El Protocolo de Montreal sobre Sustancias que Agotan la Capa de Ozono, firmado en 1987, ha logrado salvaguardar y recuperar parte de la capa de ozono. Esta es la celebrada noticia que en el comienzo de este año han compartido la Organización de las Naciones Unidas y la Sociedad Meteorológica Estadounidense en el nuevo informe de evaluación cuatrienal del Grupo de Evaluación Científica del protocolo. “Según el último informe cuadrienal, la capa de ozono se está recuperando, lo que es una fantástica noticia. Nunca se destacará lo suficiente hasta qué punto el Protocolo de Montreal ha contribuido a la mitigación del cambio climático. En los últimos 35 años, el Protocolo se ha convertido en un verdadero defensor del medio ambiente”, señaló en la presentación del documento Meg Seki, secretaria ejecutiva de la Secretaría del Ozono del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
En estos últimos años se ha producido la eliminación progresiva del 99% de las sustancias prohibidas que agotan la capa de ozono. Estas son el clorofluorcarburo (CFC), bromofluorocarbonados (halón, gas utilizado antiguamente en los extintores), otros CFC totalmente halogenados (utilizados para aerosoles), tetracloruro de carbono, metilcloroformo, hidroclorofluorocarburos (HCFC), bromuro de metilo e hidroflorocarburo (HFC). Desde 1993 hasta 2020, gases como los halógenos que entraban en la atmósfera se han reducido en un 11% en el caso de los cloruros y un 15% de los bromuros.
La capa se habría recuperado en 2066 en la Antártida, en 2045 en el Ártico y en 2040 en el resto del mundo
Esto se ha traducido directamente en la reducción del agujero de la capa de ozono, que fue catalogada como uno de los principales peligros ambientales existentes. Según el informe, si se mantienen las políticas actuales de control de estas sustancias, en 40 años habremos recuperado la capa de ozono a los valores de 1980, año en el que todavía no se había formado el agujero. De esta forma, la capa se habría recuperado en 2066 en la Antártida, en 2045 en el Ártico y en 2040 en el resto del mundo.
LA IMPORTANCIA DE LA CAPA DE OZONO
La recuperación de la capa de ozono reduce la exposición a la radiación ultravioleta nociva del sol. Esta tiene un efecto directo en la salud de las personas, ya que la radiación ultravioleta incrementa el riesgo del cáncer de piel, de problemas visuales como las cataratas y de otros problemas de salud derivados del debilitamiento del sistema inmune que produce la exposición prologada a la radiación solar.
Además, el control de las sustancias recogidas en el Protocolo de Montreal reduce el efecto invernadero. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que el cambio climático causará unas 250.000 defunciones adicionales al año entre 2030 y 2050 como consecuencia de las modificaciones en las características de las enfermedades.
Entre 1990 y 2010, se estima que las medidas de control del tratado redujeron las emisiones de gases de efecto invernadero en el equivalente a 135 gigatoneladas de CO2, el equivalente a 11 gigatoneladas al año. En 2016, el protocolo incorporó la enmianeda Kigali que exige la reducción gradual de la producción y consumo de los hidrofluorocarbonos utilizado como gas refrigerante. La disminución de los HFC podría contribuir a evitar entre 0,3 y 0,5 °C de calentamiento global de aquí a 2100, según datos del Grupo de Evaluación Científica.
“Las medidas adoptadas en relación con el ozono sientan un precedente para la acción climática. El éxito obtenido gracias a la eliminación progresiva de las sustancias químicas que destruyen la capa de ozono nos muestra lo que puede y debe hacerse, con carácter de urgencia, para abandonar los combustibles fósiles, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar, por lo tanto, el aumento de las temperaturas”, dijo el Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), profesor Petteri Taalas.