Una investigación de la Universidad Nacional de Australia (ANU por sus siglas en inglés) ha descubierto que las personas con hipertensión o una presión arterial elevada corren el riesgo de un envejecimiento cerebral acelerado. Además, descubrieron que "una persona con una presión arterial ideal tendrá un cerebro que parecerá más de seis meses más joven en la mediana edad que una persona hipertensa".
Anteriormente ya se sabía que la presión arterial elevada era un factor de riesgo importante para la salud, e incluso la principal causa mundial de muerte prematura. Sin embargo no estaba tan claro cuándo afectaba a la salud cerebral, aunque se sabía que la hipertensión era un riesgo en el deterioro cognitivo y la demencia.
El estudio de ANU, publicado en Frontiers in Aging Neuroscience, encontró que los participantes con presión arterial alta, pero dentro del rango normal, tenían cerebros más viejos y, por lo tanto, menos saludables, lo que aumenta su riesgo de enfermedad cardíaca, accidente cerebrovascular y demencia.
"Este pensamiento de que el cerebro de uno se vuelve insalubre debido a la presión arterial alta más adelante en la vida no es completamente cierto", dijo el profesor Nicolas Cherbuin, director del Centro de Investigación sobre Envejecimiento, Salud y Bienestar de la ANU. "Comienza antes y comienza en personas que tienen presión arterial normal".
"Al detectar el impacto del aumento de la presión arterial en la salud cerebral de las personas mayores de 40 años, debemos asumir que los efectos de la presión arterial elevada deben acumularse durante muchos años y podrían comenzar a los 20 años. Esto significa que en una persona joven el cerebro ya es vulnerable", señala Cherbuin
La presión arterial normal se define por una presión por debajo de 120/80, mientras que una presión arterial óptima y más saludable está más cerca de 110/70.
El equipo de ANU, en colaboración con colegas de Australia, Nueva Zelanda y Alemania, examinó más de 2.000 escáneres cerebrales de 686 personas sanas de entre 44 y 76 años. La presión arterial de los participantes se midió hasta cuatro veces durante un período de 12 años.
"Al detectar el impacto del aumento de la presión arterial en la salud cerebral de las personas mayores de 40 años, debemos asumir que los efectos de la presión arterial elevada deben acumularse durante muchos años y podrían comenzar a los 20 años. Esto significa que en una persona joven el cerebro ya es vulnerable ", señala Cherbuin.
"En comparación con una persona con una presión arterial alta de 135/85, se descubrió que alguien con una lectura óptima de 110/70 tiene una edad cerebral que parece más de seis meses más joven cuando llega a la mediana edad", explica el cardiólogo y coautor del estudio, el profesor Walter Abhayaratna.
En el estudio no existía una diferencia de envejecimiento cerebral entre las personas de mediana edad o mayores cuando ambas tenían una presión arterial elevada. Lo que indica que el impacto negativo de la presión arterial elevada en el cerebro no surge en la vejez, sino de forma progresiva a lo largo de la vida, según el estudio. Es por ello que es importante introducir cambios en el estilo de vida y la dieta desde temprana edad para evitar que la presión arterial aumente demasiado, destacan los autores.