Radiografía del cribado de cáncer en España: los estudios y los ingresos determinan la participación

El informe ‘Perfiles nacionales de cáncer: España 2023’ revela cifras variables de participación en los cribados de cáncer de mama, colorrectal y de cuello uterino, así como desigualdades en el acceso a las pruebas

Radiografía del cribado de cáncer en España (Foto. Freepik)
Radiografía del cribado de cáncer en España (Foto. Freepik)
Carmen Bonilla
3 agosto 2024 | 11:00 h
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La detección precoz del cáncer es fundamental para reducir la mortalidad e incrementar las posibilidades de supervivencia a largo plazo. La evidencia actual ha demostrado que la detección precoz de determinados tumores puede ser una forma efectiva de reducir el impacto negativo que esta enfermedad produce. Es aquí donde entran en juego los programas de cribado de cáncer, programas preventivo-asistenciales de Salud Pública. En España, los programas de cribado actuales, que forman parte de la Cartera común de servicios asistenciales del Sistema Nacional de Salud y se realizan en todas las comunidades y ciudades autónomas, son de cáncer de mama, cáncer colorrectal y cáncer de cérvix. Sin embargo, ¿toda la población objetivo se somete a ellos?

El informe ‘Perfiles nacionales de cáncer: España 2023’ de la OECD revela cifras variables de participación en función del tipo de cáncer del que se esté hablando. Los programas de cribado, además de reducir la morbilidad y la mortalidad prematuras en cáncer, resultan fundamentales en el abordaje de las desigualdades sociales. Además, son muy eficaces cuando la población objetivo se determina de forma adecuada y los niveles de participación son elevados. Pese a que la Estrategia en Cáncer española refleja las recomendaciones de la UE sobre el cribado de cáncer mediante la inclusión de los cribados en el Sistema Nacional de Salud, la aplicación de estas directrices es competencia de las comunidades autónomas. Esto provoca diferencias de cobertura y participación entre ellas.

En 2020, existían programas de cribado poblacional en todas las comunidades autónomas para las que se disponía de datos sobre el cáncer de mama (14 comunidades) y el cáncer colorrectal (13 comunidades). Sin embargo, tan solo seis comunidades autónomas habían adoptado programas de cribado poblacional de cáncer de cuello uterino, muchos de los cuales aún se encontraban en fase piloto o de aplicación parcial, excepto en el País Vasco. En lo relativo al cáncer de mama, el cribado poblacional se lleva a cabo en todas las comunidades y en Ceuta y Melilla. En 2019, en torno al 74% de las mujeres españolas de entre 50 y 69 años afirmaron haberse realizado una mamografía en los dos últimos años, frente al 66% en el conjunto de la UE. Las bajas tasas de participación en los programas de cribado se concentraron en los grupos de mujeres con menor nivel de estudios y de ingresos.

En 2019, en torno al 74% de las mujeres españolas de entre 50 y 69 años afirmaron haberse realizado una mamografía en los dos últimos años, frente al 66% en el conjunto de la UE

Además, en 2019 se observaron brechas significativas en los porcentajes de cribado de cáncer de mama notificados entre las mujeres españolas con los niveles más bajos (71 %) y más altos (77 %) de estudios y entre aquellas con menores (67 %) y mayores ingresos (79 %). Estas diferencias son inferiores al promedio de todos los países de la UE. En este contexto, en Extremadura, un estudio retrospectivo de mujeres que no acudieron a sus citas de cribado concluyó que las principales causas de la falta de asistencia eran la mala coordinación entre los niveles de atención sanitaria, la escasa alfabetización sanitaria, los fallos en los sistemas de información y los problemas de accesibilidad.

Por otro lado, el cribado poblacional de cáncer de cuello uterino se incorporó a la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud en el año 2019. Desde siempre, este cribado se ha ofrecido de manera oportunista a las mujeres de edades comprendidas entre 25 y 65 años, cada tres o cinco años. Este cribado consiste en una citología para las mujeres de entre 25 y 34 años, y en una prueba de VPH para las edades comprendidas entre 35 y 65 años. En el año en el mismo año en el que se incorporó, el 56% de las mujeres españolas de 15 años o más declararon haberse hecho una citología cervical en los últimos tres años, una proporción inferior a la de la mayoría de los países de la UE (60 %). Las tasas son considerablemente mayores entre las mujeres con un nivel educativo elevado (74 %) y las de renta alta (68 %). En cambio, los porcentajes fueron del 42 % en el caso de las mujeres con menos estudios y del 53 % en aquellas con rentas más bajas.

Unos años antes de la incorporación del cribado de este tipo de cáncer, en 2014, se incorporó a la cartera de servicios comunes del SNS el de cáncer colorrectal, con un plazo de cinco años para su puesta en marcha en las comunidades autónomas y un plazo de diez años para lograr una cobertura del 100% de la población objetivo. Aunque todas las comunidades autónomas comenzaron a aplicar el programa, se han observado disparidades importantes en cuanto a las tasas de participación.

En 2019, la proporción de la población española de entre 50 y 74 años que declaró haber participado en el programa de cribado de cáncer colorrectal en los dos últimos años se situó en torno al 30 %

En este sentido, en 2019, la proporción de la población española de entre 50 y 74 años que declaró haber participado en el programa de cribado de cáncer colorrectal en los dos últimos años se situó en torno al 30 %, ligeramente por debajo de la media de la UE (33 %). Más del 36 % de las personas del quintil de renta más alto declararon haberse sometido recientemente a un cribado de cáncer colorrectal, mientras que en el quintil más bajo la proporción fue del 22 %.

¿CÓMO ABORDAR LAS DESIGUALDADES DE ACCESO Y PARTICIPACIÓN?

Han sido muchas las comunidades autónomas que, entre 2013 y 2020, detectaron grupos sociales que no estaban integrados en la población objetivo de los programas de cribado de cáncer. Posteriormente, un estudio de 2021 reveló que, de las 12 comunidades autónomas que participaron, todas detectaron una falta de cobertura en los programas de cribado de cáncer colorrectal, 10 observaron una falta de cobertura en el cribado de cáncer de mama y siete en el cribado de cáncer de cuello uterino. En cuanto a qué colectivos solían quedarse sin cobertura, se identificó que, generalmente, se trataba de personas migrantes en situación irregular y población institucionalizada en centros penitenciarios.

Ante esto, algunas comunidades autónomas han llevado a cabo intervenciones para abordar las desigualdades en el acceso a los programas de cribado, ya sea mediante un enfoque general basado en campañas de información y sensibilización o mediante un enfoque específico dirigido a los grupos vulnerables. Por ejemplo, se podría hacer con la traducción de material a otras lenguas. En 2020 hubo diez comunidades autónomas que notificaron intervenciones para reducir las desigualdades en las tasas de participación en el cribado de cáncer de mama, cinco en el de cáncer colorrectal y solo dos en el de cáncer de cuello uterino.

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