La crisis sanitaria ocasionada por la Covid-19 ha sido un revulsivo para la práctica clínica diaria, sobre todo en las enfermedades y tratamientos crónicos. Es el caso de la psoriasis, una enfermedad crónica no contagiosa que tiene su origen en una mala regulación del sistema inmunológico.
En la actualidad, el 2,3 % de la población española (más de un millón de personas) convive con esta patología, la cual suele aparecer entre los 15 y los 35 años, aunque también puede afectar a niños y a personas de avanzada edad.
Tal y como explica el Dr. Leandro Martínez, jefe del servicio de dermatología del Hospital Regional Universitario de Málaga, la principal necesidad de estos pacientes es “limpiarse de lesiones”, es decir, “tener el menor número de lesiones en la piel, o no tener ninguna”, con el objetivo de conseguir una calidad de vida en la cual la enfermedad no le afecte. Por ello, resulta de vital importancia mantener una adecuada adherencia al tratamiento.
“A modo anecdótico nos hemos encontrado que algunos pacientes que habían faltado a sus consultas y habían suspendido de manera individual o unilateral el tratamiento, cuando han vuelto a la revisión de forma física o telemática, presentaban nuevos brotes”, cuenta en una entrevista con este medio.
La suspensión del tratamiento se debe hacer, “siempre”, con el criterio del dermatólogo o el profesional que trate al paciente. A este respecto, el Dr. Martínez apunta que “mientras no haya una infección activa, no hay que suspender el tratamiento”, puesto que esto solo llevaría a “una ineficacia de este y la aparición de nuevos brotes”.
Es necesario tener una mirada más amplia, que abarque la nueva realidad asistencial como a la Covid-19
A su vez, los expertos señalan que hay que mirar más allá del propio abordaje de la psoriasis a la hora de decantarse por un tratamiento. Así, ven necesario tener una mirada más amplia, que abarque los nuevos requerimientos asistenciales y las posibles consecuencias en caso de tener que suspender el tratamiento biológico debido a la Covid-19, tal y como indican claramente los protocolos.
TELEDERMATOLOGÍA Y TELEMEDICINA
Sin duda alguna, la teledermatología ha venido para quedarse, consultas telefónicas y videollamadas con los pacientes, permiten realizar el seguimiento que necesitan, teniendo en cuenta la reducción de flujo de personas en los hospitales: “Evitamos desplazamientos y situaciones que no aporten valor al paciente ni al sistema sanitario”, alega el Dr. Leandro Martínez.
“Durante los primeros meses nos adaptamos a la situación, implementando los procesos de telerdermatología y teleasistencia, de forma más acelerada de lo que ya hacíamos”, explica. Además, asevera que todo ello “ha permitido a los pacientes que están estables y no tienen la necesidad de acudir al centro, se les pueda hacer un control a distancia”.