En el marco de los Cursos de Verano de la Universidad Complutense de Madrid en San Lorenzo de El Escorial, ayer tuvo lugar el encuentro “Retos en Salud Pública para la Enfermedad Hepática”, dirigido por el Dr. José Luis Calleja, del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid, y apoyado por Gilead Sciences, en el que los especialistas reunidos pusieron de manifiesto la necesidad de fomentar políticas de cribado poblacional en España con las que conseguir el objetivo de la eliminación de la hepatitis C.
Este curso, dividido en varias mesas redondas, tuvo como fin conocer de la mano de expertos nacionales e internacionales los avances en la política de cribado del Sistema Nacional de Salud (SNS), las distintas acciones llevadas a cabo en Europa para conseguir la eliminación de la enfermedad, el impacto de la COVID-19 en las estrategias de microeliminación de las comunidades autónomas, los retos sociales a los que nos enfrentamos en el abordaje de este virus y el nuevo horizonte que se presenta para la Esteatosis Hepática No Alcohólica (NASH).
Uno de los retos que quedan por abordar para conseguir el objetivo de la eliminación de la hepatitis C es la búsqueda de pacientes que tienen el virus y no lo saben
En la actualidad, se prevé que España sea el segundo país de Europa, por detrás de Islandia, en conseguir el objetivo marcado por la OMS de eliminación de la hepatitis C, pero aún queda camino por recorrer. Desde la aprobación del Plan Estratégico para el Abordaje de la Hepatitis C en el SNS en 2015, se estima que más de 130.000 personas han sido tratadas en España. En palabras del Dr. Calleja, “hemos empezado a ver el impacto de esta estrategia en salud con un descenso muy importante en la necesidad de trasplantes y la mortalidad por hepatitis C. El esfuerzo debe continuar ya que en nuestro país aún quedan unos 80.000 pacientes sin tratar, muchos de ellos no diagnosticados, ya que es una enfermedad en muchos casos asintomática. Si no somos capaces de llegar a ellos, en unos años volveremos a tener una ola de pacientes con enfermedad hepática avanzada, cáncer de hígado o necesidad de trasplante porque no han sido tratados a tiempo”.
A lo largo del curso se puso en valor la necesidad de fomentar políticas de cribado para detectar el 30% de pacientes aún no diagnosticados. Según el Dr. Javier García Samaniego, coordinador de la Alianza para la Eliminación de las Hepatitis Víricas en España (AEHVE) “uno de los retos que nos quedan por abordar en nuestro país es la búsqueda de pacientes que tienen hepatitis C y no lo saben. Para ello, sería necesario buscar fórmulas de cribado que vayan más allá de los pacientes de riesgo o vulnerables (usuarios de drogas, hombres que tienen sexo con hombres o población inmigrante)”.
Así, el Dr. Garcia Samaniego durante su intervención en la mesa redonda “Reto social ante la Eliminación de la Hepatitis C” explicó que “sabemos que la hepatitis C se concentra básicamente en personas entre los 40-45 años y los 70-75 años. Sería deseable que todas las personas mayores de 40 años que nunca se han hecho un test de hepatitis C se lo pudieran realizar al menos una vez en la vida en un análisis rutinario de salud. Además, aprovechando la pandemia actual y que muchas de las personas que acudan al hospital en las próximas fechas serán sometidas a la prueba del COVID-19, se podrían testar otra serie de virus como el de la hepatitis C”. En este sentido, portavoces de diferentes grupos parlamentarios en el Congreso y el Senado destacaron la labor que desde la función legislativa se puede realizar para impulsar el compromiso de España con la eliminación de la hepatitis C, en el contexto actual COVID-19. El cribado basado en la evidencia, la búsqueda activa de pacientes positivos ya diagnosticados que no han sido derivados al especialista, la necesidad de una mayor coordinación socio-sanitaria o la teleasistencia fueron algunos de los retos a abordar sobre los que estos políticos dieron su punto de vista.
En la actualidad, más de 130.000 pacientes han sido tratados en España, pero se estima que aún quedan unas 80.000 personas infectadas
Otra de las evidencias que ha puesto de manifiesto la crisis de la COVID-19 ha sido la necesidad de la teleasistencia como una herramienta que podría mejorar sustancialmente el seguimiento del paciente con hepatitis C y evitar el colapso en los diferentes niveles asistenciales. En este sentido, las guías de práctica clínica nacionales e internacionales avalan la utilización de índices serológicos para medir el grado de fibrosis del paciente sin necesidad de fibroscan y, teniendo en cuenta que se dispone de Antivirales de Acción Directa pangenotípicos, se podría incluso prescribir el tratamiento de forma telemática.
Los expertos explicaron también que, para lograr el objetivo de la eliminación en España, es necesario que cada comunidad autónoma tenga su propio plan de actuación, coordinado a todos los niveles, con acciones específicas, búsqueda activa de pacientes ya diagnosticados y cribado por grupos de riesgo, con medidas que permitan medir el éxito de la implementación. Para ello, la unificación de la Historia Clínica Electrónica (HCE) en todo el SNS puede ayudar a identificar a ese 70% de pacientes diagnosticados y no tratados, así como la implantación del diagnóstico en un único paso en la mayoría de los hospitales. “Hay que intentar recuperar en los archivos, tanto de los servicios de microbiología de los hospitales como de las consultas de atención primaria, los pacientes que aun estando diagnosticados están ‘olvidados’ en el sistema y no se han tratado”, añadió el Dr. Samaniego.
El último de los temas tratados en el curso durante la mesa redonda “Un nuevo horizonte ante la Esteatosis Hepática No Alcohólica (NASH)” fue la creciente frecuencia de diagnóstico de enfermedad hepática avanzada en el contexto de hígado graso que está unida a la creciente epidemia de obesidad, diabetes y síndrome metabólico que se observa en nuestro país. “En Estados Unidos, el hígado graso se ha convertido en la principal causa de enfermedad hepática terminal y necesidad de trasplante”, apuntó el Dr. Calleja.
El curso, dirigido por el Dr. José Luis Calleja, jefe de Servicio de Digestivo del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda en Madrid, contó con la participación de la Prof. Julia del Amo, responsable del Plan Nacional de Hepatitis C; el Prof. Rafael Esteban, jefe de Servicio de Medicina Interna y Unidad de Hígado del Hospital Universitario Vall d'Hebron en Barcelona; el PhD. Francisco Averhoff, del Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de EE. UU.; el PhD. John Dillon, Investigador de Medicina Molecular y Clínica de la Universidad de Dundee en Escocia; la Prof. María Buti, jefa Clínica del Servicio de Hepatología y Medicina Interna del Hospital Universitario Vall d'Hebron de Barcelona; el Dr. Javier García Samaniego, coordinador de la AEHVE; el Dr. Manuel Romero, de la unidad de Hepatología del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla; la PhD Arantxa Sancho, del Instituto de Investigación Sanitaria Puerta de Hierro de Madrid; y el Dr. Salvador Augustín, del Servicio de Hepatología del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona. Además, el acto contó con varios representantes públicos de sanidad a nivel autonómico y nacional.