ONCOLÓGICOS
De la misma manera, el doctor García Urra recalca que el verano es una época donde debemos extremar las precauciones en relación con la exposición solar, sobre todo entre los pacientes oncológicos que se encuentran bajo tratamiento acabar de terminarlo: “Se recomienda que cuando una persona esté en tratamiento de quimioterapia evite la exposición al sol dado que se pueden producir reacciones alérgicas importantes”, incide. El doctor también extiende esta recomendación a aquellos pacientes receptores de radioterapia, ya que “el tratamiento tiene un mecanismo muy parecido a la radiación solar, por lo que someterse a esta de forma natural puede potenciar los efectos tóxicos de la radioterapia”.
Por el lado de los pacientes oncológicos que hace tiempo que finalizaron su tratamiento, el experto segura que es suficiente con seguir las mismas pautas que el resto de la población: evitar las mayores horas de exposición solar, usar protección con un factor elevado y acorde a la edad o tipo de piel, estar bien hidratado, no hacer ejercicio en los momentos intensos de altas temperaturas o usar ropa holgada y fresca.
Finalmente, García Urra resalta la importancia de aplicar estas medidas de protección solar en la población infantil. “Hay estudios científicos que han evidenciado que los niños menores de cuatro años que toman el sol de forma intensa y sin protección tiene un riesgo mucho mayor de aparición de melanoma en la edad adulta, no hay que olvidar que la piel tiene memoria”, concluye.