La proliferación de palomas puede producir “daños psicológicos y graves problemas de salud pública"

La superpoblación de las palomas es cada vez más habitual y los riegos que suponen para la salud humana puede generar problemas de salud pública.

Las palomas son un riesgo para la salud pública. (Foto: Freepik)
Las palomas son un riesgo para la salud pública. (Foto: Freepik)

Los meses de verano favorecen los repuntes de palomas en las ciudades y la presencia de estas aves en zonas frecuentadas por el hombre es muy habitual. A la subida de las temperaturas hay que sumarle las edificaciones abandonadas y las zonas con suciedad que favorecen su proliferación.

“Hemos creado unos entornos ideales para la proliferación de las palomas e incluso de otras aves que también son potenciales transmisoras de enfermedades”, explica en una entrevista para ConSalud.esÍñigo García, responsable del Centro de Excelencia de Aves y Fitosanitarios de Rentokil Initial. Las palomas son portadoras de una larga lista de enfermedades zoonóticas asociadas con bacterias, virus y protozoos, entre otros parásitos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en 2008 “Importancia de las plagas urbanas en la salud pública” y dedicó un capítulo a las aves. La salmonela, una enfermedad producida por una bacteria y causante de una de las infecciones más comunes en humanos, puede ser transmitida por las palomas.

“La enfermedad más común es la gripe aviar, pero también son potenciales transmisoras psitacosis o tuberculosis”

Entre la transmisión de patógenos, estas aves pueden transmitir patógenos mediante vía aérea o por contaminación de alimentos. “La enfermedad más común es la gripe aviar, pero también son potenciales transmisoras psitacosis o tuberculosis”,  subraya García.  Las palomas “transmiten las bacterias o enfermedades por contaminación de nuestros alimentos o incluso por sus heces”, añade.

Para evitar la reproducción y el asentamiento de estas especies potencialmente transmisoras de enfermedades es importante tomar medidas a nivel global. García afirma que “debemos intentar que no invadan excesivamente los lugares en los que estamos o en los lugares en los cuales almacenamos alimentos”.

“Debemos proteger especialmente las zonas donde hay niños o colectivos que puedan ser más propensos a ser contaminados o a contraer enfermedades”

Además, el experto en control de aves, asegura que la protección de los colectivos más vulnerables es lo más importante para evitar la transmisión de enfermedades. “Debemos proteger especialmente las zonas donde hay niños o colectivos que puedan ser más propensos a ser contaminados o a contraer enfermedades”, explica el experto.

Junto a las enfermedades zoonóticas, las palomas pueden generar daños psicológicos y graves problemas de salud pública relativos a las enfermedades respiratorias. Estos daños mentales se deben a sus ruidos e incluso el olor que desprende su aleteo o sus excrementos.

ENFERMEDADES RESPIRATORIAS Y PROBLEMAS PSICOLÓGICOS

García asevera que, la superpoblación de palomas en edificios colindantes con viviendas familiares, puede generar consecuencias en la salud mental de las personas. “Hay otra parte que se olvida más a menudo, pero los olores o los ruidos pueden llegar a crear ciertas personas un estrés y un daño psicológico, y afectar directamente a la salud mental”, afirma.

Además de las infecciones y bacterias por contaminación, las palomas pueden transmitir problemas en las personas con enfermedades respiratorias. “La suciedad que transmiten, especialmente a las personas alérgicas, afecta también a las vías respiratorias y puede fomentar la alergia”, subraya el experto.

“Existen muchos sistemas de prevención y antiposamiento que no son dañinos para los animales"

“Un ave no debería ser dañino para la salud, pero cuando sobrepasan el umbral de tolerancia y se convierten en plagas hay que ponerle coto” resalta García. Las medidas de control son efectivas para evitar la proliferación masiva de estas aves. “Existen muchos sistemas de prevención y antiposamiento que no son dañinos para los animales para evitar que entren en edificios abandonados o se posen en zonas habitadas por los humanos”, añade el experto.

Los picos de reproducción que, según informa García, no están relacionados con condiciones climatológicas, y el aumento desmedido de la especie son situaciones que sí se deben evitar cuando conllevan un riesgo de salud pública. “Las plagas de aves pueden puede crear daños al patrimonio, a las estructuras, a la salud o a los alimentos, y  cuando pasa ese nivel, sí hay que ponerle coto”, concluye García.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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