La supervivencia y la calidad de vida de una persona con VIH diagnosticada y tratada ya son objetivos alcanzables gracias a la innovación terapéutica. De hecho, ahora los retos son otros. Hoy en día, uno de los más urgentes es ofrecer información adaptada a las necesidades actuales para frenar la transmisión del virus, donde todavía existen interrogantes.
La realidad actual del VIH es muy diferente a la de hace tres décadas y las necesidades de las personas con VIH se han transformado. En ese sentido, algunos aspectos como el diagnóstico y el manejo de comorbilidades neuropsiquiátricas como la ansiedad, la depresión o el insomnio, la aparición de resistencias y la práctica del chemsex, toman una mayor importancia para seguir avanzando en la mejora de la calidad de vida de los afectados.
Además, a estos nuevos desafíos se suma el desconocimiento que sigue existiendo sobre la correlación y consecuencias de indetectable = intransmisible. Mantener niveles indetectables de carga viral gracias al tratamiento antirretroviral es crítico no solo para la salud individual de la persona con VIH, sino también por su impacto significativo a nivel comunitario, al reducir la transmisión del virus.
Con el objetivo de seguir avanzando en estos propósitos, profesionales y miembros de las ONG enfocadas en esta causa han participado en el simposio “Cambiando el significado al VIH. Vivir indetectable hoy”, organizado por Gilead en el marco del XXI Congreso Nacional sobre el Sida e ITS de la Sociedad Española Interdisciplinaria del SIDA (SEISIDA), que se celebra estos días en Toledo.
"Sabemos que solo con fármacos no podemos abordar el desafío que supone la transmisión del virus para la salud pública"
Desde la comunidad del VIH insisten en luchar contra el desconocimiento de las personas con VIH y de la sociedad en su conjunto. Para ello apuestan por la difusión de información frente a cada interrogante. En este sentido, se hace cada vez más importante evolucionar el proceso de comunicación entre el paciente y su equipo médico, de forma que se garantice un abordaje integral y que pueda dar respuesta a todos los interrogantes a los que se enfrentan.
En línea con esta hoja de ruta, Pau Arbós, director de VIH de Gilead, ha declarado que "en Gilead llevamos más de 35 años apostando por la innovación para cambiar su significado. Sin embargo, sabemos que solo con fármacos no podemos abordar el desafío que supone la transmisión del virus para la salud pública. Se necesita el compromiso de todos y generar conciencia social sobre cómo atajar las infecciones por VIH. La información es una herramienta tan valiosa como los tratamientos frente a este reto que atañe a toda la sociedad”.
CONVERSACIÓN DEL VIH ACTUALMENTE
Desde hace décadas, los tratamientos farmacológicos han permitido alargar la esperanza de vida de los pacientes y hoy una de cada dos personas con VIH es mayor de 50 años. Esta nueva realidad traza un perfil de paciente "veterano" que plantea a los especialistas en VIH cuestiones en las que no existe una experiencia previa.
Una de ellas es la influencia de nuevos indicadores clínicos a los que prestar atención a la hora de valorar el éxito de un tratamiento a largo plazo, más allá del control virológico. Es el caso de las enfermedades cardiovasculares y las comorbilidades neuropsiquiátricas como la ansiedad, la depresión y el insomnio. Estas condiciones son más frecuentes y se producen antes en las personas con VIH que en la población general, siendo además responsables del proceso de envejecimiento prematuro.
"Hoy vemos a personas con VIH de más edad que, generalmente, tienen indetectable la carga viral y plantean otras cuestiones"
En este sentido, la doctora María Jesús Pérez Elías, jefa de sección en el Servicio de Enfermedades Infecciosas en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid y moderadora del simposio, señala que este es un gran desafío. “Hoy vemos a personas con VIH de más edad que, generalmente, tienen indetectable la carga viral y plantean otras cuestiones. Por ejemplo,debemos valorar su riesgo cardiovascular porque presentan niveles más elevados de colesterol o problemas de tensión arterial. Como médicos, tenemos que estar pendientes de su salud integral”, añade.
Otro de los temas que marcan la actualidad del VIH es la práctica de chemsex (recurrir intencionadamente a sustancias psicoactivas antes o durante las relaciones sexuales para aumentar el deseo, la excitación y la duración de las mismas) como factor de riesgo. Se ha comprobado que esta práctica incrementa las probabilidades de encontrarse en situación de vulnerabilidad frente al VIH1.
La replicación viral y la aparición de resistencias frente a algunos tratamientos están dando también un nuevo giro a la conversación sobre VIH, ya que pueden comprometer el éxito terapéutico del tratamiento. Por ello, los participantes en el simposio coincidieron en la necesidad de abordar estos desafíos de manera integral, no solo proporcionando acceso al tratamiento, sino también ofreciendo apoyo social, emocional y educativo para garantizar los buenos resultados del tratamiento a largo plazo.