¿Por qué los supervivientes de cáncer infantil tienen mayor riesgo de enfermedad metabólica?

Un estudio revela que los pacientes con cáncer infantil que fueron tratados con irradiación corporal total o abdominal, cuando crecen muestran anormalidades en su tejido adiposo (grasa)

Células. (Foto. Pixabay)
Células. (Foto. Pixabay)
Lorena García - Redactora
22 noviembre 2021 | 00:00 h

Décadas después de luchar contra elcáncer infantil, los supervivientes a menudo se enfrentan a un nuevo desafío: la enfermedad cardiometabólica. Un espectro de afecciones que incluyen la enfermedad coronaria y la diabetes, la enfermedad cardiometabólica generalmente afecta a las personas obesas, ancianas o resistentes a la insulina. Por razones aún desconocidas, los adultos jóvenes aparentemente sanos que sobrevivieron al cáncer infantil también están en riesgo

La radioterapia puede ser la culpable. Y es que, un nuevo estudio revela que los pacientes con cáncer infantil que fueron tratados con irradiación corporal total o abdominal, cuando crecen muestran anormalidades en su tejido adiposo (grasa), similares a las encontradas en individuos obesos con enfermedad cardiometabólica. Los hallazgos, publicados en  JCI Insight, sugieren que puede ser necesario encontrar estrategias que reduzcan la dosis de radiación administrada a la grasa

"Cuando los médicos planifican la radioterapia, son muy conscientes de la toxicidad para los órganos principales. Pero la grasa a menudo no se considera. Nuestros resultados implican que la exposición temprana de las células grasas a la radiación puede causar una disfunción a largo plazo en el tejido adiposo que pone a los sobrevivientes de cáncer infantil en mayor riesgo de enfermedad cardiometabólica", han indicado los investigadores.

MÁS ALLÁ DE UNA BOLSA DE CÉLULAS

Los niños con cáncer tienen más probabilidades que nunca de sobrevivir hasta la edad adulta. Más del 80% de los pacientes con cáncer menores de 18 años todavía están vivos un año después de un diagnóstico inicial. Pero su esperanza de vida sigue siendo obstinadamente baja, en gran parte porque muchos supervivientes desarrollan una enfermedad cardiometabólica. Los estudios sugieren que, entre los tratados con radioterapia, el riesgo de muerte cardíaca es siete veces mayor que el de la población general.

Los pacientes con cáncer infantil que fueron tratados con irradiación corporal total o abdominal crecen para mostrar anormalidades en su tejido adiposo (grasa)

Un trabajo reciente del laboratorio de Cohen y otros había resaltado la importancia de la grasa como un órgano endocrino que ayuda a regular el metabolismo. Como cualquier otro órgano, la grasa puede ser vulnerable al daño por radiación, con consecuencias igualmente nefastas.

"Aunque el tejido adiposo se encuentra en todo el cuerpo y tiene muchas funciones fisiológicas, no se considera un 'órgano en riesgo' cuando los oncólogos radioterapeutas hacen sus planes de tratamiento y, por lo tanto, pueden recibir dosis altas que probablemente alteren su función normal", han declarado los autores. 

Por ello, comenzaron a investigar un posible vínculo entre la radioterapia en niños y las "misteriosas" enfermedades metabólicas que los siguen hasta la edad adulta.  

OBESIDAD MOLECULAR

Para el estudio, los investigadores tomaron biopsias de un pequeño grupo de adultos que habían sobrevivido al cáncer infantil después de ser tratados con radioterapia total o abdominal.

"Estos primeros hallazgos pueden llamar la atención de un médico sobre el hecho de que el tejido adiposo puede verse afectado por la radiación y que esos efectos podrían causar problemas a sus pacientes décadas más tarde"

Por lo demás, los voluntarios tenían un riesgo bajo de enfermedad metabólica, con IMC y proporciones cintura-cadera normales. Sin embargo, los datos indicaron que su tejido graso estaba repleto de células inmunes conocidas como macrófagos y contenía varias proteínas involucradas en la respuesta del cuerpo a una lesión crónica. Este tipo de perfil molecular es lo que esperaban encontrar entre los pacientes ancianos y obesos, no entre los jóvenes supervivientes de cáncer sanos que habían recibido facturas de salud limpias hace años. Y sus cuerpos ya mostraban los indicadores sutiles de una enfermedad metabólica en desarrollo, como el aumento de azúcar en la sangre. 

"Seleccionamos específicamente a personas más jóvenes con un IMC normal y, sin embargo, la firma que encontramos coincide con la de personas mucho mayores y obesas. Se ha dicho que la radiación induce el envejecimiento prematuro, y eso es consistente con lo que vimos aquí", aseguran.

Los investigadores advierten contra sacar conclusiones sobre la causalidad del estudio, pero esperan que documentar la asociación entre la exposición a la radiación infantil y el daño al tejido graso "pueda abrir la puerta a más experimentos". También plantean la posibilidad de que un estudio más amplio pueda descubrir marcadores moleculares consistentes para indicar qué sobrevivientes de cáncer infantil tienen el mayor riesgo de desarrollar una enfermedad cardiometabólica.  

Mientras tanto, esperan que los presentes hallazgos alerten a los médicos sobre la importancia de la grasa y la necesidad de protegerla. "Nada va a cambiar de la noche a la mañana. Pero estos primeros hallazgos pueden llamar la atención de un médico sobre el hecho de que el tejido adiposo puede verse afectado por la radiación y que esos efectos podrían causar problemas a sus pacientes décadas más tarde", concluyen.

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