El regreso al trabajo después de las vacaciones de verano puede ser un desafío. Mientras nos acostumbramos a la rutina diaria, es esencial prestar atención a nuestra salud, no solo física, sino también mental, ya que esta juega un papel muy importante en nuestro bienestar general.
Leticia Baeza, psicóloga del Hospital Universitario del Vinalopó, perteneciente al Grupo Ribera, subraya la importancia de cuidar la salud mental en esta época del año y ofrece algunas recomendaciones para mantener un equilibrio saludable.
El final del verano es un periodo conocido por generar un cierto grado de estrés característico, llamado comúnmente como "síndrome post-vacacional". Este fenómeno puede manifestarse como una sensación de apatía, ansiedad, generando sentimientos de tristeza a medida que intentamos adaptarnos nuevamente a la rutina laboral.
El final del verano es un periodo conocido por generar un cierto grado de estrés
"La transición del descanso y la desconexión que ofrecen las vacaciones a la presión y responsabilidades del trabajo puede agobiar a muchas personas. Es fundamental reconocer estos sentimientos y tomar medidas para abordarlos de manera proactiva" afirma.
El verano, con sus largos días y oportunidades para el ocio, suele ser un periodo de recarga emocional. Sin embargo, el cuidado no debe limitarse solo a estos meses. Mantener una buena salud mental es un compromiso continuo que debe integrarse en nuestro estilo de vida diario.
Según Leticia Baeza, es importante establecer una rutina de transición al regresar al trabajo después de las vacaciones. "Intentar retomar el trabajo a toda velocidad puede ser contraproducente, dedicar los primeros días a organizar el espacio de trabajo y establecer prioridades permite una adaptación más suave y menos estresante”, explica.
Es importante establecer una rutina de transición al regresar al trabajo después de las vacaciones
Como herramientas para mantener una mentalidad positiva, la psicóloga destaca la importancia de la gratitud y la atención plena, también insiste en mantener un equilibrio entre el trabajo y la vida personal, disfrutar de hobbies y hacer ejercicio regularmente.
También subraya la necesidad de una alimentación equilibrada y un descanso adecuado y anima a buscar apoyo profesional si el estrés o la ansiedad se vuelven abrumadores, poniendo en valor que pedir ayuda es un acto de fortaleza.
"Es fundamental reconocer cuándo el estrés o la ansiedad se vuelven una carga para nuestro día a día, buscar apoyo profesional en esos momentos no es un signo de debilidad, sino de fortaleza. Pedir ayuda demuestra que estamos comprometidos con nuestro bienestar y dispuestos a tomar las medidas necesarias para cuidar nuestra salud mental", concluye Leticia Baeza.