La Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos ha concedido la financiación pública a la combinación de cabotegravir + rilpivirina, el primer tratamiento de acción prolongada para el VIH que se administra mediante una inyección intramuscular una vez cada dos meses. Este nuevo tratamiento estará disponible en los hospitales españoles a partir del próximo 1 de diciembre.
En rueda de prensa, celebrada este miércoles 23 de noviembre, se han compartido todos los datos relacionados con el tratamiento de acción prolongada que ha demostrado su eficacia y seguridad a través de un amplio desarrollo clínico durante más de cinco años. En este han participado 44 centros españoles y más de 650 pacientes de centros nacionales, siendo España el primer país de Europa en cuanto a participación en los estudios evaluados por la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés). Las principales guías para el abordaje del VIH ya han actualizado su contenido para recomendar el uso de este antirretroviral de acción prolongada.
Ricardo Moreno, director general de Viiv Healthcare España, ha anunciado el acuerdo con la compañía Janssen el desarrollo de este nuevo tratamiento. “Pasamos de una pastilla cada día a seis inyecciones parenterales al año”, ha celebrado, explicando que este avance ha sido posible gracias al acuerdo con la referida farmacéutica. “Ambos compuestos permitan la dosificación de acción prolongada”, ha enfatizado, recalcando las políticas de acceso universal “que garantizan que todos los pacientes puedan acceder a los tratamientos”.
“Hasta que llegue la vacuna, que es nuestro objetivo, las personas con VIH necesitan una pastilla diaria lo que puede tener un impacto sobre la toxicidad a largo plazo que puede ser que exista o no, pero nos preocupa. Además, plantea una serie de retos desde el punto de vista emocional ya que recuerda a la persona que está infectada y puede conducir al autoestigma. No debemos olvidar que hay un grupo determinado de personas para las que un tratamiento oral diaria no es opción, como la población pediátrica”, ha expuesto la doctora Eugenia Negredo, jefa del Servicio de VIH de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Germans Trias.
Basa su mecanismo de acción en un sistema de nanopartículas o nanocristales que permiten que, tras su administración a través de una inyección intramuscular, la medicación se vaya liberando de forma gradual en el organismo
"También influye en la adherencia. El no seguir diariamente la medicación puede suponer un efecto rebote a largo plazo y puede llevar a que la enfermedad progrese, se desarrollen resistencias, tener que recetar tratamientos más complejos y que la persona vuelva a ser detectable”, ha añadido. “De acuerdo a los últimos datos el 66% de los pacientes consideran una opción interesante un tratamiento de acción prolongada”, ha expuesto la doctora Negredo en base a la última encuesta realizada por SEISIDA que pone de manifiesto que el 40% de los pacientes cree que tomar un medicamento diario aumenta el estigma sobre el VIH.
En este sentido la EMA reconoce que “la disponibilidad de un tratamiento antirretroviral de acción prolongada que reduce la frecuencia de dosificación presenta una mejora significativa al aumentar la satisfacción general con el tratamiento y reducir la carga asociada con la toma diaria del comprimido”.
Por otro lado, las guías elaboradas por GESIDA indican que “algunas de las ventajas que ofrece son la menor frecuencia de las dosis, reducción del estigma o de la preocupación por la revelación del estatus VIH asociado a la toma de pastillas, el recuerdo diario de la condición de persona con VIH o evitar la preocupación de viajar a países con leyes restrictivas para este colectivo”.
“Es el primer tratamiento que se administra de forma intramuscular y más espaciado. Consiste en dos fármacos que no son realmente la novedad ya que rilpivirina se ha utilizado desde hace años en distintos esquemas de tratamientos contra el VIH”, ha explicado el doctor Federico Pulido, de la Unidad de VIH del Hospital 12 de Octubre, que ha enfatizado en que cabotegravir, concretamente en su forma de administración, es la principal novedad que ofrece esta combinación.
El medicamento basa su mecanismo de acción en un sistema de nanopartículas o nanocristales que permiten que, tras su administración a través de una inyección intramuscular, la medicación se vaya liberando de forma gradual en el organismo, manteniéndose la concentración de los fármacos durante dos meses, momento en el cual deben ser administrados nuevamente.
“Estas pautas de inyecciones vienen a rellenar un hueco que no estaba contemplado en los tratamientos”, por lo que no quiere decir que los tratamientos basados en antirretrovirales orales vayan a dejar de utilizarse. “Se utilizan en personas con el virus ya suprimido. Las que empiezan con el virus continuarán iniciarán el tratamiento oral hasta que el virus sea indetectable y pueda ser controlado”.