Hace apenas una semana, Claudia denunciaba en su cuenta de Instagram, a través de una carta, que estaba sufriendo bullying. “Habéis cogido a una niña de alta autoestima y de altas capacidades y la habéis machacado hasta el punto de no salir de la cama en años”. Horas después, la joven de 20 años acabó con su vida.
Este, aunque se ha convertido en un caso mediático estos últimos días, no es un hecho aislado. Cada año, cerca de 703.000 personas se suicidan en el mundo y muchas más intentan hacerlo. Todos los casos son una tragedia que afecta a familias, comunidades y países y tienen efectos duraderos para los allegados de la víctima.
Esto es una muestra de que las redes sociales son una gran arma para difundir información y es que la carta que escribió Claudia con su puño y letra y compartió a través de una foto está recorriendo todas las redes sociales. En algunos casos, para hacer una denuncia de lo importante que es la salud mental. En otros, para lamentar lo sucedido.
Tanto Facebook como Instagram utilizan técnicas de aprendizaje automático para identificar patrones de riesgo en los usuarios, como publicaciones con imágenes alusivas al suicidio o frases como “quiero morir”
Es por eso que, las redes sociales (RRSS) deben ser una herramienta de ayuda y no escenarios en los que el tema se magnifique. En cierto modo, el suicidio siempre ha sido un problema con el que todas las instituciones pretenden acabar. Pero más relevancia obtuvo cuando en 2014 la Organización Mundial de la Salud (OMS), reconoció que se trata de un grave problema de salud públicaque “requiere de una estrategia de prevención multisectorial en los países”.
Lo sucedido con Claudia viene de años atrás, cuando en su colegio sufrió bullying, lo que le ocasionó graves problemas de salud mental, tanto en el momento que lo sufrió como a largo plazo. Según el National Institutes of Health, aquellos que son víctimas de intimidación tienen mayor riesgo de desarrollar problemas de salud mental, dolores de cabeza y problemas de adaptación en la escuela a corto plazo y más adelante en la vida.
Sin embargo, las redes sociales también han querido implicarse para intentar disminuir las cifras de suicidios. Sobre todo entre los más jóvenes. Todo comenzó cuando Amanda Todd, publicó un vídeo en YouTube de nueve minutos de duración en el que relataba sus experiencias y confirmaba que iba acabar con su vida. El video de esta joven, de 16 años, fue dejado en la plataforma por petición de su madre, pero días después YouTube lo retiró porque “infringía los Términos del Servicio de YouTube”.
TikTok: "No estás solo. Si tú o alguien que conoces está pasando por un momento difícil, siempre hay ayuda disponible"
Desde entonces, las redes sociales prefirieron actuar de forma preventiva. Tanto Facebook como Instagram utilizan técnicas de aprendizaje automático para identificar patrones de riesgo en los usuarios, como publicaciones con imágenes alusivas al suicidio o frases como “quiero morir” o “ya no puedo más”.
Asimismo, cuando se realiza una búsqueda de contenido relacionado con el suicidio, en Instagram salta un mensaje automático: “¿podemos ayudarte? Las publicaciones que estás buscando a menudo se asocian con contenido sensible. Si estás pasando por un momento difícil, hemos recopilado algunos recursos de expertos que esperamos que te sean útiles”. Seguidamente, te sugiere perfiles que hablan de suicido con el objetivo de informar, ayudar y concienciar del suicido de manera responsable.
En el caso de TikTok, tampoco se muestra ningún recurso gráfico, pero al igual que Instagram, se adjunta un mensaje automático junto al teléfono de la esperanza. “No estás solo. Si tú o alguien que conoces está pasando por un momento difícil, siempre hay ayuda disponible”.
En Twitter, también recomiendan la línea de atención a la conducta suicida, pero en esta red social, a diferencia de las otras, hay libre expresión. Es más, es aquí donde la carta de Claudia más se ha compartido. Por suerte, la mayoría de contenido que los usuarios muestran son para hacer una denuncia de la falta que nos hace seguir avanzando en las medidas de prevención en salud mental.