El nuevo estudio del Centro de Investigación en Salud Laboral (CiSAL), la Universidad Pompeu Fabra (UPF), el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), y el CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), muestra la dificultad que tienen las personas que han estado de baja por cáncer en continuar con su trabajo y cómo sufren de una trayectoria laboral menos estable. El artículo, coordinado por Fernando G. Benavides, jefe de grupo del CIBERESP en la UPF, ha sido publicado en la revista Scientific Reports y también ha contado con la participación de la Universidad de Girona.
La supervivencia del cáncer ha aumentado con el paso de los años y, en consecuencia, el número de personas en edad laboral diagnosticadas con cáncer que regresan al trabajo. Pese a ello, los supervivientes de cáncer sufrien, en muchas ocasiones, síntomas crónicos debido a la propia patología y al tratamiento. Esta situación repercute en todas la dimensiones de su vida y puede afectar a su futura vida laboral.
“Este estudio constituye un paso hacia una mayor comprensión de la relación entre el cáncer y el empleo a largo plazo y fomenta futuras investigaciones en esta área”
En el estudio han evaluado las trayectorias laborales en una muestra de trabajadores de Cataluña que tenían una baja por cáncer, y a su vez ha sido comparado con un grupo de personas que no han tenido una baja por cáncer.
Amaya Ayala García, primera autora del estudio e investigadora del CIBERESP en el CiSAL, explica que “hemos obtenido los datos de una cohorte longitudinal formada a partir de la vida laboral de personas asalariadas procedentes de la Seguridad Social, con un largo periodo de seguimiento que nos permite ver las diferencias a largo plazo”.
“Para eliminar sesgos, cada individuo con baja debido al cáncer entre 2012 y 2015 fue emparejado por edad, sexo y fecha de entrada a la cohorte con una persona trabajadora con baja debido a otros diagnósticos y otra trabajadora sin baja”, añade.
En este sentido, Ayala Garcia resalta la diferencia de los resultados entre los dos grupos estudiados, destacando que las personas sin baja o con baja por otros diagnósticos tenían al menos un 9% mayor de probabilidades de continuar en el empleo que las personas con baja por cáncer.
“Estas diferencias pueden generar desigualdades sociales importantes, pues perder el trabajo conlleva una disminución de la renta. Recordemos que la inmensa mayoría de los ciudadanos y ciudadanas tiene en su salario la principal, si no la única, fuente de ingresos económicos. Además, no poder trabajar cuando se puede y se quiere hace perder autoestima y relaciones sociales, lo que puede dificultar psicológicamente la recuperación del cáncer”, explica Fernando G. Benavides, catedrático de Salud Pública de la UPF e investigador del CIBERESP.
Además Amaya Ayala añade que, “en cuanto a las diferencias por sexo, hemos encontrado más diferencias en hombres que tienen cáncer respecto a los que no tienen ningún diagnóstico que en mujeres, a diferencia de lo que dice la literatura. Aunque existen resultados contradictorios”.
“Este estudio constituye un paso hacia una mayor comprensión de la relación entre el cáncer y el empleo a largo plazo y fomenta futuras investigaciones en esta área”, recalca Fernando G. Benavides.
Por último, la investigadora concluye la necesidad de estudios como este: “En España, los estudios acerca del retorno al trabajo y las consecuencias del cáncer sobre la vida laboral son muy escasos. Por ello, es necesario seguir investigando en esta área, al igual que se hace en otros países europeos, y tener en cuenta en los estudios la localización, así como el tratamiento, ya que son importantes determinantes de los efectos adversos que marcarán la vida laboral futura”.