En caso de no adoptar medidas urgentes, las estimaciones apuntan a que la resistencia a los antibióticosprovocará más de 10 millones de muertes en 2050. Nos encontramos ante una de las grandes amenazas para la salud pública a nivel global ya que no solo compromete la lucha contra las enfermedades infecciosas, sino que pone en riesgo también el manejo y abordaje de las enfermedades crónicas ya que los antibióticos son fundamentales para evitar que estos pacientes sufran infecciones.
A principios de diciembre de 2022 la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicaba un informe a través del que alertaba de los elevados niveles de resistencia en bacterias causantes de septicemias potencialmente mortales, así como de un aumento en la resistencia a los tratamientos contra varias bacterias responsables de infecciones comunes entre la población.
Las vacunas se presentan como una de las herramientas más importantes en la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos. Tal y como informan desde Vaccines Europe las vacunas son efectivas antes de que las bacterias comiencen a multiplicarse y logren afectar a diferentes tejidos y órganos, disminuyendo la probabilidad de propagación de mutaciones resistentes.
En este sentido ejemplifican sus palabras con el caso de la introducción de la vacuna conjugada contra el neumococo en Estados Unidos que se ha traducido en una reducción del 84% de la enfermedad invasiva causada por Streptococcus pneumoniae resistente a los medicamentos en niños menores de dos años.
Los miembros de Vaccines Europe (importantes compañías innovadoras de vacunas basadas en la investigación que operan en el viejo continente, así como pequeñas y medianas empresas), se encuentran trabajando para abordar el desafío de la resistencias a los antimicrobianos mediante el desarrollo de vacunas contra Klebsiella pneumoniae, C. difficile, Staphylococcus aureus, Shigella spp., Escherichia coli patógena extraintestinal y Streptococcus pneumoniae.
La vacunación es un importante paso en la prevención de las resistencias antimicrobianas, ya que contribuye a prevenir las infecciones, reducir el mal uso de los antimicrobianos y previene la transmisión de bacterias
En la actualidad se cuenta con 11 candidatos a vacuna entre los proyectos en los que trabajan los miembros de Vaccines Europe, dirigidos a bacterias resistentes a los antibióticos que se incluyen en el listado de patógenos prioritarios de la OMS.
Uno de los principales factores impulsores de la resistencia a los antimicrobianos es el mal uso que se hace de los antibióticos. Las vacunas previenen infecciones virales por lo que son una pieza fundamental en la disminución del uso presuntivo e inapropiado de los antibióticos, ya sea mediante la reducción de su uso erróneo a través de prescripciones que fomentan el tratamiento de enfermedades virales con antibióticos o a través de la prevención de las sobreinfecciones bacterianas secundarias asociadas.
Se cuenta con evidencia que muestra una reducción en el uso de antibióticos gracias a la vacunación frente a la varicela y la influenza. Un estudio reciente sugiere que la administración de la vacuna frente al virus respiratorio sincitial en embarazadas reduce la prescripción de antimicrobianos en los bebés durante sus primeros tres meses de vida hasta en un 12,9%. También se cuenta con evidencia que muestra cómo la vacunación contra el dengue podría reducir la tasa de evolución de la resistencia antibiótica en un escenario de mal uso de los antibióticos en pacientes con dengue.
En definitiva, la vacunación es un importante paso en la prevención de las resistencias antimicrobianas, ya que contribuye a prevenir las infecciones, reducir el mal uso de los antimicrobianos que habitualmente son prescritos para el tratamiento de las infecciones virales de forma preventiva y previene la transmisión de bacterias que son o se están convirtiendo en resistentes a las opciones terapéuticas disponibles.