Un estudio realizado en 186 ubicaciones en los Estados Unidos y con 21.000 pacientes, reveló que una nueva prueba de detección de cáncer colorrectal, basada en el análisis de ADN en heces y múltiples objetivos, logra detectar el 94% de los casos de esta enfermedad en pacientes de riesgo promedio. Esta investigación está dirigida por el científico investigador Thomas Imperiale, del Instituto Regenstrief y la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana.
Este método, según los primeros resultados de estos ensayos, sobresale en la detección tanto de cáncer colorrectal como de pólipos precancerosos avanzados, superando a otras pruebas no invasivas. Ahora, estos resultados se han publicado en el 'New England Journal of Medicine'.
El estudio demostró que la prueba de próxima generación tiene una sensibilidad superior y una especificidad mejorada en comparación con la prueba inmunoquímica fecal (FIT), especialmente en la detección de pólipos avanzados con displasia de alto grado.
"La especificidad fue aproximadamente un 30% mejor con esta nueva versión de la prueba, con significativamente menos falsos positivos en comparación (indirectamente) con la versión actual"
"Y aunque no se hizo una comparación directa entre la versión actual de la prueba y esta versión más nueva, los valores numéricos de sensibilidad fueron los mismos o, en realidad, un poco mejores para la prueba de próxima generación. La especificidad fue aproximadamente un 30% mejor con esta nueva versión de la prueba, con significativamente menos falsos positivos en comparación (indirectamente) con la versión actual", explica el investigador.
Los participantes del estudio, asintomáticos y de diversas características demográficas, representaban a la población elegible para la detección del cáncer colorrectal en los Estados Unidos. La nueva prueba de ADN en heces de múltiples objetivos superó a la FIT en sensibilidad para detectar lesiones precancerosas avanzadas en el colon, aunque la FIT tuvo una tasa general de falsos positivos más baja.
Ambas pruebas requieren el envío de una sola muestra de heces a un laboratorio para su análisis, con la FIT realizada anualmente y la prueba de ADN en heces generalmente cada tres años. La elección entre ambas pruebas debe basarse en una discusión entre el médico y el paciente, considerando varios factores, como el riesgo de enfermedad y la probabilidad de completar la prueba elegida.
Los candidatos ideales para esta nueva prueba son personas de riesgo promedio de 45 a 65 años, sin antecedentes personales o familiares de enfermedades que aumenten las posibilidades de cáncer colorrectal.