El potencial de las Redes Sociales para prevenir la obesidad y el sobrepeso: ¿Real o ficticio?

Varios estudios argumentan que las redes sociales son un canal para promover hábitos saludables y prevenir la obesidad. Pero, en la práctica diaria, esta enfermedad es considerada tabú por múltiples motivos, entre ellos, por las opiniones negativas

Persona con sobrepeso (Foto: Freepik)
24 marzo 2023 | 00:00 h

Las cifras en los últimos años no han hecho más que crecer: el sobrepeso y la obesidad ya son catalogados como verdaderas epidemias del siglo XXI en países de todo el mundo. Desde 1975, la obesidad se ha casi triplicado en todo el mundo y según los últimos datos ofrecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) más de 1.900 millones de adultos de 18 o más años tienen sobrepeso, de los cuales, más de 650 millones son obesos.

Ante este panorama, las Redes Sociales (RRSS) influyen significativamente en la forma en que los usuarios anuncian métodos para adelgazar o formas “eficaces” de hacer ejercicio para conseguir el peso deseado. Pero, como en todo, la información que se puede encontrar en este tipo de plataformas es muy variada y por lo tanto no toda es fiable.

En Redes Sociales hay historias reales que se muestran como una forma de prevenir la obesidad y las enfermedades asociadas a esto

Es más, un estudio publicado en The Lancet, y llevado a cabo por especialistas del The National Heart, Lung and Blood Institute, mostraba que el uso de este tipo de herramientas “no permite una reducción sostenida de peso entre los adultos jóvenes”.

En redes sociales como TikTok o Instagram, normalmente las que cuentan con un mayor número de usuarios jóvenes, se pueden encontrar numerosas experiencias de gente que expone a través de fotografías u otro tipo de contenido la manera en la que han perdido peso. Este tipo de imágenes o relatos suelen influir significativamente en el usuario que también busca una solución a determinados problemas de sobrepeso.

Ante esto, también hay historias reales que se muestran como una forma de prevenir la obesidad y las enfermedades asociadas a esto. En 2020, Rebel Wilson decidió compartir en su cuenta de Instagram su proceso de pérdida de peso siendo para ella “el año de la salud”. Desde entonces, publica parte de su rutina de ejercicios mientras promueve a sus seguidores que realicen deporte.

En España, la diseñadora de moda Vicky Martín Berrocal también decidió hacer una reivindicación para concienciar sobre la obesidad y cambiar el relato que se suele tener de esta enfermedad. En muchas ocasiones ha hablado sobre cómo le cambió la vida cuando decidió pedir ayuda a especialistas para adoptar un estilo de vida más saludable un año después de estar lidiando con el sobrepeso y subidas y bajas de peso.

En este contexto, las RRSS está mostrando el gran potencial que tiene para la promoción de hábitos saludables. No solo por parte de los más famosos, también de los sanitarios que, como enfermedad multifactorial, involucra a muchos especialistas que divulgan sobre esta enfermedad. A su vez, hay ciudadanos que deciden dar visibilidad a su "vuelta a la buena salud" contando sus experiencias personales y lo bien que se sintieron una vez que decidieron dar el cambio.

LA PARTE NEGATIVA

Comentábamos antes que hay información que no siempre es fiable. Claro está que muchas personas deciden aprovechar el “tirón” de estas plataformas para vender técnicas y productos que se comercializan como “mágicos” para perder peso. Esto no significa que adelgazar sea lo mismo que mantenerse saludable.

Por otro lado, la obesidad y el sobrepeso se posicionan como una enfermedad tabú. Un estudio llevado a cabo por la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) demostraron que todos los mensajes vertidos en Internet en relación con la obesidad tienen como objetivo el insulto. Es más, las personas con un índice de masa corporal (IMC) más alto de lo normal tienden a estar menos en redes, con la única excepción de Facebook. Con todo, las diferencias con respecto al conjunto no son significativas.

Estamos, entonces, ante una enfermedad que cada vez afecta a más personas y poco a poco está descubriendo su lugar en las plataformas digitales. Por ahora, tiene sus pros y sus contras pero, se espera que en los próximos años, el esfuerzo de todas aquellas personas que comparten sus testimonios y conocimientos sirvan aun más como un método de prevención junto a los planes establecidos por las organizaciones públicas.

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