La Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en St Louis (Estados Unidos) ha llevado a cabo una investigación que demuestra que las personas con esclerosis múltiple (EM) tienen muchas menos probabilidades de presentar las características moleculares de la enfermedad de Alzheimer que aquellas que no padecen la enfermedad.
"El descubrimiento sugiere una nueva vía de investigación a través de la cual buscar tratamientos para el Alzheimer. Nuestros hallazgos implican que algún componente de la biología de la esclerosis múltiple, o la genética de los pacientes con EM, es protector contra la enfermedad de Alzheimer", comenta Matthew Brier, profesor asistente de neurología y radiología y primer autor del estudio. "Si pudiéramos identificar qué aspecto es protector y aplicarlo de manera controlada, eso podría informar sobre estrategias terapéuticas para la enfermedad de Alzheimer", añade.
La investigación, publicada en 'Annals of Neurology', surgió a partir de una sospecha que la mentora y colaboradora de Brier, la Dra. Anne Cross, que había desarrollado durante décadas de tratamiento de pacientes con EM, una enfermedad inmunomediada que ataca el sistema nervioso central. Aunque sus pacientes vivían lo suficiente como para correr el riesgo de padecer Alzheimer o tenían antecedentes familiares de la enfermedad neurodegenerativa, no estaban desarrollando la enfermedad.
"Me di cuenta de que no podía encontrar ni un solo paciente mío con EM que tuviera la enfermedad de Alzheimer típica", señala Cross, presidente de Neuroinmunología del Centro de EM Manny y Rosalyn Rosenthal y Dr. John Trotter. "Si tenían problemas cognitivos, los enviaba a los especialistas en memoria y envejecimiento aquí en WashU Medicine para una evaluación de Alzheimer, y esos médicos siempre regresaban y me decían: 'No, esto no se debe a la enfermedad de Alzheimer'", añade
"El descubrimiento sugiere una nueva vía de investigación a través de la cual buscar tratamientos para el Alzheimer"
El deterioro cognitivo causado por la EM puede confundirse con síntomas de la enfermedad de Alzheimer; el Alzheimer puede confirmarse con análisis de sangre y otras pruebas biológicas.
Para confirmar la observación de Cross, el equipo de investigación utilizó un nuevo análisis de sangre aprobado por la FDA que fue desarrollado por investigadores de WashU Medicine. Conocido como PrecivityAD2, el análisis de sangre es muy eficaz para predecir la presencia de placas amiloides en el cerebro. Dichas placas son un indicador de la enfermedad de Alzheimer y anteriormente solo podían verificarse con escáneres cerebrales o punciones lumbares.
Los investigadores reclutaron a 100 pacientes con EM para que se hicieran el análisis de sangre, 11 de los cuales también se sometieron a exploraciones PET en el Instituto Mallinckrodt de Radiología de la Universidad de Medicina de Washington. Sus resultados se compararon con los de un grupo de control de 300 personas que no tenían EM pero que eran similares a las que sí la tenían en cuanto a edad, riesgo genético de Alzheimer y deterioro cognitivo.
"Descubrimos que un 50% menos de pacientes con EM tenían patología amiloide en comparación con sus pares emparejados, según este análisis de sangre", apunta Brier. Este hallazgo respaldó la observación de Cross de que el Alzheimer parecía tener menos probabilidades de desarrollarse entre aquellos con EM. No está claro cómo se relaciona la acumulación de amiloide con el deterioro cognitivo típico del Alzheimer, pero generalmente se entiende que la acumulación de placas es el primer evento en la cascada biológica que conduce al deterioro cognitivo.
Cuanto más típica era la historia de EM del paciente, menos probabilidades había de que se acumularan placas amiloideas en el cerebro de éste
Los investigadores también descubrieron que cuanto más típica era la historia de EM del paciente, en términos de edad de aparición, gravedad y progresión general de la enfermedad, menos probabilidades había de que se acumularan placas amiloideas en el cerebro de ese paciente en comparación con aquellos con presentaciones atípicas de EM. Esto sugiere que hay algo en la naturaleza de la EM en sí que protege contra la enfermedad de Alzheimer, algo que Brier y Cross planean investigar.
Los pacientes con EM suelen sufrir múltiples brotes de la enfermedad a lo largo de su vida. Durante estos brotes, el sistema inmunitario ataca al sistema nervioso central, incluido el cerebro. Es posible que esta actividad inmunitaria también reduzca las placas amiloides, dijeron los investigadores.
"Quizás cuando se estaba desarrollando la patología amiloide de la enfermedad de Alzheimer, los pacientes con EM tenían cierto grado de inflamación en sus cerebros que era estimulada por sus respuestas inmunológicas", afirma Brier.
Refiriéndose al trabajo del coautor David M. Holtzman, MD , Profesor Distinguido de Neurología Barbara Burton y Reuben M. Morriss III, Brier señaló que se ha demostrado que la microglia activada, que forma parte de la respuesta inmunológica del cerebro en la EM, elimina el amiloide del cerebro en modelos animales.
Brier y Cross han comenzado los siguientes pasos de esta investigación, tanto para descubrir la posible genética humana involucrada, como para probar el desarrollo de la placa amiloide en modelos animales que representan la EM.