En algunas ocasiones se puede notar la presencia de unas bolitas blancas o amarillentas muy molestas en la garganta que, de no ser por su consistencia de plastilina, fácilmente se confundirían con restos de comida. Al extraerlas sin ayuda, el resultado es una pelotilla blanca muy desagradable y apestosa. Llegados a este punto, seguro que también te has hecho ya la pregunta de rigor: ¿qué son esas bolitas blancas que huelen mal y salen de mi garganta?
El nombre clínico de estas bolitas es caseum, tonsilolitos o cálculos amigdalinos. “Las “bolitas blancas” no aparecen desde el fondo de la garganta, sino desde las amígdalas”, ha explicado el doctor Jonas Nunes, director del Instituto del Aliento, un centro especializado en el diagnóstico y tratamiento de la halitosis, y de la Unidad Hospitalaria de Halitosis del Centro Médico Teknon (Barcelona). El doctor ha comentado que “el caseum es el material blanquecino resultante de la degradación de fragmentos de epitelio exfoliado, restos de queratina, cuerpos extraños y moco, debido a la acción de las bacterias de la boca. Estos restos quedan depositados en los orificios o criptas amigdalinas y emiten el característico olor putrefacto”.
Según datos ofrecidos por el Instituto del Aliento, el 10% de la población española padece de caseum, y la halitosis producida porcaseumes la es cuarta causa más frecuente de mal aliento. “A lo largo de este 2017, el porcentaje de pacientes que han acudido a los centros debido a halitosis o mal aliento por la existencia de caseum corresponde al 14% del total. Entre ellos, el 61% nunca se había dado cuenta de la existencia de tonsilolitos en sus amígdalas.
El 14% de los pacientes que acuden a consulta por mal aliento causado por caseum, lo que la sitúa en la cuarta casua más frecuente de la halitosis.
Además de las molestias que sufren los afectados como consecuencia de la existencia de esta reacción en sus amígdalas, tales como una sensación de un cuerpo extraño en la garganta o la existencia de un sabor de boca desagradable, existe un impacto evidente a nivel psicológico resultante de la conciencia de padecer halitosis. Algunos de los efectos más repetidos en los pacientes son perturbación psicológica (preocupación, tensión y ansiedad), incapacidad social (susceptibilidad, vergüenza y dificultad para ejercer el trabajo habitual) o incapacidad para gestionar una vida plena.
En cuanto a su tratamiento, el doctor Jordi Coromina, especialista en la aplicación de la criptolisisamigdalar, explica que existe una técnica pionera en Europa consistente en la eliminación con láser de todas las capas superficiales de las amígdalas, zona en la que muchas personas tienen ubicadas las criptas (pequeños orificios o agujeros) y el caseum (material blanquecino). Y ante todo, recomienda acudir a un especialista antes de extirparse “las bolitas blancas” uno mismo, ya que hay riesgos de infección. Además, su extracción se realiza el 30 minutos mediante la criptolisisamigdalarse, es indolora y carece de sangrado.