Sequedad en la piel, fotosensibilidad, manchas, cicactrices, mucositis, caída del cabello o alteraciones en las uñas, son algunos efectos secundarios habituales en tratamientos oncológicos como la radioterapia, cirugía, quimioterapia, terapias dirigidas, inmunoterapia y hormonoterapia.
Cómo nos vemos tiene un impacto en nuestra autoestima, en cómo nos relacionamos con nuestro entorno y en el pronóstico de la enfermedad y calidad de vida. De ahí que la medicina estética oncológica juegue un rol clave en el manejo de los pacientes con cáncer. Esta rama de la medicina se centra en la especialización en belleza y bienestar, centrándose en la imagen exterior y el impacto emocional de los pacientes de cáncer e integrando otras terapias que mejoran la condición mental, física y nutricional.
Lo que más preocupa a los pacientes - explica a ConSalud.es la especialista del servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, la Dra. Eva Ruiz Hispan - es el cambio en la imagen corporal y cómo éste impactará en su calidad de vida y en la esfera emocional y social. Médicos, enfermeras, rehabilitadores, nutricionistas y psicólogos, además de asociaciones como la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) o el Grupo de Expertos en Medicina Estética Oncológica (Gemeon) participan en este campo con el objetivo de que los beneficios de los cuidados estéticos lleguen a todos los pacientes oncológicos.
"Recuperan su autoestima para conseguir una correcta integración social y devolver su vida a la normalidad"
El perfil del paciente que acude a las consultas de cuidados estéticos es heterogéneo. Aunque se presupone que las mujeres jóvenes son las más preocupadas por los cuidados estéticos, la realidad es que el bienestar corporal y la belleza son importantes para la mayoría de los pacientes, sin tener en cuenta ni edad ni género y siendo una necesidad que cada día se demanda más en los sistemas de salud.
"Gracias al poder de la imagen corporal” los pacientes oncológicos aprenden a cuidarse, minimizando las posibles secuelas de los tratamientos y consiguiendo un bienestar físico y psicológico que redunda en una mejor calidad de vida. “De esta manera, recuperan su autoestima para conseguir una correcta integración social y devolver su vida a la normalidad”, matiza la experta.
Los cuidados estéticos comienzan antes incluso que los tratamientos. “Les explicamos cómo preparar la piel, mucosas y uñas, evitando irritantes y sensibilizantes y utilizando cosmética protectora y reparativa”. Mientras se administra el tratamiento y una vez ha finalizado, los profesionales aconsejan a los pacientes cómo sobrellevar la sequedad de la piel, protegerse de la acción del sol o cubrir imperfecciones con maquillaje corrector. También les ayudan a encontrar una nueva imagen corporal cuando el pelo se cae, mediante pañuelos y pelucas para la cabeza, o tatuajes y diseño para las cejas. “Además, explicamos los ejercicios físicos que deben realizar, acompañados de una correcta nutrición y apoyo psicológico”, comenta la Dra. Ruiz.
Los cuidados estéticos pueden afectar, incluso, en la mortalidad del cáncer
La evidencia científica pone de manifiesto el papel beneficioso – o incluso terapéutico – que juega la estética y la cosmética en el manejo de algunos efectos adversos producidos por los tratamientos oncológicos. Beneficios que van más allá de “verse bien”. Los cuidados estéticos durante los tratamientos contra el cáncer preparan y refuerzan la piel, reduciendo el impacto de la toxicidad cutánea de los tratamientos antineoplásicos, que pueden provocar xerosis, prurito, eritema, paroniquia, fisuras, erupciones, hiperqueratosis, radiodermitis o fotosensibilidad. Evitando estos síntomas, aumenta la adherencia al tratamiento y los pacientes recuperan su imagen o, en su defecto, “encuentran una nueva”, mejorando así su calidad de vida.
“También, incorporando un cambio en el estilo de vida, buscando el bienestar con la nutrición, el ejercicio, el sueño y la salud mental”, se mejora la tolerancia a los tratamientos e incluso puede afectar en la recurrencia o la mortalidad del cáncer.
Por todo lo expuesto, la medicina estética oncológica se alza como un área en “desarrollo constante que preocupa cada vez más a los equipos que atienden a los pacientes con cáncer y a los propios pacientes, que lo solicitan como una parte de su tratamiento”. “Esto incita a que diferentes ramas de la estética en oncología se estén ampliando y estudiando”, concluye la oncóloga de la FJD.