El cáncer anal es una enfermedad rara que representa menos del 1% de los nuevos casos de cáncer diagnosticados, y menos del 3% de los tumores gastrointestinales. El subtipo más común es el carcinoma de células escamosas, con una incidencia anual de 0,5-2,0 casos por 100.000 habitantes; sin embargo, su incidencia, tanto en Europa como en Estados Unidos, está en aumento, duplicando el número de los nuevos casos en los últimos 40 años.
Paralelamente la supervivencia general a los 5 años ha aumentado significativamente, pasando de un 64% en 1980 hasta un 75% en 2010.
El carcinoma de células escamosas y su lesión precursora, laneoplasia intraepitelial anal, son en su mayoría atribuibles al virus del papiloma humano (VPH), que representa el agente causal en el 80%-85% de los pacientes (especialmente los subtipos HPV16 y HPV18).
Por lo que se refiere a los factores de riesgo, están asociados al aumento del riesgo de infección por VPH el número de relaciones sexuales anales de riesgo, la inmunodeficiencia humana y los antecedentes de verrugas ano-genitales; otros factores que modularían la respuesta frente a la infección son el tratamiento inmunosupresor en los trasplantados, los trastornos autoinmunes y el tabaquismo.
Es imprescindible no retrasar el diagnóstico
Frecuentemente el cáncer anal se presenta con sangrado o bien como una úlcera que no cicatriza, asociada a dolor y secreciones, o como una tumoración tipo masa.
Es fundamental no retrasar el diagnóstico, interpretando un sangrado crónico como una simple patología hemorroidal; por tanto, el examen anorrectal, realizado por un especialista proctólogo, es la herramienta clínica esencial, accesible y de bajo coste para la detección de lesiones en la zona anal. El diagnóstico definitivo de cáncer anal se realiza mediante citología anal + prueba del virus del papiloma humano (VPH), seguida de biopsia guiada por anoscopia de alta resolución.
“Como siempre que hablamos de cáncer hay dos factores que resultan fundamentales, la detección precoz y el cribado de grupos de riesgo”, afirma el Dr. Juan Carlos Meneu Díaz, jefe de Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Universitario Ruber Juan Bravo.
En junio del 2019, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades convocó a un grupo de expertos para elaborar directrices actualizadas sobre la detección y la prevención del cáncer anal, que determinó los grupos de riesgo y, por tanto, los que deberían realizarse pruebas de detección precoz. Entre ellos están los hombres que tienen relaciones sexuales con sujetos que portan VIH, las personas positivas en VIH mayores de 35 años, mujeres con antecedentes de cáncer genital asociado al VPH, receptores de transplantes de órganos sólidos, homosexuales sin VIH y personas inmunocomprometidas sin infección por VIH.