La Navidad es una de las épocas del año más esperadas por los niños. Vacaciones, reuniones familiares y, por supuesto, regalos hacen de estas fechas un momento mágico para los más pequeños. Los Reyes Magos o Papá Noel son las figuras más esperadas durante las festividades, pero la ilusión con la que se les recibe puede verse mermada si los niños reciben más obsequios de los que pueden disfrutar o valorar.
Este hecho, cada vez más extendido en la era del consumo masivo, se conoce en psicología como síndrome del niño hiperregalado. Se trata del sentimiento que genera recibir demasiados regalos, hasta el punto de no entender el valor de cada uno más allá del mero hecho material. Esto puede despertar sentimientos de egoísmo y consumismo entre los niños y generar, además, una baja tolerancia a la frustración, tendencia al aburrimiento y a las adicciones o empobrecimiento de su imaginación.
Vacaciones, reuniones familiares y, por supuesto, regalos hacen de estas fechas un momento mágico para los más pequeños
Para evitar caer en la tentación de comprar demasiados regalos a los niños y aprovechar estas fechas señaladas para inculcarles valores que les alejen del materialismo, elegir con ellos qué les hace más ilusión recibir de entre todo lo que querrían les ayudará a valorar más el obsequio en el momento de recibirlo.
''Una buena oportunidad para enseñar a los niños a pensar de forma solidaria y evitar el pensamiento materialista es escribir con ellos la carta a los Reyes Magos. De esta forma, se les ayuda a comedir su impulso de elegir más regalos de los que les conviene recibir'', apunta Grecia de Jesús, psicóloga de Blua de Sanitas. Los regalos pueden servir como premio por el esfuerzo realizado durante el año y un obsequio por el buen comportamiento. Son los padres los que deben poner sentido común y hacer entender a los niños que los regalos no son lo más importante de la Navidad.
''Para controlar el gasto desmedido en regalos, los padres pueden seguir la regla de los cuatro regalos. Esto consiste en regalar a los niños algo que vayan a usar, como ropa o calzado, algo que necesiten, como una mochila para el colegio o algo relacionado con sus actividades extraescolares, algo para leer, un libro sobre un tema que le interese especialmente, y algo que deseen, ese regalo que han pedido con más ímpetu'', señala Grecia de Jesús. Lo habitual es solo regalar aquello que desean en grandes cantidades, pero de esta manera conseguimos un mayor equilibrio.
Los regalos pueden servir como premio por el esfuerzo realizado durante el año y un obsequio por el buen comportamiento
Aunque el número de regalos sea inferior al que el niño pueda esperar, presentarlos de una manera atractiva y compartir la ilusión con ellos hará que la emoción por cada uno de ellos sea mucho mayor. ''No debemos olvidar que realmente el mejor regalo que podemos darle a un hijo es nuestro tiempo, así que intenta que alguno de los regalos que le des sea algo que le permita compartir tiempo contigo'', explica la psicóloga de Blua de Sanitas
Además, la Navidad es el momento perfecto para inculcar a los niños valores como la solidaridad o la empatía. Una buena forma de hacerlo es enseñarles a valorar y disfrutar lo que tienen y a compartirlo con otras personas. Donar los juguetes que ya no usan es una gran manera de mostrarles cómo ayudar a otras personas puede ser igual de gratificante que desenvolver un regalo