La Sociedad Española del Sueño (SES) presentó, el pasado fin de semana, el informe ‘La prevalencia del insomnio en España’. Se trata del primer estudio que se hace sobre el tema desde 1999, y en él destacan, entre otros aspectos, que el insomnio afecta más a los adultos jóvenes de entre 18 y 34 años.
Este es el dato que más ha llamado la atención a Manuel de Entrambasaguas, autor del estudio y neurofisiólogo experto en medicina del sueño del Hospital Clínico de Valencia. “Los adultos jóvenes eran los que se quejaban de que dormían peor y tenían mayores consecuencias diurnas”, confirma a ConSalud.es.
Sin embargo, al contrario que los adultos mayores, los adultos jóvenes aseguraron no estar diagnosticados de ningún trastorno del sueño, que es lo que da pie al insomnio. La razón, asegura el neurofisiólogo, es que no acuden al médico para consultar sobre ello, porque piensan que en el fin de semana pueden recuperar esa falta de sueño que padecen los días de diario.
"Les cuesta levantarse por la mañana, porque todavía no han acabado su ciclo cuando está sonando la alarma"
“Su sistema de de sueño está retrasado con respecto al resto. Y, aunque una vez iniciado el sueño duermen fenomenal, ese retraso del ciclo del sueño hace que les cueste levantarse por la mañana, porque todavía no han acabado su ciclo cuando suena la alarma”, explica.
Esta falta de diagnóstico es también una de las razones por las que, para Manuel de Entrambasaguas, no se había publicado un estudio similar desde el año 1999: “Cuando en 2017 formamos el grupo de insomnio de la Sociedad Española de Sueño, la primera cosa que necesitábamos era saber esto cómo estaba esto, porque no había ninguna aproximación”.
Así, en julio 2018 comenzaron a realizar las entrevistas, que duraron un año y recogieron datos de 2.115 personas con horarios de trabajo diurnos. Fruto de estas entrevistas, comprobaron que, en el lado opuesto a los adultos jóvenes, los adultos mayores se ven más afectados por el insomnio por el síntoma de levantarse muy temprano: “Se despiertan a las cuatro o cinco de la mañana y hasta las seis o siete terminan de dormirse bien”.
EL 43% DE LA POBLACIÓN HA TENIDO EN ALGUNA OCASIÓN SÍNTOMAS DE INSOMNIO
En total, indica el estudio, hasta el 43,4% de la población tiene en alguna ocasión síntomas de insomnio, incluyendo esa dificultad para conciliar el sueño, para mantenerlo o para llevarlo hasta el final del ciclo del sueño. Pero hay dos niveles más.
“Cuando al día siguiente se tienen consecuencias diurnas, como sentirse cansado, fatigado o de mal humor, pasamos al síndrome de insomnio”. Aunque esto afecta a un tercio de la población, las consecuencias diurnas deben ocurrir al menos tres días a la semana para que se considere significativo.
"El principal factor es el constante estado de hiperactivación en el que se encuentran las personas durante la mayor parte del día"
Por último, el insomnio crónico, “cuando el síndrome de insomnio se lleva produciendo desde hace tres eses”, afecta al 14%. “El estudio habla del insomnio como un trastorno cuando se descarta que otras posibles causas alejadas del estrés o la ansiedad, como algún dolor crónico, puedan ser la fundamental”, señala Manuel de Entrambasaguas.
Así, el principal factor es el “constante estado de hiperactivación” en el que se encuentran las personas durante la mayor parte del día y que deriva en el estrés, aunque también se puede dar por cuestiones genéticas de rasgos perfeccionistas o por algún otro problema de salud mental.
PROBLEMAS PARA DORMIR A PESAR DE CONSUMIR FÁRMACOS
Por último, el autor del estudio -presentado en la XXXI Reunión Anual de la SES celebrada en Toledo- comenta que el insomnio se da más en hombres que en mujeres, ya que estas son más propensas a tomar fármacos para dormir, “aunque los dos son igual de dependientes”: “A la pregunta de si creían que no tomando medicación tendrían problemas para dormir, los hombres y las mujeres contestaron en la misma proporción que sí”.
De hecho, el 18% de los encuestados que tomaban medicación para dormir pensaba que no tendría problemas para dormir si abandonara la medicación, y, sin embargo, la continuaba tomando. Además, el 25% teniendo problemas para dormir a pesar de consumir fármacos.
“Tenemos que reflexionar, como sociedad, si nuestro estilo de vida nos lleva a la calma o a estar más estresados, porque la hiperactivación es una forma de mala regulación del estrés. Es un conjunto de hábitos y de factores sociolaborales”, sentencia.