La infancia y la adolescencia es el momento en el que aparecen mayoritariamente los problemas de salud mental.El 70% de ellos se inician en época infanto-juvenil, la gran mayoría antes de los 25 años, la mitad antes de los 14, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, en muchos casos no se detectan ni se tratan, por lo que los pacientes arrastran las enfermedades de salud mental a la edad adulta. Una situación de cronicidad que supone un importante gasto sanitario. Según un estudio de la Comisión Europea, por cada euro que se invierte en programas de salud mental, se obtiene un retorno económico de ocho euros. El problema es que estos programas no conectan con los adolescentes, ¿cómo hacerlo?
Esta es la pregunta que se ha realizado un equipo de la Universistat Oberta de Catalunya (UOC), en colaboración con la Asociación Centre Higiene Mental Les Corts, en una investigación que han puesto en marcha con el foco en las redes sociales. "El uso que la población adolescente hace de las redes sociales se ha demonizado en exceso y nosotros creemos que pueden ser una buena herramienta para llegar a ellos y ponerles al alcance recursos que los ayuden a mejorar su salud mental y emocional", explica en nota de prensa Eulàlia Hernández, líder del estudio y miembro del grupo Behavioural Design Lab del eHealth Center de la UOC y profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación.
"Hay un gran número de programas que se pisan y que, desgraciadamente, caen en saco vacío"
Como señalan desde la universidad, el proyecto se enfocará en dos ámbitos: psicología y comunicación. El primero estará liderado por Hernández y por la nvestigadora del Behavioural Design Lab y profesora de la UOC, Mercè Boixadós; el segundo por Ferran Lalueza, profesor de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación, investigador del grupo GAME de la UOC, experto en redes sociales. "Hay un gran número de programas que se pisan y que, desgraciadamente, caen en saco vacío. En el fondo no se sabe muy bien cómo hacer llegar a la juventud la información sobre salud mental y emocional que necesita y hacerlo en un formato que pueda interesarle", apuntan.
El equipo ahondará en la forma de llegar a los adolescentes a través de las redes sociales y en las claves para que un contenido se haga viral. "Hoy en día, organizaciones de salud de todo el mundo utilizan influencers para dar a conocer mensajes sobre salud mental y también para alfabetizar en salud, como vimos durante la pandemia, cuando organizaciones de la talla de la OMS, gobiernos europeos o el NHS británico intentaron hacer virales mensajes de salud pública alrededor del coronavirus. Nosotros queremos saber cuáles son los mecanismos de la viralidad para llegar a adolescentes, sea con influencers o con otras herramientas", dice Hernández.
Los propios adolescentes también tendrán un papel en la investigación. Estudiantes de tercero y cuarto de la ESO de Barcelona responderán a unas preguntas sobre el uso que hace de las redes sociales, sus influencers favoritos y cómo se informan sobre la salud. "No sabemos cómo llegar a la población adolescente. Hay un gran número de entidades que desarrollan programas psicoeducativos en línea, y de buena calidad, pero no acaban de conectar con la juventud. Es por eso por lo que consideramos que hace falta facilitar la participación de este colectivo en el diseño de los programas de salud mental que utilizan cauces de comunicación digital", explica la investigadora.
El proyecto espera conseguir directrices y recomendaciones que puedan aplicarse a campañas de prevención o sensibilización y llegar a los adolescentes. Para ello cuenta con financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación.