En el Día Mundial del Dolor, celebrado este 17 de octubre, un artículo publicado en la revista 'BMJ Supportive & Palliative Care', revela que la realidad virtual inmersiva, una tecnología digital que permite a una persona experimentar estar físicamente presente en una realidad no física, parece aliviar el dolor y la angustia que sienten los pacientes con cáncer. Los resultados indican que esta tecnología también puede ser útil para personas con otras enfermedades de larga duración, como la esclerosis múltiple (EM), la enfermedad renal y la demencia.
Los investigadores señalan que, a medida que han ido disminuyendo los costes físicos y prácticos de las tecnologías de realidad virtual, ha crecido el interés por su uso para mejorar la calidad de vida de los pacientes. Pero no está claro hasta qué punto pueden ser eficaces para ayudar a las personas a afrontar el tratamiento médico y el impacto psicológico de una enfermedad de larga duración.
Para profundizar en esta cuestión, los investigadores buscaron en las bases de datos estudios sobre el uso y la eficacia de la realidad virtual inmersiva para ayudar a los adultos a adaptarse psicológicamente a una enfermedad de larga duración.
Estudiaron como la realidad virtual podía ayudar a las personas a afrontar el tratamiento médico y el impacto psicológico de una enfermedad de larga duración
Encontraron 31 estudios relevantes, publicados entre 1993 y 2023, en los que la tecnología se había utilizado en pacientes con cáncer (16), demencia (5), enfermedad cardiovascular (4), esclerosis múltiple (2), enfermedad renal (2), enfermedad inflamatoria intestinal (1) y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (1).
El tamaño de los estudios oscilaba entre 30 y 50 participantes, con una edad media de 51 años. Tres de cada cuatro participantes eran mujeres. Por término medio, una sesión de realidad virtual duraba 20 minutos, y su duración oscilaba entre una sola aplicación y una aplicación diaria durante un periodo determinado.
Los estudios analizaron intervenciones de realidad virtual inmersiva basadas en el entorno y en el juego, diseñadas para relajar al usuario antes del tratamiento médico combinando, por ejemplo, un paseo por la naturaleza y la meditación de atención plena, o para involucrarlo dotándolo de habilidades o comportamientos específicos que le ayuden a afrontar mejor su enfermedad.
Los resultados del estudio mostraron que los pacientes estaban satisfechos con el uso de la realidad virtual inmersiva y que ayudaba a los enfermos de cáncer, demencia, enfermedades cardiovasculares, esclerosis múltiple y enfermedades renales a afrontar mejor los tratamientos médicos necesarios y el impacto emocional de su enfermedad.
“Estos hallazgos son prometedores en una población con riesgo de polifarmacia”
Sin embargo, 13 de los 31 estudios incluidos eran estudios de viabilidad o piloto, y se consideró que otros 4 tenían un alto riesgo de sesgo. El tamaño de las muestras era a menudo pequeño y no muchos estudios incluían un grupo de comparación, lo que significa que hay que interpretar estos resultados con cierta cautela, subrayan los investigadores.
Según los investigadores, aún no está claro cómo ejercen exactamente las realidades virtuales inmersivas sus efectos físicos y psicológicos en los pacientes, pero la tecnología podría distraer y absorber, o alterar el estado de ánimo del usuario, reduciendo así la experiencia subjetiva del dolor y/o aumentando su capacidad para afrontar los efectos físicos y psicológicos de su enfermedad, sugieren los investigadores.
"Estos hallazgos son prometedores en una población con riesgo de polifarmacia, y sugieren que la RV inmersiva (realidad virtual) puede ofrecer una intervención no farmacológica considerada aceptable por clínicos, cuidadores y pacientes", escriben.
“Algunas investigaciones sugieren que la Realidad Virtual es eficaz para reducir el dolor y la angustia, especialmente entre las personas con cáncer”
"A medida que los sistemas de RV se hacen cada vez más accesibles, las intervenciones de RV inmersiva pueden empezar a ofrecer ventajas económicas en comparación con los tratamientos farmacológicos y no farmacológicos convencionales", añaden.
Es necesario seguir investigando para comprender mejor cómo funciona la tecnología, si algún tipo concreto es más eficaz y en qué circunstancias, y qué efectos a largo plazo puede tener, si es que tiene alguno, señalan.
Pero concluyen que sus resultados sugieren que "las intervenciones de RV son tratamientos aceptables que tienen el potencial de mejorar las consecuencias físicas y psicológicas de las enfermedades físicas. Hay investigaciones de buena calidad que sugieren que estas intervenciones de RV son eficaces para reducir el dolor y la angustia, especialmente entre las personas con cáncer".