El cáncer de mama es una de las enfermedades más comunes y mortales en mujeres de todo el mundo, que afecta no solo a nivel físico, sino también psicológico. Se trata de un cáncer cuya prevalencia continúa aumentando cada año, de modo que la incidencia estimada para este año asciende a los 35.001 nuevos casos. A pesar de ello, el abordaje de la enfermedad ha visto avances muy significativos, integrando nuevas herramientas y tecnologías de inteligencia artificial para optimizar diagnósticos y tratamientos.
Este tipo de tumor se forma en las células de las mamas, por lo que, en muchas ocasiones, el principal tratamiento pasa por extirpar el pecho de la paciente. Este es un proceso que puede dejar secuelas no solo a nivel físico, sino también psicológico. En cáncer de mama, del mismo modo que en el resto de enfermedades, la detección precoz y someterse a cribados es fundamental, para lograr abordar el tumor lo más rápido y temprano posible, reduciendo al máximo el impacto en la paciente.
Para optimizar las pruebas de detección y cribados, cada vez son más las herramientas que emplean la inteligencia artificial, que aporta precisión y ahorra tiempos y costes. La IA es una combinación de algoritmos que cada vez cuenta con más aplicaciones en prácticamente todos los ámbitos. En el ámbito de la salud, esta tecnología es usada en formación, investigación y abordaje de múltiples enfermedades, entre otras cosas.
Aleix Prat: “La IA tiene la capacidad de analizar grandes volúmenes de datos de manera rápida y consistente, lo que permite la detección de patrones sutiles que podrían pasar desapercibidos para los seres humanos"
En lo relativo al cáncer de mama, la IA se emplea en la detección temprana a través de mamografías, permitiendo mejorar la precisión del diagnóstico. Además, ayuda también a los radiólogos a identificar lesiones o imágenes sospechosas en los TACs. También se usa en pruebas diagnósticas complejas, para predecir resultados de pacientes y tratamientos.
Para lograr todo esto, se emplean algoritmos y procesamiento de señales biomédicas, así como técnicas de fusión de datos o sistemas de apoyo a la toma de decisiones clínicas, entre otras cosas. Las tecnologías de inteligencia artificial permiten mejorar la precisión del diagnóstico, la personalización de tratamientos y la detección temprana de enfermedades, transformando la atención médica de manera significativa.
“La IA tiene la capacidad de analizar grandes volúmenes de datos de manera rápida y consistente, lo que permite la detección de patrones sutiles que podrían pasar desapercibidos para los seres humanos. Esto conlleva una mejora significativa en la precisión del diagnóstico”, explica para ConSalud.esAleix Prat, jefe del servicio de Oncología Médica del Hospital Clínic de Barcelona y oncólogo de la junta directiva de ASEICA.
Así, se obtienen, por ejemplo, mamografías más precisas, empleando la capacidad de esta tecnología. “Los algoritmos de aprendizaje automático pueden identificar patrones, anomalías y características sutiles en las imágenes que podrían pasar desapercibidas para los radiólogos o especialistas”, comenta el experto. Además, la inteligencia artificial facilita la identificación de biomarcadores específicos y patrones moleculares, lo que puede ayudar a predecir la respuesta de un paciente a un tratamiento particular.
Por otro lado, la IA aporta beneficios también a los profesionales pues, según explica el especialista en cáncer de mama, "la inteligencia artificial puede funcionar 24 horas al día sin fatiga". Esto permite realizar análisis continuamente, incluso en áreas en las que hay poco personal médico.
Los costes de los exámenes de detección se ven también reducidos gracias a la inteligencia artificial, lo que repercute positivamente en la disponibilidad para la población en general. De este modo, se promueve la prevención y el diagnóstico temprano de enfermedades. “En resumen, la inteligencia artificial ofrece una mejora significativa en la precisión de los métodos de detección, lo que tiene un impacto positivo en la atención médica y en la vida de los pacientes”, añade Aleix Prat.
Sin embargo, esto es solo el principio, pues aún queda mucho camino que avanzar. “Aún estamos en los inicios de la implementación de soluciones basadas en IA. Lo que parece claro es que IA permite una evaluación más precisa de la información clínica y genética de cada paciente, lo que conduce a tratamientos más adaptados a las necesidades individuales”, comenta el especialista. Esto se traduce en una mejora en la eficacia de los tratamientos y una reducción de los efectos secundarios innecesarios.
Aleix Prat: "El cáncer de mama lidera la implementación de biomarcadores o tests que integran IA para proporcionar información útil al médico y a la paciente”
Aún así, ya se han dado pasos agigantados en este ámbito de la tecnología de inteligencia artificial. En este sentido, los tests genómicos, que ayudan a tomar decisiones terapéuticas sobre el uso de quimioterapia en cáncer de mama hormono-sensible, se basan en métodos de IA como el “machine learning”.
También se ha comercializado el primer test basado en IA para el cáncer de mama HER2+, “que no solo tiene en cuenta variables genómicas de las células tumorales sino también del sistema inmunológico de la paciente, así como datos clínicos. El cáncer de mama lidera la implementación de biomarcadores o tests que integran IA para proporcionar información útil al médico y a la paciente”.
En todas las aplicaciones de la inteligencia artificial, el papel de los profesionales de la salud en su supervisión es fundamental. “Cada vez habrá más soluciones o tests basados en IA, y los profesionales deberán estar formados para interpretar el resultado y tomar decisiones terapéuticas. Al igual que el profesional está acostumbrado a interpretar los resultados obtenidos en estudios clínicos que evalúan los fármacos, lo mismo habrá que contemplar con los tests basados en IA. Al final, la evidencia clínica de estos tests será clave para su implementación y recomendación por las guías clínicas”, concluye el oncólogo de ASEICA.