La obesidad es una enfermedad que supone la segunda causa de muerte evitable, solo por detrás del tabaquismo. En este sentido, en España el 55,8% de la población mayor de 18 años presenta un exceso de peso, un 37,1% por sobrepeso y un 18,7% de obesidad.
De este modo, no se trata de un problema estético o de belleza, sino que se debe considerar como una “pandemia”, cuya incidencia aumenta progresivamente en todo el mundo. De acuerdo con el doctor Carlos Durán, jefe de servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Universitario La Luz, se considera obesidad cuando el IMC (Índice de Masa Corporal) es superior a 30 y obesidad mórbida cuando es superior a 40.
“Es frecuente escuchar actualmente recomendaciones sobre aceptar la obesidad como algo normal o saludable en contraste con el concepto de belleza basado en patrones de delgadez y musculación”. Sin embargo, el experto recuerda que, aunque se debe rechazar el canon de hombre o mujer perfectos basado en bajo peso o cuerpo musculado, no se debe incurrir en el error de normalizar la obesidad como un estado saludable.
Carlos Durán: “La obesidad se relaciona directamente con aumento de incidencia de diabetes tipo 2, elevación de colesterol y triglicéridos o aumento del riesgo cardiovascular"
Según un estudio de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, un 82% de los pacientes obesos no reconocen que lo son y hasta un 12% considera que su peso es normal. “La obesidad se relaciona directamente con aumento de incidencia de diabetes tipo 2 (el doble que la población no obesa), elevación de colesterol y triglicéridos, aumento del riesgo cardiovascular, apnea de sueño, patología articular y aumento de incidencia de algunos tumores como el de colon, mama, tiroides o esófago y una disminución significativa de la esperanza de vida”, advierte el doctor.
Para tratar la obesidad, lo mejor es prevenir, “por lo que se deberían inculcar en la población hábitos de alimentación saludables en cuanto a cantidad y calidad (dieta rica en fibra, hidratos de carbono de absorción lenta como las hortalizas, frutas, legumbres, arroz, pasta y reducción de alimentos procesados y azucarados) así como una vida activa fomentando el ejercicio diario y evitando el sedentarismo”, recomienda el doctor.
Otro tratamiento es el quirúrgico, que se debe plantear cuando la obesidad ya está establecida y el tratamiento dietético controlado por endocrino ha fracasado. “Nunca debemos olvidar que la obesidad es una enfermedad crónica (resistente a tratamientos a corto plazo, con reganancia de peso) que está directamente relacionada con un aumento de la incidencia de múltiples enfermedades y disminuye significativamente la esperanza y calidad de vida de los pacientes”, destaca Carlos Durán.
Por otro lado, existe últimamente una tendencia de distintas opciones farmacológicas desarrolladas para el tratamiento de la diabetes tipo 2. Su efecto se asocia a una disminución del apetito y sensación de saciedad, lo que ayuda a mantener una dieta y perder peso. En este aspecto, el doctor del Hospital Universitario La Luz incide en que los fármacos deben ser prescritos y seguidos por endocrinos, pues se trata de medicamentos para la diabetes y no todos han sido aceptados por la FDA para su uso en obesidad.
Carlos Durán: “Los fármacos para el tratamiento de diabetes tipo 2 para adelgazar no son inocuos, el 60% de los pacientes tienen efectos adversos”
“No son inocuos, el 60% de los pacientes tienen efectos adversos, siendo los más frecuentes náusea o vómito (36%), dolor abdominal, cálculos biliares, hipoglucemia, diarrea y en menor medida pancreatitis o tumores endocrinos (tiroides o páncreas)”, advierte. Además, su efecto desaparece también al dejar de utilizarlos, pues son fármacos que precisan su uso continuado a medio o largo plazo. “La relación coste y efectividad siempre es inferior al logrado con la cirugía a medio o largo plazo”, subraya el doctor.
A pesar de todo, la opción más segura y efectiva a medio y largo plazo para el control de la obesidad es, a día de hoy, la cirugía. “Así los pacientes intervenidos abandonan la presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP) en el 80 o 90% de los casos, un 50% deja la medicación hipertensiva, un 80% dejan medicación hipolipemiante (colesterol y triglicéridos) y hasta un 72% de los pacientes con diabetes tipo 2 abandonan la medicación y más de un 95% reducen la cantidad de medicamentos para su control o dejan la insulina”, describe el doctor.
El jefe de servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Universitario La Luz de Madrid recomienda que la indicación se debe realizar en centros hospitalarios con amplia experiencia en el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de la obesidad y desde un punto de vista multidisciplinar (cirujano, endocrino, endoscopia, unidad de cuidados intensivos) y huir de centros de estética donde ofrezcan tratamientos “milagro y de bajo riesgo” pero probablemente mal indicados y poco efectivos. “Nosotros en los últimos años hemos realizado más de 500 intervenciones con muy baja incidencia de complicaciones”, concluye el Dr. Carlos Durán.