Prevención en la salud mental: la pandemia impulsa los programas y estrategias de las CC.AA.

Las autonomías han impulsado diversas estrategias para abordar los problemas de salud mental, pero también para prevenirlos

Atención especializada en salud mental. (Foto. Comunidad de Madrid)

Los problemas de salud mental cada vez están tomando más importancia tanto a nivel social como político. Tras años de abandono, la Administración ha dado un paso tras la pandemia para visibilizar y abordar los diferentes trastornos, patologías y problemas que se pueden dar a nivel mental en la sociedad. Así han salido adelante distintos planes y estrategias y otras se han quedado paralizadas, como la Estrategia Nacional de Salud Mental.

El abordaje de los problemas de salud mental es actualmente una de las principales medidas que se están tomando y con ello también su prevención. Actualmente existen tratamiento eficaces para evitar los trastornos mentales graves, pero un 60-65% de las personas que los sufren no reciben una atención adecuada. A ello se suma el infradiagnóstico o una medicación excesiva. Y, como señalan diferentes expertos, cuando más tarde se diagnostiquen los problemas más se agudizarán y más complicado será tratarlos. O incluso puede derivar en intentos autolíticos o suicidios. Solo en 2020 se suicidaron 3.941 personas en España, una cifra que supuso un record de muertes de niños menores de 15 años y de personas mayores en nuestro país.

Las diferentes estrategias encontramos la prevención del estigma, del suicidio, programas con medidas para poner el foco y la detección precoz de problemas de salud mental en la infancia

Ante ello, la prevención supone uno de los pilares de los programas. Así en las diferentes estrategias encontramos la prevención del estigma, del suicidio, programas con medidas para poner el foco y la detección precoz de problemas de salud mental en la infancia, para prevenir trastornos como el síndrome de burn-out en profesionales sanitarios, para evitar los problemas de autoestima, y también medidas sobre pacientes con síndromes como la obesidad u otras patologías físicas que pudieran afectar a la salud mental.

En cuanto a comunidades autónomas, encontramos estos objetivo por ejemplo en el Plan de Salud Mental poscovid 19 para el período 2020-2024 de Galicia, que reconoce que existen escasos programas de promoción de la salud y prevención en Atención Primaria, y propone crear programas de prevención de la enfermedad y de educación sanitaria en ellas, además de aumentar los servicios asistenciales para conseguir la prevención de los trastornos mentales y disminuir su impacto. El plan director de salud mental y adicciones de Cataluña también destaca la necesidad de promocionar la salud y la prevención de la enfermedad con actividades que vayan dirigidos a los grupos de riesgo y al ámbito comunitario, o con un mayor peso de la prevención en la Atención Primaria para detectar los trastornos mentales de forma precoz tanto aquellos que deriven de vivencias o de una enfermedad mental, como los que están asociados a adicciones.

Desde la Confederación Salud Mental España, es especialmente preocupante la vulnerabilidad que sufre la población joven

Por su parte, las Islas Baleares están desarrollando una estrategia para 2023 con el apoyo de más de 180 profesionales a través de la Oficina de Salud Mental que lleva en marcha desde 2015 y el Observatorio del Suicidio que tiene esta comunidad autónoma. Y Madrid prepara un Plan de Salud Mental y Adicciones para dotar de más recursos a la salud mental y apoyar especialmente a la atención de la población infanto-juvenil.

RETOS QUE SIGUEN FALTANDO

Aunque son muchas las estrategias que se han puesto en marcha en tema de salud mental y su prevención, todavía queda mucho por hacer, ya que son planes para crear más programas, actividades para la detección precoz, para prevenir trastornos o recaídas, pero que todavía no se han formado o no han tenido su impacto en una sociedad que tras la pandemia de Covid-19 tiene más problemas de salud mental y demandan más ayuda.

Como señalan a este medio desde la Confederación SALUD MENTAL ESPAÑA, es especialmente preocupante la vulnerabilidad que sufre la población joven “con violencia en el hogar, de género, en los centros educativos, delitos de odio, que afectan directamente en el deterioro de la salud mental y es el germen para el desarrollo de problemas de esta índole en la edad adulta”. Y entre todos esos factores que afectan a la salud mental de los jóvenes está el impacto de las redes sociales.

Cada vez es mayor la obsesión por la imagen y por conductas que se asocian al éxito. Además está el ciberacoso y el tiempo que se dedica a las redes sociales que “unido a la falta de herramientas para enfrentarse determinadas situaciones y contenidos, incrementa la vulnerabilidad de esta población”. Con ello está aumentando también un uso patológico de Internet capaz de agravar o incluso potenciar la aparición de trastornos mentales.

Teniendo en cuenta que según datos de la Organización Mundial de la Salud, la mitad de los trastornos mentales comienzan a los 14 años o antes, desde la Confederación han destacado la necesidad de que las Administraciones públicas se impliquen también en esta situación y creen medidas dentro de la “educación inclusiva, la sensibilización sobre salud mental, el hablar con naturalidad de los problemas de salud mental, atención temprana y acciones de prevención para el suicidio”.

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