En verano, el aumento de las temperaturas y el sol provoca una mayor sudoración, pues el cuerpo necesita regular la temperatura. Aunque este proceso normalmente no supone ningún daño para la piel, en el caso de los niños, principalmente los más pequeños, puede producir pequeñas lesiones como inflamaciones, irritaciones, granitos rojos, o incluso empeorar patologías como la dermatitis atópica, la urticaria o la dishidrosis.
La primera pregunta que puede surgir es: ¿tiene alergia al sudor? La respuesta es no. “El sudor en sí no produce nada, no es un alérgeno”, explica la Dra. Aniza Giacaman, dermatóloga en la Clínica Rotger, a Consalud.es. “Lo que hace es agravar patologías existentes o provocar pequeñas lesiones o irritaciones”, añade.
Posiblemente uno de los efectos del sudor más llamativos sea la sudamina, una inflamación de las glándulas sudorípadas llamadas ecrinas que se produce en niños hasta los tres años. “Al no regular todavía bien su temperatura, las glándulas se obstruyen con el calor y producen pequeños granitos rojos en la piel”, señala la Dra. Mercedes Escarrer, pediatra y presidenta de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (Seicap). Una vez que los niños crecen esto desaparece, aunque a veces ocurre en personas encamadas porque la piel de la espalda no transpira tan bien.
“El sudor no es un alérgeno, lo que puede hacer que sea irritante es que nosotros lo tapemos con sustancia que no son transpirables”
En niños más mayores, el sudor lo que provoca son irritaciones en una piel que ya tiene alguna patología, como puede ser la dermatitis atópica, la urticaria o la dishidrosis. Por ejemplo, en el caso de la dermatitis atópica, una piel más sensible a los irritantes, el sudor produce irritación que se manifiesta en una mayor rojez, principalmente en las zonas de pliegues como sol los huecos de la rodilla o los codos, y un picor que hace que se rasquen a veces hasta hacerse heridas y producirse ardor.
En casos generales, el sudor produce cualquier tipo de irritación, simplemente por el proceso de maceración que se produce en la piel al estar expuesta a la humedad y no transpirar. “El sudor no es un alérgeno, lo que puede hacer que sea irritante es que nosotros lo tapemos con sustancia que no son transpirables”, recuerda la Dra. Escarrer.
PIEL LIMPIA E HIDRATADA
Para evitar que el sudor actúe de irritante y que en los niños produzca picor y molestias, las expertas recomiendan que la piel transpire. “Es esencial cuando hace calor llevar ropas de algodón o lino que eviten que no taponen el sudor”, explica la Dra. Giacaman. Por ello es mejor evitar productos tejidos sintéticos o suelas de goma, que pueden producir la maceración de la piel.
También es importante mantener la piel limpia, para evitar que se obstruyan las glándulas sudorípadas e hidratada. “En el caso de las pieles atópicas utilizar cremas y jabones específicos y aclararse después del baño para eliminar el cloro y la sal, que son dos productos especialmente irritantes”, señala la Dra. Escarrer
“Además, no nos olvidemos de mantener a los niños con una buena temperatura, ventilando los espacios, utilizando aire acondicionados o ventiladores, y priorizando las sombras al estar en la calle para evitar así que suden y pueda irritárseles la piel”, concluye la pediatra y directora de Seicap.