Durante un vuelo comercial, gran parte de los pasajeros experimenta molestias físicas como, por ejemplo, taponamiento de los oídos. Sin embargo, hay personas que pueden experimentar otras consecuencias más graves: los pacientes con diabetes tipo 1 que reciben tratamiento con bomba de insulina. En concreto, una nueva investigación, que se presentará en la Reunión Anual de este año de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD), revela que los cambios de altitud durante los vuelos comerciales pueden afectar a los niveles de glucosa en sangre de estos pacientes.
"Investigamos el efecto que los cambios de presión atmosférica durante el vuelo pueden tener sobre las bombas de insulina debido a la preocupación de que los niveles de glucosa pudieran caer por debajo de los rangos normales durante o inmediatamente después de los vuelos", explica el autor principal, el doctor Ka Siu Fan, del Royal Surry County Hospital y la Universidad de Surrey, Reino Unido. En el estudio, se probó la administración de insulina desde 26 bombas de insulina en la cámara hipobárica más grande de Europa para imitar los cambios atmosféricos durante un vuelo comercial normal.
La cámara hipobárica se despresurizó a 550 mmHg durante un ascenso de 20 minutos, se mantuvo a una altitud de crucero de 30 minutos (imitando una altitud de cabina presurizada de una aerolínea de 8.000 pies), seguido de un descenso de 20 minutos al suelo (aumento de la presión ambiental a 750 mmHg). Durante los vuelos simulados, la infusión de insulina se estableció en 0,60 unidades por hora para representar una tasa utilizada en la práctica de adultos y niños y para permitir mediciones precisas con múltiples vuelos.
En el estudio, se probó la administración de insulina desde 26 bombas de insulina en la cámara hipobárica más grande de Europa para imitar los cambios atmosféricos durante un vuelo
Las tasas de administración de insulina y la formación de burbujas (causadas por el aire que sale de una solución y forma burbujas cuando la presión disminuye) se registraron conectando equipos de infusión a tubos capilares abiertos de 100 microlitros contra papel cuadriculado de 1 mm. También se probaron equipos de infusión de insulina, sin bombas, con un protocolo de presión independiente para simular una descompresión rápida, lo que imita la pérdida repentina de presión en la cabina que ocurre en situaciones de emergencia.
Los investigadores descubrieron que los cartuchos de insulina llenos liberaban 0,60 unidades de insulina en exceso durante un ascenso de 20 minutos (reducción de la presión ambiental) en comparación con el rendimiento a nivel del suelo. Si bien esto puede reducir ligeramente la glucosa en sangre, los autores no prevén que esto provoque una hipoglucemia clínicamente significativa o sintomática.
Durante el descenso (aumento de la presión ambiental), los cartuchos suministraron menos de 0,51 unidades de insulina. Esto puede provocar que la glucemia sea más alta de lo habitual, pero no plantea la misma preocupación que los efectos hipoglucémicos de un exceso de insulina.
"Recomendamos que las personas que usan bombas de insulina consideren desconectar temporalmente sus bombas antes del despegue y eliminar las burbujas de aire antes de volver a conectarlas"
Sorprendentemente, la descompresión rápida dio como resultado un aporte de líquido equivalente a 5,6 unidades de insulina en exceso. En el caso poco frecuente de una descompresión repentina de la cabina en altura, una sobredosis de insulina podría hacer que los niveles de azúcar en sangre cayeran hasta tal punto que pudiera causar una hipoglucemia significativa. Sin embargo, en tales emergencias (por ejemplo, cuando un avión pierde una puerta en pleno vuelo), habría tiempo para ingerir carbohidratos adicionales de acción corta para contrarrestar esto.
Como explica el doctor Fan: "Las personas que utilizan bombas de insulina deben ser conscientes del posible impacto de los cambios en la presión del aire de la cabina en la administración de insulina. La caída de la presión de la cabina durante el ascenso puede provocar un ligero aumento en la administración de insulina como resultado de la formación de burbujas de aire que desplazan el exceso de insulina fuera del cartucho. También es posible que se produzca una ligera reducción en la administración de insulina durante el descenso, ya que el aumento de la presión del aire disuelve las burbujas de aire y hace que la insulina vuelva a la bomba. El hecho de que estas anomalías en la administración de insulina durante los vuelos tengan efectos clínicos dependerá de varios factores, entre ellos la sensibilidad a la insulina de cada persona, la ingesta de alimentos y el control de la glucemia".
Advierte: "Para evitar consecuencias metabólicas no deseadas, recomendamos que las personas que usan bombas de insulina consideren desconectar temporalmente sus bombas antes del despegue y eliminar las burbujas de aire antes de volver a conectarlas a la altitud de crucero".