La Covid-19 es una infección respiratoria vírica, originada por un virus que durante los últimos dos años ha azotado el sistema sanitario y la salud de los españoles. En este tiempo dos realidades se han hecho especialmente notorias: la falta de recursos en salud y la necesidad de evitar la resistencia bacteriana. ¿Os imagináis si la Covid-19 hubiera estado provocada por una bacteria resistente a los antibióticos conocidos? Una superbacteria que, como denuncian los expertos, no está lejana.
Ante esta situación el uso correcto de los antibióticos es más acuciante. En España es más frecuente el uso de antibióticos que en otros países, pero esto va cambiando poco a poco. Las farmacias ya piden una prescripción médica para poder acceder a ellos y en hospitales solo tienen un uso: o a modo de profilaxis preexposición, es decir, para evitar una infección por bacterias en momentos como las cirugías, o para tratar una infección bacteriana. Aún así todavía existen en la sociedad mucha confusión con el uso de los antibióticos y se usan mal.
El antibiótico no está indicado para infecciones víricas y para Covid “no hay ningunos aprobado”
Lo primero de todo, el antibiótico no está indicado para infecciones víricas, estas solo se tratan para evitar los síntomas. “No hay ninguno aprobado y no se deben utilizar en estos casos”, indica a Consalud.es la doctora Nieves López Fresneña, miembro de Medicina Preventiva del Hospital Gregorio Marañón y coordinadora del Máster en Gestión de la Seguridad Clínica del Paciente y la Calidad de la Atención Sanitaria de UNIR
Una máxima que la Organización Mundial de la Salud (OMS) repite una y otra vez para conseguir que la sociedad lo interiorice. Principalmente tras constatar que en el contexto de la pandemia ha aumentado el consumo de antibióticos. Sin embargo, todavía hay personas que confunden el uso que a veces se hace en los ingresos hospitalarios con el uso en enfermedades víricas.
ANTIBIÓTICOS PARA PACIENTES COVID
A estas alturas de la pandemia casi todos, sino todos, conocemos a una persona que ha sufrido neumonía por Covid y en los hospitales se les ha tratado con antibióticos. Aunque es en una proporción baja, según datos de la OMS hablamos de un 8% de los ingresos por neumonía Covid, puede ocurrir una coinfección y por eso se les dan estos fármacos. Como explica la experta, “las infecciones víricas algunas veces, aunque no es lo normal, pueden abrir las puertas a infecciones bacterianas”.
Es entonces cuando ocurre la coinfección. Ambos patógenos provocan síntomas en los pacientes y estos son parecidos. “La entrada de un virus debilita el sistema inmune y permite la entrada de otros patógenos. Se ha dado casos en los que, al mirar una radiografía del tórax de un paciente Covid, se ha contemplado una neumonía bacteriana. Las neumonías producidas por un virus o por una bacteria se muestran distintos en las imágenes radiológicas”, explica López Fresneña.
“Solo en estos casos de coinfección se administra un antibiótico y siempre bajo control médico”, señala López Fresneña
En estos casos es cuando se les administra el antibiótico. En los casos de neumonía o pulmonía viral, al no haber medicamentos contra estos virus, a los pacientes se les administra oxígeno en el caso de desaturación y medicamentos para tratar los síntomas. Sin embargo, en el caso bacteriano, los antibióticos permiten acabar con el patógeno causante de la infección respiratoria y así curar la neumonía. “Solo en estos casos de coinfección se administra un antibiótico y siempre bajo control médico”.
EFECTOS SECUNDARIOS DE TOMARLO SIN CONTROL MÉDICO
Porque, ¿qué pasaría si persisten unos días síntomas como dolor de garganta, decidimos tomar antibiótico, y no hay infección bacteriana? “Los antibióticos provocan efectos secundarios importantes”, responde la doctora. Y es que los antibióticos químicos provocan, principalmente en aquellos con el sistema inmune debilitado, síntomas como diarrea, náuseas, vómitos, erupciones y malestar estomacal. Incluso en algunos casos, o cuando se realiza un uso prolongado, producen infecciones micóticas o por hongo en la boca, el tracto digestivo o la vagina.
“No empeoran el curso de la enfermedad”, explica la doctora, quien añade que, sin embargo, sí pueden suponer efectos secundarios que provoquen otras complicaciones. Y lo más importante, “el uso indiscriminado de antibiótico conlleva la resistencia microbiana”.
RESISTENCIA BACTERIANA
Todavía no hay una superbacteria capaz de escapar a todos los antibióticos, pero sí hay patógenos multirresistentes. La prescripción y utilización no reglamentadas de antibióticos, la falta de acceso a medicamentos de calidad a precio asequible; la falta de agua limpia y de servicios de saneamiento, y de prevención y control de infecciones han supuesto, según la OMS, la aparición de varios patógenos especialmente resistentes que no responden a los fármacos prescritos para ella y precisan de antibióticos más potentes.
Por ejemplo, la OMS recuerda que actualmente vigila especialmente a bacterias como la acinetobacter baumannii, causante de infecciones, principalmente adquiridas en el hospital, que comprometen pulmones, sangre e infecciones posquirúrgicas y resistente a carbapenémicos; o a las enterobacterales resistentes a carbapenémicos y productoras de β-lactamasas de espectro extendido BLEEs, ambos considerados como una prioridad crítica.
“La lucha contra la resistencia bacteriana es muy importante para evitar que llegue un patógeno contra el que no podamos hacer nada”, insiste Nieves López Fresneña. “Es esencial hacer un uso correcto de los antibióticos, y contra la Covid-19 no hay ningún antibiótico aprobado, por lo que no se deben usar contra esta enfermedad”.